Capítulo 4 Una pesadilla

Camila

Abrí los ojos poco a poco, rogando que todo haya sido una pesadilla y ese hombre no esté parado precisamente cerca de mí.

Observo como Alan me sostiene, giro mi rostro buscándolo y en efecto, él está observando hacia mi de una manera que me aterra por completo.

-¿Está bien? -dice Alan, mi garganta parece haberse cerrado porque no quiere pronunciar una sola palabra-. Solo continúe un par de horas más haciendo su trabajo, le aseguro que se irá lo más lejos posible si eso es lo que quiere -él susurra.

Puedo darme cuenta como sus palabras salen con un tono lleno de fastidio.

-Lo siento, me sentí un poco mal -pronuncié con baja voz.

-Que bueno que despertaste muchacha, pensé que nos tocaría realizar primeros auxilios -comenta el abuelo de Alan-. Will, por favor siéntate al lado de tu primo. Empezaremos con esto lo más pronto posible así todos pueden irse y dejarme solo para poder jugar golf.

Sentía como su mirada me quemaba, es claro que fallé. No soy una experta realizando eso, es claro que lo que hice pudo haber salido completamente bien, pero el temor no me dejó hacer bien mi trabajo y lo peor es que no me cerciore de absolutamente nada.

No lo maté...

-Bien, como les he dicho... Hoy cumpliremos con el deseo de su abuela que en paz descanse, ella fue clara cuando dijo que quería que el mando de la empresa familiar fuera tomada por alguno de sus nietos cuando cumpliera 30 años. Quise ser justo, en verdad busque la manera de poder evaluar con tal de identificar quien era la persona idónea para poder hacerse cargo de todo.

-Abuelo, es claro que la única persona responsable aquí he sido yo -dice Alan con prepotencia-. Deberíamos ser justos.

-No comas ansias, mira lo que quiero que sepas es que intenté hacer las cosas como tu abuela me lo hubiera querido. Tu y Will son los únicos que pueden hacerse cargo de la empresa, sin embargo, creo que lo más indicado es que tu sigas al mando de ella, al menos por un tiempo prudente en lo que Will aprende del negocio para poder evaluarlos con equidad.

-¿Estás diciendo que debo esperar más tiempo para competir con Willie? mira abuelo, he manejado por mucho tiempo la vicepresidencia de la empresa y lo más justo es que sea yo quien me encargué de todo, él solo piensa en sus negocios turbios. -Bajé la mirada, en parte Alan tenía la razón. Will era turbio, era oscuro.

-Eso es ridículo primo, estás cuestionando mis habilidades, solo porque no soy como tú, afortunadamente. Yo estoy dispuesto a eso con tal de demostrar que soy hábil.

-Perfecto, entonces podemos dejar que Will se encargué de la vicepresidencia, y tú te encargas temporalmente de la presidencia. Pero todo será bajo mis condiciones, no puede haber fallas, mucho menos quiero que sean mediocres.

-Abuelo, me sorprende en verdad que las cosas se hagan como Willie dice.

-Alan, si haces las cosas bien, pues sencillamente la presidencia de las empresas serán tuyas. No quiero escándalos, saben que las acciones del hotel caerían, así como pasó la última vez. Adicional les recuerdo que sería conveniente que se concentren en el negocio y hagan a un lado a las mujeres, eso definitivamente los hará desconectar de la realidad.

-Es decir esto es, el que primero se equivoca pierde y se va ¿verdad? -Will dice con una sonrisa.

-Así es, sin contar que pondré a cada uno a cerrar un negocio importante, el que logre pues irá en la delantera. -Alan aprieta sus manos, solo puedo observar la enemistad que hay entre ellos dos.

Will me mira, su mirada cargada de odio y lascivia hace que mi cuerpo se electrifique. Esa misma mirada que días atrás me hacía erizar por completo.

-Perfecto, entonces me instalaré en esta casa ¿no te molesta abuelo, verdad? -pronuncia Will.

-Will creo que es mejor que te quedes en uno de los apartamentos -le responde el abuelo-. No me gusta que invadan mi espacio. Adicional tienes mucho por explicar, ¿esos golpes de que son?

-Tuve un pequeño problema con una rata -Will habla mirándome.

-Asegurate de que esa rata esté lejos de ti, porque lo que menos quiero es que eso afecte mi patrimonio, el patrimonio de mi familia. Eso es todo, por ahora. Pueden retirarse.

Alan se pone de pie y camina hasta donde su abuelo.

-¿Esto lo haces a propósito?

-Alan, deja de pensar eso, entiende que quiero lo mejor y para eso las cosas deben ser distintas. Tu has tenido todo lo que has querido en la vida, es momento de darle una oportunidad a Willie.

-Olvidé que era hijo de tu favorito. Pero no voy a dejar que mi hermana y yo nos quedemos sin nada, porque si vamos a hablar de avaricia, yo no me quedo atrás. -Alan me mira y me hace señas para que salgamos. Sin refunfuñar me pongo de píe y lo sigo, lo que menos quiero es estar aquí más tiempo.

-¿Acabamos con esto? -dije con mi voz temblorosa.

-No, esto no ha acabado, al menos para mí. Usted hizo bien hoy, traer a alguien que no tuviera nada que ver con esto, fue lo mejor. Le agradezco, le daré su dinero y puede irse.

-Sí, eso es lo que más quiero.

-Alan, ¿podemos hablar a solas? -lo llama su abuelo. Alan me hace señas para que lo espere, junto mis dedos rogando para que Will no se acerque.

Pero mis súplicas fueron en vano, sentí como jalaron mi brazo arrastrándome a un cuarto.

-Suéltame o si no gritó -advertí.

-Atrévete mal.dita y tu madre estará mue.rta. -Esas palabras me dejaron helada, él me entró a la habitación y allí me empujó contra la pared-. ¿Crees que debería estar feliz?

-Deberías estar mue.rto.

-No seas tan idiota, ni siquiera sabes clavar un cuchillo. Te saqué de ese mundo en el que vivías, y me pagaste de la peor manera. ¿Por qué mier.da me quisiste matar?

-Que ironía que me preguntes eso, porque no te importaba golpearme cada vez que quisieras, con tal de salirte con la tuya. Vivir a tu lado fue un infierno. -Él suelta una sonora carcajada-. Si lo hubiera sabido, jamás te hubiera tomado como opción.

-¿Un infierno? no seas idiota, eres una cualquiera y vivias en el paraiso conmigo, antes deberías agradecer que por mi tu mamá no se está muriendo de hambre. Fallaste en tu intención de matarme, y sabes a la perfección que ese fue tu peor error.

-No le hagas nada a mi madre, por favor. Te pagaré el dinero con el que compraste sus medicinas, pero no volveré contigo. -Él me sujeta del cuello cortando el aire en mis pulmones.

-Eres mía, solo mía. Te compré y me perteneces, no vas a escapar de mí. -Comienzo a llorar, el miedo se apodera.

¿Merezco esto? no lo sé, pero creí que mi vida cambiaría, que sería feliz al lado del hombre que amaba, que equivocada estaba. Solo soy un objeto para él, Will nunca me amó.

-¿Cómo conociste a Alan?

-Eso no te incumbe.

-No me respondas así -él me susurra, mientras me suelta del cuello, pero utiliza sus manos para tocar mi cuerpo-. Te ves tan apetecible, pareces otra. -Cierro mis ojos al escucharlo-. Contestame. No soportaría que de nuevo alguien ponga sus manos en ti, me perteneces.

-Solo le estoy haciendo un favor, nada más. A partir de hoy no lo volveré a ver. -Will sonríe.

-Te equivocas, no te pudiste deshacer de mí, ahora te usaré para lo único que eres buena. Convence a Alan que te deje trabajando con él, te vas a quedar conmigo en el apartamento, te llevarán allí, tendrás a alguien que te cuide está vez. Te voy a advertir algo Camila, conmigo no vuelves a jugar, porque si me intentas matar de nuevo, ya está la orden para que hagan volar a tu madre en mil pedazos.

Él aprieta mi boca y me besa, luego abre la puerta y sale. «¿En qué te metiste Camila?»

            
            

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