Tres años después del nacimiento de Agustín, en un país al norte de Uruguay pero en un mismo continente, un 20 de mayo nació una niña rebelde por naturaleza, y fue muy clara su postura al nacer, ella nacería por cesaría programada aparentemente un 21 de mayo, pero NO, ella no quería obedecer y comenzó a protestar la madrugada del 20 de mayo, causando dolor a su madre y adelantando su parto, al nacer la pequeña bebé era lo más hermoso que papá y mamá habían visto, era una masita de carne redonda, con mejillas rosadas, cabello muy obscuro, había heredado los ojos negros profundos de su padre.
La pequeña bebé llegó para ser el complemento de su familia, tenía un hermano mayor quien a pesar de apenas tener dos añitos ya sabía cómo defenderla de dragones y monstruos, ella venía a ser el sueño hecho realidad de su madre, y la princesa de su padre. Desde la primera noche alteró el mundo de sus padres con su llanto infantil a todo pulmón, era lo mejor que una bebé de horas de nacida podía hacer, lloraba porque tenía hambre, por si tenía frío, por si su pañal estaba sucio o por si acaso , asumiendo que todo era un buen pretexto para ejercitar sus pulmones, mostrando así que el lugar más seguro en el que podía estar era en los brazos de su mamá ya que solo ahí podía dormir tranquila, ese seguro fue el día en el que Andy no pudo dormir literalmente más de diez minutos seguidos. Internamente se preguntaba si así sería su vida en adelante, o si solo sería hasta que la pequeña se adapte, soltando un suspiro, abrazo a la pequeña y espero el nuevo amanecer. Cuando la bebé llegó a su cómoda casa, en donde estaba su pequeña cunita adornada de color rosa, preparada con tanto amor, desde ese pequeño momento la pequeña bebé les regaló noches más tranquilas, devolviéndoles la paz nocturna, desde ese momento fue la Bebita más tranquila del mundo. Esa noche ya en casa, era adorable contemplar su carita redonda y manitos con puñitos cerrados, sus padres rodeando la cuna suspiraron y al unisonido dijeron: -bienvenida pequeña princesa- se miraron a los ojos y se dieron cuenta lo felices y bendecidos que eran al tener a esta pequeña, el amor con el que la recibieron era tan grande que no existía medida o palabras que pudiera describirlo. El amor más grande del planeta recibió esta pequeña niña, que bastaba con hacer un pequeño intento de llanto y todos a su alrededor buscaban cómo poder evitar su dolor o incomodidad. De carácter muy tierno, pero muy fuerte con determinación en sus objetivos Nicole iba creciendo año tras año, convirtiéndose cada vez en la princesa adorada por toda su familia. Cuando fue al jardín de infantes, con su carácter único, tierno se ganó el corazón de todos quienes la rodeaban, su manera de saludar y de sonreír, o la de dar un abrazo lleno de cariño angelical y sincero, a pesar de tener 5 minutos de conocerlos, así era la pequeña Nicole, con el don y la magia de hacer sentir importante a todo laqueo que conocía, pero también en ella su alma rebelde y decidida iba floreciendo, lo usaba las veces en las que veía injusticias, apesar de tan solo tener 4 años de edad con madurez precoz defendía la verdad y la justicia, ayudando a sus amiguitas más pequeñas. Se preguntarán si la pequeña era una damisela en apuros, pues no, no n ovaciones se transformaba en una guerrera imparable, así bien lo comprobó un niño llamado a Martín, quien a sus 4 años de edad cometió el error de pegar niñas pequeñas , y entre ellas Nicole quien al defenderse golpeó la frente del niño con su cabeza explicándole que a las niñas no se pega, el niño salió corriendo en llanto al haber recibido su regaño. Cuando su padre fue a recogerla del jardín de infantes su pequeña le narró su día y al contarle del incidente dijo: -papá hoy Martín pegó mi, yo Martín pum , Martín lloro, y ya no me molesto- lo dijo alzando sus hombros con autosuficiencia porque ella sola puede arreglar sus problemas , tomando la mano de su padre camino muy feliz, mientras su padre sonreía al ver a su pequeña princesa y ahora guerrera. Una tarde compartiendo con su mamá viendo una película de Rapunzel, la pequeña vio embelesada a una princesa, y como un príncipe en un blanco caballo la buscaba e inocentemente le dijo: -mamá yo quiero un príncipe, que sea mi esposo y me quiera como lo hace mi papá- lo decía con ternura sonriendo. Con gracia su madre con ilusión sonrió , sabía que algún día llegaría. Cada ocurrencia con la que salía la pequeña niña, era atesorado por cada miembro de la familia. Su personalidad mostraba amabilidad, empatía por los demás, descubriendo así lo que quería ser de grande. -papá, mamá yo quiero ser totora- con apenas 4 años y sin poder pronunciar bien les explico que quería ser doctora, una que traiga muchos bebés a este mundo. A cortas carcajadas sus padres la escuchaban. Un sueño que inició siendo niña, pero que día a día formaría cimientos fuertes para poder llegar a su meta. Podemos decir que allí eran solo niños, y en países distintos y muy alejados, qué probabilidad tendrán estos dos mágicos niños de encontrarse alguna vez en sus vidas. Una niña muy inteligente, carismática alcanzando logros académicos a tan temprana edad y un niño luchando por cumplir su sueño.