El Ceo busca su Cenicienta
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Capítulo 4 De vuelta a casa

Keily despertó en el sofá de su estudio, le dolía todo el cuerpo aún, pero al menos no sangraba. Se sentó derecha y repaso los dolores que sentía en el cuerpo, estaba bastante herida, pero no tenía nada grabe, podía soportarlo. Se levanto con intención de ir al baño para prepararse cuando un bip le informo que tenía un mensaje. Keily conocía bien ese sonido, no sonaba frecuentemente, pero siempre que Henry se había acercado lo suficiente a ella le dejaba una nota de voz.

Al principio Keily no sabía porque no había destruido la conexión con aquel dispositivo que había dejado olvidado, pero con el tiempo se acostumbró a escuchar la voz de Henry. Le gustaba aquel juego, aunque tenía que reconocer que el hombre estaba un poco loco. Un poquito más y no sobrevivía a aquel accidente.

- Hola, mi pequeña espía, hoy casi termina nuestro pequeño juego, sé que no lo vas a querer reconocer, pero es evidente que cada vez me voy acercado más. Pronto encontrare a mi cinderella y me estoy comenzando a preguntar qué sucederá entonces. En el cuento el príncipe consigue a su chica y termina en matrimonio. ¿Aceptaría mi pequeña espía este príncipe a su lado?

La chica termino de escuchar el audio y frunció el ceño, no sabía que mosca le había picado a Henry, pero esto era algo completamente nuevo, su relación había sido más de enemigos que de amantes, y ahora de la nada él le estaba proponiendo una relación.

- Bueno, no tengo que preocuparme por eso ahora, primero me tendría que atrapar y eso es algo que no va a ocurrir por el momento y para el momento en que lo haga yo ya estaré casada – analizó la chica y de pronto el final de su frase le recordó algo. – Mierda, mi boda.

Entre su último trabajo y todos los golpes que había recibido había olvidado por completo su propia boda, de inmediato busco su móvil personal y encontró 156 llamadas perdidas y un montón de mensajes. No tenía más tiempo que perder, así que le escribió un corto mensaje a su prometido diciendo que no se preocupara que ya iba en camino y otro a su abuela diciendo lo mismo. Después tomo un baño rápido y al salir se vio en el espejo.

- Vaya cara para el día de tu boda. – se gruño al ver los cortes y golpes que tenía – saldrás hermosa en las fotos – rio, ni que eso le importara mucho, realmente casarse nunca había sido su prioridad, pero su abuela había insistido, quería darle un lugar más estable en la vida, verla tranquila y con una familia antes de partir y después de todo lo que la anciana había hecho por la chica, habría pocas cosas en el mundo a lo que Keily se negara a hacer si la anciana se lo pedía.

Gracias a ese gran amor por la anciana Keily se encontraba corriendo por todo su apartamento guardando armas y buscando un tacón para poder salir al pueblo donde se celebraría la ceremonia. Después de estar un poco presentable con una leve capa de maquillaje que camuflaje las heridas y todas sus pertenencias más importantes en un bolso Keily salió rumbo a la boda que había olvidado.

Cuarenta y cinco minutos después Keily se encontraba entrando por la puerta principal de la casa familiar de la familia Peralta, las puertas se abrieron y el mayordomo y el mayordomo le lanzo una mirada despectiva mientras sus ojos la recorrían de abajo a arriba.

- La señora Peralta la espera en su habitación. – le informo y luego dio la espalda y regreso al interior de la mansión. – Keily suspiró los desplantes de esa familia y los empleados nunca le habían importado, solo la anciana y no quería preocuparla.

Subió las escaleras de dos en dos tan rápido como pudo a pesar del fuerte dolor en las costillas. Entro en la habitación de la anciana sin tocar la puerta y nada más atravesar el marco una almohada voló en su dirección. Bien podía haberla detenido, o esquivarla, pero la verdad era que se lo merecía eso y cualquier otra cosa que la anciana decidiera hacerle para descargar su ira. Tras recibir el golpe la chica cayo de rodillas fingiendo de manera exagerada encontrase adolorida.

- Abuela, me haces daño. – sollozó

- ¿Daño? Daño mi pobre corazón que tiene que sufrir por ti día tras día. ¿Como es posible que te hayas olvidado del día de tu propia boda? Esto es algo inaudito.

- ¿Cómo crees que me iba a olvidar de un día tan importante? Para nada, solo estaba ocupada en el trabajo, pero ya estoy aquí. ¿No? Deja de regañarme y mejor vamos a prepararme, hoy es un gran día se acercó a rastras a la anciana, se sentó a sus piernas y apoyo la cabeza en su regazo. A anciana le acaricio el cabello y después le dio un cocotazo.

- ¿Crees que me vas a engatusar tan fácilmente para librarte de tu reprimenda? Ni lo sueñes, sabes bien que esta boda es importante, necesito asegurarte un lugar en esta familia antes de partir al más allá. Esta boda con Julián te dará estabilidad y seguridad cuando yo no este y te mantendrás en una buena posición en la familia sin que ninguno te vea como una amenaza. Se conocen hace bastante, se llevan bien y es un buen candidato, no puedes desaprovechar esta oportunidad, quiero morir tranquila sabiendo que estas bien y tienes una familia a tu lado, es todo lo que pido. - Keily conocía bien los temores de la anciana, sabía que en su familia nadie la toleraba y si aún no la habían echado era por la influencia de la anciana, pero nada de eso le importaba a Keily, esa familia no le quitaba horas de sueño, pero aun, así como agradecimiento a la anciana por cuidar de ella durante tantos años se mantenía regresando siempre ahí.

- Lo se abuela, no tienes que preocuparte por mí, sé cuidarme sola, pero para que sientas mejor ya estuve de acuerdo con esta boda, no pienso huir.

- Cuando lo dices así parece que estoy obligando a casarte, o que el nuevo fuera un mal hombre. Si escogí a Julián es porque vi como si miraban durante años y sabían que tenían algo. Al final yo solo les di un empujoncito para formalizar esa relación.

- Abuela, a eso no se le puede llamar empujoncito, digamos más bien que nos aventaste del avión sin paracaídas, pero ya nada de eso tiene sentido, hoy me voy a casar con él y punto final.

- Bien entonces prepárate y vamos a la iglesia ya deben de haber llegado todos los invitados.

- Señora Agustina tenemos un problema – Magda la empleada de confianza de la anciana abrió la puerta y entro prácticamente corriendo, algo no propio en ella ni en ningún empleado en la mansión que siempre eran extremadamente educados con la anciana.

- ¿Qué sucedes Magda?, vamos respira y desembucha.

- El señor Julián a adelantado la boda y no nos habían informado, según tengo entendido ya debe estar al punto de comenzar.

- Pero como podría hacer una cosa así, Keily aun no esta lista, no puede haber boda sin novia.

- Señora lo que intento decirle es que, si hay novia, el joven Julián y la señorita Janet decidieron casarse.

- ¿Qué? Y Keily, ¿qué sucede con Keily? – soltó la anciana hablando consigo misma pero que todos fueron capaces de escuchar. Nadie respondió a su pregunta retórica.

            
            

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