Capítulo 9 Unión

El corazón se me fue acelerando con cada paso que voy dando por la cubierta del brazo de mis padres. La suave música nupcial más las miradas de los asistentes me tienen con los nervios a flor de piel. Aiden está en el fondo, bajo un arco de flores coloridas y vestido en un traje blanco el cual no me lo esperaba en lo más mínimo. Creí que se casaría en traje negro, gris o incluso de vinotinto, pero debo admitir lo atractivo y elegante que se ve por completo de blanco. Su piel bronceada le resalta a la perfección.

Conectamos miradas y su sonrisa se ensanchó cada vez más, haciendo que las personas a nuestro alrededor sean invisibles ante nuestros ojos. Las piernas me tiemblan sin control, y el corazón lo tengo atorado en la garganta. Es difícil poder contener las lágrimas, pero me las trago para no arruinar el maquillaje que llevo en el rostro.

-Te entregamos a nuestro preciado tesoro, sé que la cuidarás y la amarás por encima de todo, ¿cierto? -mi padre y Aiden se dieron un apretón de manos.

-La cuidaré y la protegeré con mi vida, de eso no hay ni la menor duda -aseguró, viéndome con ojos vidriosos.

-Sé muy feliz, mi amor -abracé a mis padres, y fue entonces cuando una lágrima se deslizó por mis ojos.

Aiden tomó mi mano, dejó un suave beso en el dorso de la misma y me guió bajo el arco, dónde el padre empezó la ceremonia con una breve bendición y después con unas hermosas palabras referentes al significado del matrimonio.

-El matrimonio es un acto sacramental y sagrado de vida, en el cual dos personas han decidido unir y compartir su camino en uno solo bajo la bendición sagrada de Dios. La unión marital se basa en la confianza, en el respeto mutuo y en la fidelidad con el ser amado. El matrimonio es la base fundamental para crear a consciencia y con amor una familia; sin mentiras, sin infidelidad, sin esconder secretos. Es un lazo que los unirá hasta que Dios, nuestro padre decida llamarlos. Por lo tanto, ¿han venido aquí a contraer matrimonio por su libre y plena voluntad sin que nada ni nadie los presione?.

-Sí, padre, venimos libremente.

-¿Están dispuestos a amarse y honrarse mutuamente en su matrimonio durante toda la vida?.

-Sí, padre, estamos dispuestos.

-¿Están dispuestos a recibir responsablemente y con amor los hijos que Dios les dé y a educarlos según la ley de Cristo y de su iglesia?

-Sí, padre, estamos dispuestos.

-Pues ya que quieren establecer ente ustedes la alianza santa del matrimonio, unan sus manos y expresen su consentimiento delante de Dios y de su Iglesia.

Nos tomamos de la mano y nos miramos fijamente a los ojos.

-Yo, Aiden Bardot, te pido a ti; Sara Harris, que seas mi esposa porque te amo y prometo serte fiel en lo próspero y en lo adverso, en la salud y en la enfermedad, y amarte y respetarte todos los días de mi vida hasta que la muerte nos separe.

-Yo, Sara Harris te acepto a ti; Aiden Bardot, como mi esposo porque te amo y también prometo serte fiel en lo próspero y en lo adverso, en la salud y en la enfermedad y amarte y respetarte todos los días de mi vida hasta que la muerte nos separe.

-Que el Señor confirme este consentimiento que han manifestado ante la Iglesia y cumpla en ustedes su bendición. Lo que Dios acaba de unir, no lo separe el hombre -culminó.

Acto seguido, Tessa y Harry; nuestros padrinos de boda, nos hicieron entrega de los anillos.

-Recibe este anillo como signo de mi amor y mi fidelidad. En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo... -su voz se quebró al instante que deslizó el anillo en mi dedo.

-Recibe este anillo, como signo de mi amor y mi fidelidad. En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo -deslicé el anillo por su dedo, sintiendo la felicidad más grande que haya podido sentir.

Deseaba gritarle a los cuatro vientos de la bendición que llevo dentro de mí, pero no quiero arruinar la sorpresa que tengo preparada para él.

-Alguno de los aquí presentes está en contra de este vínculo sagrado, si es así, que hable ahora o que calle para siempre -el silencio nos envolvió por largos segundos-. Bien. Yo los declaro marido y mujer; puede besar a la novia.

-Mi señora -Aiden me abrazó por la cintura, antes de estampar sus suaves labios en los míos.

El fuerte estallido de aplausos inundó mis oídos mientras me iba fundiendo en la dulzura y en el calor de sus labios. He unido mi vida para siempre con la suya, ¿seremos completamente felices? Por supuesto que sí, no hay poder humano que acabe con el amor verdadero.