Perfecto Desconocido
img img Perfecto Desconocido img Capítulo 8 Noticia
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Capítulo 11 No dudes de mi amor img
Capítulo 12 Atrapado en tu corazón img
Capítulo 13 Felicidad img
Capítulo 14 Chris Golden img
Capítulo 15 Medidas img
Capítulo 16 Nervios img
Capítulo 17 Tensión img
Capítulo 18 Confía en mí img
Capítulo 19 Mensaje img
Capítulo 20 Atrevimiento img
Capítulo 21 En busca de respuestas img
Capítulo 22 Confesión img
Capítulo 23 Sin salida img
Capítulo 24 Preocupación img
Capítulo 25 Sueño img
Capítulo 26 Tres por uno img
Capítulo 27 Trampa img
Capítulo 28 Cenizas img
Capítulo 29 Corazonada img
Capítulo 30 El único img
Capítulo 31 Ubicación img
Capítulo 32 Irreconocible img
Capítulo 33 Perfecto desconocido img
Capítulo 34 Uno solo img
Capítulo 35 Dolor compartido img
Capítulo 36 Extrañeza img
Capítulo 37 Bonita y dulce img
Capítulo 38 Odio img
Capítulo 39 Encuentro img
Capítulo 40 Beso img
Capítulo 41 Sorpréndeme img
Capítulo 42 Mía img
Capítulo 43 Error img
Capítulo 44 Fuera de control img
Capítulo 45 ¿Te gusta img
Capítulo 46 Deseo img
Capítulo 47 Único error img
Capítulo 48 Karma img
Capítulo 49 Placer img
Capítulo 50 Esposo obediente img
Capítulo 51 Resultado img
Capítulo 52 Vida nueva img
Capítulo 53 Celestina img
Capítulo 54 Especial img
Capítulo 55 Provocación img
Capítulo 56 Teoría img
Capítulo 57 Lazo de amistad img
Capítulo 58 Única img
Capítulo 59 Riesgo img
Capítulo 60 Deseo img
Capítulo 61 Lea Bardot img
Capítulo 62 Esperanza img
Capítulo 63 Plan fallido img
Capítulo 64 ¿Me esperabas img
Capítulo 65 Confesión img
Capítulo 66 Final img
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Capítulo 8 Noticia

Observé el resultado de los análisis de sangre con las manos temblorosas, con el corazón acelerado y con un nudo formándose en mi garganta. No había abierto los resultados por miedo a al resultado que hubiera en el, pero ahora las emociones se han adueñado de mí. Alterné la vista entre la hoja y el espejo frente a mí; jamás había creído que me vería tan bonita en un vestido de novia, lista para salir y dar un gran paso a una nueva vida y con cientos de miedos e inseguridades que se han venido formando en mi cabeza desde hace días atrás.

¿Seremos lo suficientemente buenos en esta vida? ¿Tendremos la felicidad que tanto hemos soñado uno en brazos del otro?.

Por supuesto, cómo olvidar aquel mensaje anónimo que recibí. Ha sido imposible sacar de mi mente esa imagen tan horrible y sangrienta. De solo pensar en el charco de sangre y en la piel abierta del cuello de esa mujer, un frío corre por mi espina dorsal y los ascos me dominan casi instantáneamente. Estoy segura que Aiden no es el tipo que ha hecho esa atrocidad, pues en la fotografía no se ve su rostro, pero sí un pequeño tatuaje que sobresale del cuello del hombre.

Y Aiden no tiene tatuajes, por lo que es imposible que de la noche a la mañana se lo haya hecho y después se lo haya quitado. Conozco muy bien cada centímetro de su piel, y marcas o cicatrices él no tiene por ningún lado. Tengo que aceptar que he estado un poco paranoica con esa imagen, pues fue una clara advertencia de algo, pero no sé a qué.

Lo mejor que puedo hacer es enfrentar a Aiden y hacerle saber lo que me han enviado, pero ya tendré tiempo para cuando regresemos de nuestra luna de miel, por ahora no quiero que nuestro gran día se vea arruinarlo. Tal vez él pueda dar con quién lo ha enviado y exigirle una explicación del porqué ha enviado tal imagen. No es nada nuevo los chismes y falsas noticias que dan de Aiden, pero esto ha sido lo más grave y horrible que a mí parecer han dicho en su persona. Además, no creo que él sea capaz de hacer algo tan atroz como eso; él es muy buena persona, incapaz de matar aunque sea una mosca.

-¿Estás lista, mi amor? -mi madre entró en la habitación, pero al verme llevó las manos a su boca acallando un jadeo-. Mi preciosa niña...

-Estoy lista, mamá.

Doblé la hoja y la guardé en el primer cajón de la mesita del espejo.

-Estamos tan felices por ustedes. No creí estar viva para verte casada con un hombre tan bueno como Aiden. Si vieras lo guapo que está -sonreí ladeado, por supuesto que me lo imagino en su traje bien papacito y elegante-. Tu padre está ansioso por entregarte, mi vida.

Solté el aire lentamente por la boca.

-Estoy muy nerviosa, mamá. Tengo miedo.

-¿Por qué?.

-No lo sé. ¿Y si no soy lo suficiente para él?.

-¿Qué es lo que estás diciendo, Sara? El amor entre Aiden y tú es puro, real y muy hermoso. Él te ama tal cual eres y tú lo amas por encima de todo. Nadie es perfecto en la vida, y por supuesto que te vas a encontrar con muchas piedras en el camino que los querrán ver caer, pero está en ustedes si se dejan caer o pasan por encima de ellas. Tendrán sus diferencias, sus problemas y sus cientos de mal entendidos, pero solo está en ustedes si deciden fortalecer la confianza y la comunicación o deciden dejar que esos puntos los separe definitivamente. La confianza y la comunicación es lo más escencial en una relación. Y no es porque seas mi hija, pero tú eres una mujer con un corazón noble. Nosotros estamos felices y quedamos muy tranquilos al saber que nuestro único tesoro va a quedar en tan buenas manos. Es normal que tengas miedos, pero estos mismos se deben a la boda.

-Gracias, mamá -nos dimos un fuerte abrazo.

-¿Por qué tanta demora, mi reina? Ese hombre que será tu esposo le va a dar un infarto si no te ve llegar -entró papá-. Dios santísimo, y no será al único en darle unos cuantos.

Mamá y yo reímos.

-Les tengo algo muy importante que decir antes de salir, y quiero que ustedes sean los primeros en enterarse -coloqué ambas manos sobre mi vientre e inmediatamente sus ojos brillaron por las lágrimas y la ilusión-. Aquí adentro está la muestra más perfecta y magistral del amor que hay entre Aiden y yo; su nieto o nieta viene en camino para pronto llenarnos de felicidad.

Estallaron entre lágrimas y risas. La noticia me ha tomado por sorpresa, pero la felicidad que siento dentro de mi pecho es indescriptible.

-¡Seremos abuelos, mi dulce terroncito! -me abrazaron tan fuerte al tiempo, que hasta el aire se me fue-. Gracias por darnos el privilegio, mi pequeña. ¿Aiden lo sabe?.

Mamá y papá siempre me han tratado tan dulce, que me siento una pequeñita cuando estoy entre sus brazos.

-No, la sorpresa se la daré en la luna de miel. Así que les pido mucha prudencia.

-Seremos prudentes -secaron sus lágrimas y acariciaron mi vientre-. Es tiempo de salir, no hagamos esperar más al novio.

Mi teléfono sonó varias veces, pero me dije a mí misma que este día tan perfecto no podía haber quien lo destruyera nunca. Mis padres me tomaron cada uno de un brazo antes de salir a la cubierta principal del yate. Estoy sumamente feliz por llegar a los brazos de Aiden; mi futuro esposo.

            
            

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