Habían transcurrido cuatro días del incidente con Leonel, y Harper no lo había visto en casa en todo ese tiempo. Alice, el ama de llaves, le había contado que Leonel recibió doce puntos de sutura en la mano izquierda, que había tomado un vuelo directo a Hong Kong tras salir del médico y que regresaría justo a tiempo para asistir a la gala esa noche. Harper no sabía si el silencio de Leonel era intencional o simplemente un reflejo más de la distancia entre ellos. Su instinto la inclinaba hacia lo segundo, especialmente después de lo ocurrido en la ducha.
Mientras se llevaban a cabo las reparaciones Harper se vio en la obligación que mudarse temporalmente a la casa de huéspedes, y descubrió que prefería estar allí en lugar del piso principal. Los espacios eran amplios sin llegar a ser tan imponentes como en la residencia de Leonel. Además, tenía ese estilo tipo loft que, de algún modo, le recordaba su antiguo apartamento de la universidad.
Esa mañana, mientras Alice le servía una taza de café, Harper aprovecho la oportunidad para hablar de lo ocurrido. La amargura aún le pesaba; no podía olvidar la ira en los ojos de Leonel y la indiferencia en su trato. Ella no espera que fuesen amigos, pero sí al menos, algo de cortesía en memoria de Logan.
Alice, con su habitual serenidad, la escuchó con atención, sus manos trabajando en la encimera mientras Harper desahogaba su frustración.
-Te lo digo Alice, no lo soporto. Fue como hablar con una pared. O peor. -Harper negó con la cabeza, recordando la mirada fría de Leonel y la forma en la que la había dejado a un lado. Alice era por mucho la única figura materna que había tenido en años. También era una de las pocas personas que conocía la verdadera naturaleza de la relación entre Leonel y ella.
El ama de llaves asintió lentamente, un brillo pensativo en sus ojos. A diferencia de Harper, Alice tenía más tiempo en la vida de Leonel. Sabía que Leonel no siempre había sido así. Podía parecer una persona inalcanzable y distante, pero Alice había visto otros lados de él. Mientras escuchaba, juntó las piezas del rompecabezas, como solo alguien que había conocido a Leonel por años podía hacerlo. Tras unos segundos en silencio, todo encajó en su cabeza.
-Claro -murmuró, con la mirada perdida en la distancia.
Una de sus mejores amigas le había contado que Cassandra, exnovia de Leonel, estaba de vuelta en la ciudad. A juzgar por la forma en la que habían acabado las cosas entre ellos, Alice preveía tiempos difícil. Para todos.
Alice observó a Harper lo suficiente para hacerla sentir analizada.
-¿Qué? -preguntó Harper.
-Sabes, hace poco escuché que Cassandra Frost, está de vuelta en la ciudad -dijo Alice, sin levantar la vista del sartén. Aunque su tono era casual, el comentario parecía un anzuelo, como si quisiera sondear cuánto sabía Harper sobre el pasado de Leonel.
Harper frunció el ceño. Sintiendo que el nombre le resultaba vagamente familiar.
- ¿No es ella la creadora de contenido que rompió su compromiso y se fue a Corea? -preguntó, intentando conectar los puntos.
-Sí -respondió Alice, su voz medida, casi indiferente. -A veces, el pasado encuentra una manera de volver -añadió, encogiéndose de hombros. Pero en su mirada se reflejaba una chispa de intriga que no pasó desapercibida para Harper, quien seguía sin comprender el giro inesperado de la conversación.
Las palabras de Alice quedaron suspendidas en el aire, pero antes de que Harper pudiera responder fue interrumpida por una llamada en su celular. Era Melody, la asistente personal de Leonel.
-Señora Manzuri, lamento molestarla -comenzó Melody-, solo quería confirmar su disponibilidad esta noche para la gala anual de Holland & Manzuri.
Harper se quedó en silencio un segundo, sintiendo el peso de la situación sobre sus hombros. El matrimonio podía ser solo un acuerdo en papel, pero las implicaciones iban mucho más allá de una simple firma. Su actual condición de "esposa" del único socio fundador vivo, y heredera de los activos de Logan, la colocaban en una posición que no podía eludir. Ir a la gala, era parte de eso. Lo demás no importaba.
Tomó aire, tratando de reunir fuerzas para enfrentar otra noche en la que tendría que seguir fingiendo. -Claro, gracias por llamar Melody -respondió Harper, intentando que su voz sonara segura.
-La reunión de su esposo con el Señor Woo se alargó, por lo que Don pasará por usted a las 7:30 y luego irán por el Señor Manzuri al aeropuerto, ¿Le parece bien?
Harper rodó los ojos al escuchar la palabra "esposo".
-Está bien, Melody. Esperaré a Don.
-Ah, casi lo olvido. Una última cosa, señora Manzuri. Su esposo me pidió que le leyera un mensaje. Deme un segundo.
Harper aguantó la respiración mientras escuchaba a Melody buscar entre sus papeles.
-Aquí está, dice: "No volverá a ocurrir".
La línea se mantuvo en silencio. Harper sin saber qué responder e intentando entender el mensaje. Las palabras eran tan impersonales como el matrimonio. ¿De verdad creía que un simple comentario a través de su secretaria era la manera adecuada de disculparse? Al colgar, Harper no pudo evitar sentirse más desconcertada sobre Leonel. Comenzaba a preguntarse si había alguna razón detrás de su constante necesidad de mantener la distancia.
-¿Sucedió algo malo? - Alice seguía allí y la conversación interrumpida también, pero Harper no. Odiaba la forma en que la situación empezaba a sacarla de casillas tan fácilmente.
-Sí. Me casé por obligación y con un gilipollas. - respondió, con un tono mordaz antes de salir, dejando a Alice entre sorprendida y preocupada.