Antologias de Amor
img img Antologias de Amor img Capítulo 4 Amor Silencioso - Un Cambio Para Edward Parte Dos
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Capítulo 6 Amor Silencioso - La Resistencia Parte Uno img
Capítulo 7 Amor Silencioso - La Resistencia Parte Dos img
Capítulo 8 Amor Silencioso - La Resistencia Parte Tres img
Capítulo 9 AMOR SILENCIOSO - LAZOS DE AMISTAD PARTE UNO img
Capítulo 10 AMOR SILENCIOSO - LAZOS DE AMISTAD PARTE DOS img
Capítulo 11 Amor Silencioso - Lazos De Amistad Parte Tres img
Capítulo 12 Amor Silencioso - Tiempo De Crecer Parte Uno img
Capítulo 13 Amor Silencioso - Tiempo De Crecer Parte Dos img
Capítulo 14 Amor Silencioso - El Silencio Del Ángel Parte Uno img
Capítulo 15 Amor Silencioso - El Silencio Del Ángel Parte Dos img
Capítulo 16 Amor Silencioso - El Gran Efecto Dominó Parte Uno img
Capítulo 17 Amor Silencioso - El Gran Efecto Dominó Parte Dos img
Capítulo 18 Amor Silencioso - El Gran Efecto Dominó Parte Tres img
Capítulo 19 Amor Silencioso - Las Consecuencias Del Error Parte Uno img
Capítulo 20 Amor Silencioso - Las Consecuencias Del Error Parte Dos img
Capítulo 21 Amor Silencioso - Las Consecuencias Del Error Parte Tres img
Capítulo 22 Amor Silencioso - Un Flash De Luz Parte Uno img
Capítulo 23 Amor Silencioso - Un Flash De Luz Parte Dos img
Capítulo 24 Amor Silencioso - Heridas Del Pasado img
Capítulo 25 Amor Silencioso - ¿Bailamos Parte Uno img
Capítulo 26 Amor Silencioso - ¿Bailamos Parte Dos img
Capítulo 27 Amor Silencioso - ¿Bailamos Parte Tres img
Capítulo 28 Amor Silencioso - Primeros Intentos Parte Uno img
Capítulo 29 Amor Silencioso - Primeros Intentos Parte dos img
Capítulo 30 Amor Silencioso - Primeros Intentos Parte Dos img
Capítulo 31 Amor Silencioso - Descubrimientos Parte Uno img
Capítulo 32 Amor Silencioso - Descubrimientos Parte dos img
Capítulo 33 Amor Silencioso - Descubrimientos Parte Tres img
Capítulo 34 Amor Silencioso – Rompiendo Esquemas Parte Uno img
Capítulo 35 Amor Silencioso – Rompiendo Esquemas Parte dos img
Capítulo 36 Amor Silencioso – Rompiendo Esquemas Parte Tres img
Capítulo 37 Amor Silencioso – Fuertes Y Valientes Parte Uno img
Capítulo 38 Amor Silencioso – Fuertes Y Valientes Parte dos img
Capítulo 39 Amor Silencioso - Fuertes Y Valientes Parte Tres img
Capítulo 40 Amor Silencioso - Fuertes Y Valientes Parte Cuatro img
Capítulo 41 Amor Silencioso - Una Segunda Oportunidad Parte Uno img
Capítulo 42 Amor Silencioso - Una Segunda Oportunidad Parte Dos img
Capítulo 43 Amor Silencioso - Una Segunda Oportunidad Parte Tres img
Capítulo 44 Amor Silencioso - Una Segunda Oportunidad Parte Cuatro img
Capítulo 45 Amor Silencioso - Los Matices Del Amor Parte Uno img
Capítulo 46 Amor Silencioso - Los Matices Del Amor Parte Dos img
Capítulo 47 Amor Silencioso - Los Matices Del Amor Parte Tres img
Capítulo 48 Amor Silencioso - La E De Esperanza y Envidia Parte Uno img
Capítulo 49 Amor Silencioso - La E De Esperanza y Envidia Parte Dos img
Capítulo 50 Amor Silencioso - La E De Esperanza y Envidia Parte Tres img
Capítulo 51 Amor Silencioso - Amor o ¿Lástima Parte Uno img
Capítulo 52 Amor Silencioso - Amor o ¿Lástima Parte Dos img
Capítulo 53 Amor Silencioso – Todo A Su Debido Tiempo Parte Uno img
Capítulo 54 Amor Silencioso – Todo A Su Debido Tiempo Parte Dos img
Capítulo 55 Amor Silencioso - Todo A Su Debido Tiempo Parte Tres img
Capítulo 56 Amor Silencioso - Una Noticia Inesperada Parte Uno img
Capítulo 57 AMOR SILENCIOSO - UNA Noticia Inesperada img
Capítulo 58 Amor Silencioso - Una Posible Esperanza Parte Uno img
Capítulo 59 Amor Silencioso - Una Posible Esperanza Parte Dos img
Capítulo 60 Amor Silencioso - Promesas De Futuro Parte Uno img
Capítulo 61 Amor Silencioso - Promesas De Futuro Parte Dos img
Capítulo 62 Amor Silencioso - Trabajo De Hormiga Parte Uno img
Capítulo 63 Amor Silencioso - Trabajo De Hormiga Parte Dos img
Capítulo 64 Amor Silencioso - Trabajo De Hormiga Parte Tres img
Capítulo 65 Amor Silencioso - El Temor De Volver img
Capítulo 66 Amor Silencioso - Es Así Como Debe Ser Parte Uno img
Capítulo 67 Amor Silencioso - Así Es Como Debe Ser Parte Dos img
Capítulo 68 Amor Silencioso - Es Así Como Debe Ser Parte Tres img
Capítulo 69 Amor Silencioso - Agonía Parte Uno img
Capítulo 70 Amor Silenciosos - Agonia Parte Dos img
Capítulo 71 Amor Silenciosos - Los Errores Que Cometemos Parte Uno img
Capítulo 72 Amor Silencioso - Los Errores Que Cometemos Parte Dos img
Capítulo 73 Amor Silencioso - Oscuridad Y Luz Parte Uno img
Capítulo 74 Amor Silencioso - Oscuridad Y Luz Parte Dos img
Capítulo 75 Amor Silencioso - Almas Del Silencio Parte Uno img
Capítulo 76 Amor Silencioso - Almas Del Silencio Parte Dos img
Capítulo 77 Amor Silencioso - Almas Del Silencio Parte Tres img
Capítulo 78 Amor Silencioso - El Solitario Unicornio img
Capítulo 79 Amor Silencioso - La Gran Lección De Gerts Parte Uno img
Capítulo 80 Amor Silencioso- La Gran Lección De Gerts Parte Dos img
Capítulo 81 Amor Silencioso - Fragilidad Parte Uno img
Capítulo 82 Amor Silencioso - Fragilidad Parte Dos img
Capítulo 83 Amor Silencioso - Fragilidad Parte Tres img
Capítulo 84 Amor Silencioso - Un Minuto De Caos Parte Uno img
Capítulo 85 Amor Silencioso - Un Minuto De Caos Parte Dos img
Capítulo 86 Amor Silencioso - Sonidos De Violencia Parte Uno img
Capítulo 87 Amor Silencioso - Sonidos De Violencia Parte Dos img
Capítulo 88 Amor Silencioso - Sonidos De Violencia Parte Tres img
Capítulo 89 Amor Silencioso - Amor Y Destino Parte Uno img
Capítulo 90 Amor Silencioso - Amor Y Destino Parte Dos img
Capítulo 91 Amor Silencioso - Las Heridas Que No Vemos Parte Uno img
Capítulo 92 Amor Silencioso - Las Heridas Que No Vemos Parte Dos img
Capítulo 93 Amor Silencioso - Cinco Días Parte Uno img
Capítulo 94 Amor Silencioso - Cinco Días Parte Dos img
Capítulo 95 Amor Silencioso - Cinco Días Parte Tres img
Capítulo 96 Amor Silencioso - El Mejor Sonido Del Mundo Parte Uno img
Capítulo 97 Amor Silencioso - El Mejor Sonido Del Mundo Parte Dos img
Capítulo 98 Amor Silencioso - El Mejor Sonido Del Mundo Parte Uno img
Capítulo 99 Amor Silencioso - Una Nueva Realidad Parte Uno img
Capítulo 100 Amor Silencioso - Una Nueva Realidad Parte Dos img
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Capítulo 4 Amor Silencioso - Un Cambio Para Edward Parte Dos

A pesar de que la pequeña Marianne jamás había visto a aquella joven, o a todos esos niños de ese salón ella no tenía miedo. Más bien sentía curiosidad de saber si eran iguales a ella o a sus tíos de la estación de policía.

- Les quiero presentar a Marianne Cooper, ella es una personita muy especial - dijo a todos mientras acariciaba su cabello y sonreía.

- ¿Por qué es especial maestra? ¿Es diferente a nosotros?- preguntó un niño rubio en la primera fila de sillitas mientras jugaba con plastilinas de colores. Su nombre era Michael Grant.

- ¿Alguien me dice por qué es especial Ángela? - preguntó Kate mirando a los niños. Un pequeño de ojitos negros y de piel oscura alzó la mano.

- Ángela es especial porque usa lentes - respondió Benjamín Gómez, el niño que compartía la mesita con la niña en mención. La pequeña acomodó sus lentes y miró atenta a la niña que estaba en brazos de la profesora.

- Muy bien Ben, Ángela es especial porque usa lentes. Pero... ¿Por qué usa lentes? - volvió a preguntar la maestra.

- Porque sin sus gafas no puede ver - respondió la niña junto a Michael, la inquieta Andrea Stanley.

- Tienes razón Andrea- le sonrió Kate - Ángela necesita de sus gafas para ver, la vista es uno de los cinco sentidos de las personas ¿Recuerdan la canción de los sentidos? ¿Cuáles eran las otras partes del cuerpo donde tenemos sentidos? - Un niño de rasgos asiáticos alzó la mano entusiasmado.

- La nariz, la piel, la lengua y las orejas - dijo Eric Swartz señalando cada parte de su cuerpo mientras las nombraba.

- Muy bien Eric, vamos a hablar de la última. ¿Qué hacemos con las orejas chicos? - preguntó en voz alta Kate.

- ¡Oímos! - dijeron al unísono los niños.

- Excelente, con las orejas oímos. Pero, así como Ángela no tiene sus ojitos buenos, Marianne no tiene sus orejitas buenas - Kate hizo una pausa para regalarle una sonrisa a la pequeña Marianne - La pequeña aquí en mis brazos chicos no puede oírnos, ella tiene una capacidad diferente al resto, eso es precisamente lo que la hace especial - finalizó Kate. Marianne miraba a los niños con cierta tristeza, ellos podían hablar y escuchar... no eran igual a ella. Nadie sería igual a ella.

Edward quien se mantenía atento a toda la explicación alzó la mano. La pequeña Marianne lo vio y volvió a sonreírle al ubicar a su primer amigo de esa mañana.

- ¿Si Edward? - preguntó Kate mientras dejaba en el suelo a Marie.

- ¿Por qué no puede oír maestra? ¿Está enferma? ¡Mi papá cura a los niños! ¡Él puede curar a Marianne! - Kate respiró profundamente y negó con tristeza.

- No Edward, tu papi no puede curar a Marianne. No es como cuando tienen fiebre o resfriado y con jarabe ya se sienten mejor.

- ¿Marianne entonces nunca se va a curar? Según mi mami yo podría dejar de usar lentes algún día - se escuchó la voz de la tímida Ángela al final del salón.

- No mis niños. Es muy difícil que ella algún día escuche nuestras voces, así que para comunicarnos con ella lo haremos a través de un lenguaje muy especial. El de las señas.

- ¿Eso era lo que usted estaba haciendo cuando Marianne entró? - preguntó Edward con su cabecita ladeada y sus manos apoyando su mentón sobre la mesita

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- Si Edward, Marianne a pesar de ser muy chiquita conoce algunas señas que su papá le enseñó - Kate sonrió en dirección de Charles y el asintió apenado - Niños... Todos saludemos al jefe Cooper ¿Por favor?

- Buenos días jefe Cooper - se escuchó a coro las voces del salón.

- El jefe Cooper estará con nosotros unos días acompañando a Marianne, si hacemos que la pequeñita se sienta bien con nosotros ella se quedará. ¿Quién quiere que Marianne se quedé? - Edward saltó de su sillita rápidamente y alzando ambas manos gritó ¡YO!

- Muy bien... ¿Quién más está con Edward? - preguntó Kate con una sonrisa. Lentamente muchas pequeñas manos fueron levantándose incluso la de Tom Newman, un distraído niño que desde que la maestra empezó a hablar prefirió jugar con un rompecabezas.

- Entonces vamos a hacer sentir a Marie en casa. Edward, junto a ti hay una sillita vacía. ¿Quieres que Marianne se siente contigo? - el pequeño asintió de manera eufórica y llevó a la niña hasta la mesita de Edward donde la dejo muy bien sentada para regresar al frente y hablar a toda la clase.

- Estarás bien aquí, yo te voy a cuidar - le habló Edward despacito. Marianne solo le regaló una mirada algo confundida para luego sonreírle.

- ¿Alguien recuerda aquí lo que vimos la clase de ayer? - preguntó Kate con voz alta para llamar la atención de los niños nuevamente.

- ¡Los colores en el semáforo! - gritó una entusiasmada Andrea.

- Excelente. ¿Recuerdan entonces cuáles eran?

- ¡Verde! - respondió Eric.

- Muy bien. ¿Y recuerdan que significaba ese color? - Charles miraba con curiosidad a todo el salón. A pesar de que la mayoría de niños tenían 4 años a excepción de su hija, todos estaban muy avanzados. Eran despiertos y muy activos en clase a diferencia de Marianne que se mostraba tímida y confundida. Charles lo meditó por un segundo, quizás no era buena idea exponer a Marianne a algo como esto.

- Verde significa avanzar - respondió Benjamin.

- Muy bien, pero... ¿Por qué se yo que significa eso? El semáforo no habla... ¿Cómo se yo que me dice que siga con el auto? - Un silencio sepulcral se hizo en el salón, esta vez ninguno de los chiquitines tenía la respuesta.

- Porque es una señal de tránsito - se atrevió a susurrar Charles rompiendo el silencio del lugar.

- Muchas gracias Jefe Cooper. Eso es correcto, el semáforo es una señal. Las señales nos hacen llegar un mensaje sin palabras mis niños, si conocemos su significado entenderemos por tanto el mensaje. Eso es justamente lo que vamos a aprender hoy. ¡Las señales de un lenguaje especial!

Todos los pequeños miraban con intriga a la maestra, todos querían saber qué es lo que aprenderían hoy, todos estaban atentos y curiosos, todos menos uno... Edward.

Desde el instante que Marianne se sentó a su lado Edward sintió el fuerte impulso de protección, como cuando su hermana intentaba quitarle de sus brazos sus muñecos de Spiderman y él los defendía hasta con los dientes. Era así que se sentía con Marianne, de seguro no era un muñeco de su súper héroe favorito, pero el instinto era el mismo. Proteger a la pequeñita de ojitos de chocolate.

- El lenguaje de señas mis niños es una manera de comunicación con las personas que no pueden oír. Su historia es muy antigua, y viene de muchos años atrás...

- ¿Cuántos años atrás? - preguntó Ángela.

- Muchos mi pequeñita, quizás desde antes que los papás de tus abuelitos nacieran.

- Eso es mucho tiempo atrás - le susurró a Benjamin quien soltó una graciosa carcajada.

- Si, hace mucho tiempo atrás. Se inventó para dar a conocer un mensaje para personas que como Marianne no pueden escucharnos. Es una manera de expresión corporal que usa las manos y otras partes del cuerpo para dar a conocer una idea - Los niños miraban a Kate como si un tercer ojo le hubiese crecido repentinamente en la frente.

- Lo vamos a hacer más fácil. Edward... ¿Me cantas la canción de las vocales que aprendimos la semana anterior? - El pequeño asintió y se puso de pie.

- Salió la a, salió la a, no sé a dónde va... Salió la e, salió la e, no sé a dónde fue... Salió la i, salió la i y yo no la sentí... Salió la o, salió la o, y casi no volvió... Salió la u, salió la u, y qué me dices tú...

- Muy bien Edward - sonrió complacida Kate. Ella jamás pensó que Edward recordaría la canción ya que toda la semana anterior había pasado dormido en clase y el tiempo que estaba despierto pasaba muy desatento. De sus alumnos Edward era el más especial para Kate, muy amoroso y aunque distraído era a su parecer el más inteligente. El pequeño volvió a tomar asiento y sonrió de una manera graciosa a Marianne, era una sonrisa torcida que hizo que a Marianne le brillaran los ojos de emoción al verla.

- Bueno, Edward nos ha recordado las vocales. Pero Marianne no ha escuchado lo que Edward ha cantado. ¿Cómo va a aprender Marie cuales son las vocales? - Se preguntó mientras caminaba hasta la sillita de la niña - ¡Con las manitos! ¡Vamos a aprender a hacer las vocales con las manitas! A ver mis pequeños. Todos con las manitos adelante, vamos a hacer que Marianne nos enseñe las vocales.

Kate se agachó hasta quedar a la altura de Marianne y le sonrió. Con su mano derecha en un puño le hizo la letra A y la retiró enseguida para ver si Marianne podía seguir con el resto. Su sorpresa fue que la pequeña Marianne le sonrió y estiró su manita, enseñándole el puño a medio cerrar le hizo la letra E.

- ¿Vienes conmigo? - le preguntó en señas a la niña quien tímida asintió. Kate la tomó en sus brazos y la llevó nuevamente al frente del salón.

- Muy bien mis niños. Marie está al mando hoy... Ella nos va a llevar a conocer su mundo. ¿Están listos? - Un gritó de sí retumbó en el salón.

Con sus pequeñas manos Marianne empezó a hacer las señas de las vocales que recordaba del video que papá le ponía por las noches al llegar de la estación de policía. Junto a su profesora y al resto de compañeritos hicieron un paseo por las vocales, cerrando el puño para la A, abriéndolo un poco para la E, enseñando el meñique para la I, dibujando un círculo para la O y juntando dos deditos para la U. Charles miraba con orgullo a su niña, ella era una campeona sin duda y lograría muchas cosas a pesar de su limitación

- Lo han hecho excelente. Ahora... - la voz de Kate fue interrumpida por el sonido del timbre que anunciaba la hora del receso - Ahora vamos a ir a la cafetería en orden para tomar nuestro refrigerio.

- ¿Tienes hambre? - preguntó Kate haciendo la seña de comida y señalando la pancita de Marianne. Ella asintió con fuerza y sonrió. Kate la tomó en los brazos y la llevó hasta donde Charles.

- La cafetería queda en el salón que está enfrente. Vamos a ir con todos los niños antes que salgan los niños de cursos superiores ya que así comen tranquilos y no se distraen con los mayores ¿Han traído algún refrigerio especial? - Charles negó avergonzado - No importa, a mí me gustan las galletas que nos hace la Sra. Copeland.

Los pequeñitos estaban listos para salir del salón y cruzar "el gran patio" como le decían a la extensión de no más de 20 metros que los separaba de la cafetería. Sin olvidar la pequeña mochilita que su mamá le había preparado Edward se coló al inicio de la fila para estar cerca de la pequeña Marianne y tomar nuevamente su mano.

En fila y bien ordenados cruzaron "el gran patio" y llegaron a la cafetería donde la Sra. Copeland los esperaba con la mesa ya lista. Cada puesto tenía un vaso de leche, galletas y frutas picadas. Kate se excusó un momento para volver al salón no sin antes dejarlos ubicados y listos para comer. Marianne algo recelosa se sentó en las piernas de su papá y se refugió allí por unos minutos. Edward la miró y le sonrió mientras dejaba sobre la mesa su mochilita para tomar de ella el biberón y las gomitas.

Marianne miraba intrigada al niño de los ojos verdes ¿Por qué usaba biberón si ella lo había dejado hace meses atrás? Charles le señaló una galleta y ella asintió bajándose de su regazo para tomarla. Charles la ayudó a subirse en su regazo nuevamente, pero al ver que ninguno de los niños estaba sentado en las piernas de sus padres prefirió sentarse en la silla junto a Edward.

- ¿Quieres un poquito? - dijo Edward sacándose el biberón de la boca y extendiéndoselo a Marianne. Ella negó con fuerza y sonrió. Edward frunció el ceño ante su negativa.

- Marie dejó el biberón hace algunos meses atrás jovencito - fue la respuesta de Charles. Edward lo miró avergonzado y recordó las palabras de su hermana Elizabeth "Ya deberías dejar el biberón Edward"

Con pena Edward tapó el tetero y lo mandó de regreso a la mochilita. Sonrió al pensar a Spiderman con biberón y pensó "Es cierto, los súper héroes no toman biberón" Charles negó divertido al ver la reacción del pequeño.

- ¿Quieres una gomita? - le preguntó esta vez enseñándole uno de los gusanitos que tomó de la mochilita. Marianne asintió dejando la galleta a un lado y tomó dos gusanitos de colores. Edward sonrió al ver a Marianne disfrutar de sus gusanitos de goma y tomó otros dos para él.

- ¿Edward y a mí no me das gomitas? - preguntó Andrea frunciendo el ceño. Ella era la niña de quien se refería esa mañana con su papá. A la hora del receso se sentaba con él y no lo dejaba en paz haciéndole millón preguntas o quitándole sus gomitas. Edward bufó y asintió de mala gana. Andrea le sonrió y tomo tres gomitas.

El resto del receso pasó en silencio. De repente la paz se interrumpía cuando Marianne preguntaba cosas a su papá con sus manitas y Charles le respondía de la misma manera. Edward miraba curioso deseando saber que significaban aquellas señas. Armado de valor cerró su mochilita y la dejó sobre la mesa. A toda velocidad se levantó y corrió hasta la puerta de la cafetería enfrentándose al gran patio. Con los ojos cerrados corrió con fuerza y atravesó el temible pantano de concentro que representaba para ellos la inofensiva extensión de tierra.

Hiperventilado y con sus mejillas todas sonrojadas por el esfuerzo Edward llegó al salón y encontró a la maestra Kate ordenando las plastilinas.

- Edward ¿Qué haces aquí? - dijo asustada Kate.

- Enséñeme... - dijo con voz entrecortada - Quiero aprender a hablar con Marianne...

- Mi cielo... - le dijo con ternura - Claro que vas a aprender, pero no puedo enseñarte todo en un día.

- Quiero... quiero decirle algo a Marianne - habló el niño con la voz más repuesta.

- ¿Ah sí? ¿Qué quieres decirle a Marie? - preguntó mientras le acariciaba una mejilla.

- Quiero decirle que la quiero mucho - Respondió firme el pequeño Edward. Los ojos de Kate se abrieron como platos y suspiró emocionada al escuchar las palabras del niño. Ella asintió y se agachó para quedar a su altura.

- Veamos, haz lo mismo que yo Edward - el niño miraba atenta a los gestos de la maestra para memorizar cada movimiento. Su maestra repetía cada seña y él intentaba imitarla.

Esa fue la tónica del resto del receso para Edward, aprendiendo la seña que marcaría su vida para siempre... amor.

- Jefe Cooper, tiene una llamada - le habló la Sra. Copeland a Charles sosteniendo el teléfono de la cafetería. Se puso de pie rápidamente y se alejó para atender la llamada dejando a Marianne sola en la mesa.

Debido a la distracción de Kate con Edward la maestra no había regresado a tiempo a buscar a los niños antes de que los grados superiores se juntaran con los pequeños causando una complicación. Cuando el timbre sonó Kate se dio cuenta del error y tomando en brazos a Edward corrió por el patio. Al llegar el lugar estaba lleno de gente y los pequeñitos estaban asustados. En la primera persona que pensó Kate fue en Marianne así que bajando a Edward de sus brazos le habló.

- Edward, corre donde está Marianne y no te muevas de su lado - el pequeño asintió y corrió al otro extremo de la cafetería en busca de la niña. La encontró con los ojos llenos de lágrimas, dos niños de unos 6 años estaban en su mesita y al parecer estaban burlándose de ella.

- ¿Por qué no hablas niña? ¿Se te comió la lengua los ratones? ¿Me puedo comer una de tus galletas? ¿Eres nueva? ¿Por qué no tienes uniforme? - Eran las preguntas que salían a borbotones de la boca de los dos niños. Edward se acercó hasta ella y la abrazó con fuerza.

- Ya estoy aquí... - le susurró aun sabiendo que la pequeña no le escucharía. La escuchó sollozar y le acarició la cabeza - Ya pasó... - Edward sonrió y la niña se alejó un poco para verlo. Ella sorbió su nariz - Yo te cuido, soy tu súper héroe ¿Sí? - Desde ese momento y de forma tácita entre Edward y Marianne se creó una especie de pacto especial. Él sería su súper héroe que le daría protección y apoyo incondicional, y ella a cambio le daría algo más importante de lo que Edward podía ofrecerle, ella le retribuiría con su amor eterno...

- ¿Qué le pasa a esa niña? - preguntó uno de los niños que seguían en la mesa rompiendo una delicada burbuja que se había formado entre Edward y Marianne.

- Tontos... - fue lo único que dijo Edward mientras se alejaba tomado de la mano de la pequeña. Kate tomó a todos los niños y en orden los llevó al salón. Juró nunca más volver a despistarse en algo tan delicado como aquello, sobre todo con la presencia de Marianne ahora como su alumna.

Charles volvió al salón unos minutos después, debido a la atención que estaba prestando a la llamada telefónica que desde la estación de policía le habían hecho no se percató del incidente. Tomó asiento en una de las sillitas y puso atención a la clase de la maestra Kate.

- Buenos mis pequeños, hay algo importante que Marianne nos va a enseñar ahora. Así como las vocales tienen una seña, los nombres también lo tienen. Cuando queremos referirnos a alguien muy cercano a nosotros no siempre vamos a deletrear todas las letras así que hacemos una seña particular. Esas señas las creamos nosotros basadas en algo especial que tiene esa persona. ¿Les parece si lo intentamos aquí en clase? Nuevamente un coro de ¡Sí! retumbo en el salón.

- ¿Quieres empezar? - Le animó Kate a Marianne, ella negó - No importa, yo empiezo. Veamos - dijo mientras hablaba con los niños - Empecemos con la primera letra, la A de Ángela ¿Qué es lo que más les llama la atención de Ángela?

- Sus lentes - respondió Michael sonriente.

- Muy bien entonces para Ángela haremos la seña de la A dibujando sus lentes. Vamos todos... - Marianne fue la primera en repetir la seña de la maestra seguida por el resto de niños. Ángela sonrió al darse cuenta que de cierta forma sus lentes también la hacían especial y no extraña como siempre creyó.

- Ahora vamos con Michael. Andrea... ¿Qué llama la atención de Michael?

- Su cabello rubio - respondió sin dudar la pequeña.

- Entonces su seña será su cabello - La maestra enseñando tres dedos haciendo la seña de la M señaló su cabeza refiriéndose al cabello del niño. Al igual que con la seña de Ángela, todo el salón repitió el gesto.

- Ahora... ¿Qué llama la atención de Andrea? - preguntó la maestra.

- ¡Que habla mucho! - respondió Eric. Todos en el salón rieron menos Andrea que bufó molesta.

- Andrea tiene una excelente capacidad expresiva así que vamos a resaltar eso. Con el dedo chiquito vamos a dibujar una A y haremos la mano así - la maestra abría y cerraba los dedos haciendo el gesto que la pequeña niña Stanley hablaba mucho. Marianne sonrió divertida y repitió el gesto.

- Muy bien mis pequeños. Ahora... ¿Qué es lo que llama la atención acerca de Edward? - preguntó la maestra. De inmediato Marianne tomó de la camiseta de Kate para llamar su atención. Kate volteó y vio a la pequeña hacer un gesto que la hizo sonreír.

- Marianne nos dice que lo que más impacta de Edward es su sonrisa. Así que vamos a hacer la E y vamos a dibujarnos una sonrisa - La pequeña Marianne sonrió y realizó la seña con la que se referiría a Edward durante toda su vida, una E sonriente ya que la sonrisa de su súper héroe había logrado tocar su corazoncito, había calentado su alma.

- Mis chiquitines, estoy muy orgullosa de ustedes. Ahora, para terminar, vamos a escoger una seña para Marianne ¿Qué les llama la atención de Marianne?

- Que es tímida - susurró Michael.

- Que su papá es un poli - respondió entre risas Tom.

- Que es hermosa - dijo con fuerza Edward.

- Tenemos varias respuestas. Pero vamos a escoger la última, la de Edward ya que Marie fue quien puso la seña para Edward. Vamos a hacer a enseñar la palma de la mano escondiendo el dedito gordo y hacemos así la M de Marie. Ahora vamos a pasarnos esa manito por la cara dibujando un círculo. Eso significa bella, un sinónimo de hermosa en español. Marie es bella... ¿Verdad chicos?

- ¡Sí! - se escuchó el grito de Edward. Marianne sonrió y caminó de regreso a su sillita.

            
            

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