Capítulo 4 Eliana provoca a Johnny

La operación duró muchas horas, y cada momento era una batalla entre la vida y la muerte. Eliana realizó todo el proceso de principio a fin. Sus manos se mantuvieron firmes mientras trabajaba con precisión y habilidad. Al final, estaba tan cansada que apenas podía mantenerse en pie.

Afuera del quirófano, los familiares esperaban tensos. Leah Allen, la madre, no pudo contener su ansiedad. "¿De verdad esa jovencita podrá hacerlo? ¿En serio es doctora?".

"Sí, es la mejor", le aseguró alguien. "El doctor Boyd le pidió ayuda. Es Night, la cirujana mundialmente reconocida. Si no la conocen, busquen información sobre ella".

Leah buscó rápidamente su nombre en su celular, y cuando vio los elogios y logros, se sintió esperanzada. "¡Nuestra hija tiene una oportunidad de vivir!", exclamó.

Mientras tanto, Johnny estaba en la casa donde Eliana había vivido durante esos tres años. Los platos en la mesa estaban intactos y las habitaciones se veían ordenadas. Era evidente que, desde el divorcio, ella no había regresado.

Johnny no sentía nada por Eliana. A sus ojos, no era más que una hábil manipuladora que había amenazado a su abuela para obligarlo a casarse con ella.

Era como la historia del granjero y la serpiente. Él la salvó, pero ella lo lastimó mordiéndolo.

Sus pensamientos fueron interrumpidos por una llamada de su secretario, Laurence George.

"Señor Roberts, encontré a Night".

El corazón de Johnny dio un vuelco. "¿Dónde está?", preguntó emocionado.

Había pasado mucho tiempo desde que había escuchado alguna noticia sobre ella. ¡Por fin!

"En el Hospital General Tricvale; ya mismo está realizando una cirugía", respondió Laurence.

"¡Llévame ahí inmediatamente!", exclamó Johnny.

Si Night podía salvar a Caroline, estaba dispuesto a pagarle lo que sea, por mucho que fuera.

Después de siete agotadoras horas, la operación terminó. La vida de la paciente, que antes pendía de un hilo, había sido rescatada del abismo.

Aunque estaba completamente agotada, Eliana esbozó una pequeña sonrisa al ver que el corazón de la muchacha volvía a latir con firmeza.

Una vez terminadas las partes críticas de la operación, le pasó a Stefan las tareas restantes, como la sutura. Estaba muy agotada y necesitaba descansar.

"¿Qué tal si cenamos juntos esta noche?", preguntó él.

"Quizás otro día", respondió Eliana con un gesto cansado.

Los demás médicos, a su vez, todavía estaban procesando lo que acababan de ver. Todo el personal de ese hospital estaba altamente capacitado, pero ver a Eliana salvando a una paciente al borde de la muerte les hizo comprender por qué era una doctora tan reconocida.

Afuera, los padres esperaban ansiosos. Johnny se acercó a ellos y preguntó: "¿Señor Allen?".

Vance se dio la vuelta y lo reconoció inmediatamente. "¿Señor Roberts?".

De repente, las puertas del quirófano se abrieron y apareció una enfermera. "Felicitaciones, señores Allen. La operación ha sido un éxito y su hija estará bien".

Johnny intentó mirar el interior de la sala. "¿Dónde está Night?".

"Ya se fue", respondió la enfermera. Había otras salidas dentro del quirófano, y Night había salido por un pasillo interno.

"¡Vayan y encuéntrenla!", ordenó Johnny a sus subordinadas. Estaba decidido a encontrar a Night ese mismo día.

Pero nadie había visto su rostro porque llevaba una mascarilla.

Con solo una descripción de su atuendo como guía, Johnny bajó corriendo las escaleras para buscarla también.

Por su parte, Eliana había llamado a un taxi. Estaba muy cansada y hambrienta. Necesitaba comer desesperadamente.

Johnny la vio subir al taxi. Su ropa coincidía con la descripción que los señores Allen le habían dado. Sin embargo, ¿por qué parecía ser la misma mujer con la que se había encontrado la noche anterior?

El corazón de Johnny empezó a latir con fuerza mientras se disponía a seguirla en su auto. En el taxi, Eliana se masajeó las sienes y vio un auto negro en el espejo retrovisor.

¿La estaba siguiendo?

"Tome la siguiente a la izquierda", le ordenó al chofer.

Este no entendía por qué ella quería que hiciera eso, pero obedeció. Eliana vio que el auto negro continuaba siguiéndolos, girando cuando ellos lo hacían. Estaba yendo a toda velocidad, como si quisiera bloquear el taxi.

"¿Puede perder el auto que está detrás de nosotros?", preguntó Eliana.

El vehículo negro continuó persiguiéndolos. En poco tiempo pasaría al taxi.

"No puedo", respondió el chofer. "Esa persona es excelente conduciendo".

El auto pasó al lado del taxi. Eliana giró la cabeza y miró al hombre detrás del volante.

Ese rostro...

Su corazón dio un vuelco. ¡Era Johnny!

Entonces, de verdad había regresado al país. Lo de anoche no había sido un producto de su imaginación.

Decidido a detener el taxi, Johnny maniobró para bloquearles el paso. Pero Eliana no se dejaría atrapar tan fácilmente. "Gire a la derecha y deténgase", ordenó.

El conductor siguió sus rápidas instrucciones, haciendo un giro inesperado.

Johnny no había previsto esa repentina maniobra, por lo que se vio obligado a retroceder. Cuando el taxi se detuvo, Eliana se apresuró a cambiar de asiento con el chofer.

Johnny seguía persiguiéndolos, pero ella ya estaba lista. Hábilmente cambió de marcha, soltó el freno de mano y pisó a fondo el acelerador. El taxi salió disparado como una flecha.

Johnny no pensaba ceder, pero Eliana se movía entre el tráfico a una velocidad vertiginosa, adelantando a muchos autos.

Sus habilidades al volante distaban mucho de la cautela, casi timidez, del taxista al que acababa de reemplazar. Parecía ser una corredora profesional.

Aunque Johnny se enorgullecía de su talento al conducir, Eliana lo había superado en maniobras. Ella aceleró hacia un viaducto cercano, y cuando él intentó acercarse por un lado, ella ya había bajado desde otro carril.

Johnny vio el taxi en la ruta paralela, y mientras sus autos pasaban uno junto al otro en direcciones opuestas, una mano delgada emergió de la ventana del taxi para alzarle un pulgar.

Luego, el pulgar giró hacia abajo.

Era un gesto de desprecio. Parecía estar diciéndole que era un inútil.

Esa mujer era muy arrogante.

No solo era una excelente doctora, ¿sino también era muy buena conduciendo?

Era la primera vez que Johnny se sentía tan desafiado. Siempre se había enorgullecido de sus habilidades al volante y se consideraba imbatible, pero una mujer acababa de superarlo.

Cuando finalmente regresó en su dirección para perseguirla, el taxi ya había desaparecido.