Capítulo 6 Una herida abierta

"¡Señor Gibson! ¿Dónde está? La ceremonia está a punto de comenzar...".

La voz del asistente de Clayton se hizo más débil a medida que se alejaba del baño de mujeres. Dado que no imaginaba que lo buscaran allí, Yvonne se puso nerviosa y su cuerpo se tensó de inmediato.

Por su parte, él se burló y su aliento le hizo cosquillas en la oreja: "¿Qué sucede? ¿Estás nerviosa? Muy pronto, toda la ciudad estará contando historias sobre cómo sedujiste al tío de tu exnovio. ¿No crees que ya es un poco tarde para tener miedo?".

Dándole una palmadita juguetona en el trasero, agregó: "Relájate".

"¡Es que esto es una locura! Estamos en un lugar público. ¿Acaso no te das cuenta?", mientras protestaba, Yvonne se aferró a la tela de su traje.

Entretanto, su comportamiento alarmado y ansioso sólo hizo que Clayton se emocionara más.

Aunque el gran salón albergaba la celebración del compromiso de las familias Gibson y Lawson, allí estaban ellos, escondidos en el baño, entregándose nuevamente a la pasión.

Yvonne se esforzó por permanecer en silencio, temerosa de atraer cualquier atención. Por el contrario, Clayton parecía disfrutar provocándola, acariciándola implacablemente hasta que ella sucumbía a gemidos involuntarios de placer.

Una mezcla enredada de miedo y excitación creó una melodía caótica. Atrapada de espaldas al espejo, la joven no podía ver su apariencia desaliñada, pero a juzgar por la satisfacción de Clayton, podía decir que su reacción era exactamente lo que él quería: que su compostura se desmoronara.

De pronto, la voz del asistente se hizo más fuerte y cercana, por lo que el hombre decidió poner fin a su apasionado momento. Luego de apartarse, se acomodó el traje frente al espejo e ignoró a Yvonne, quien quedó totalmente agotada y despeinada en el lavabo.

"La fiesta de compromiso está a punto de empezar. Asegúrate de estar ahí", Clayton comentó en tono burlón, como un depredador que detiene su persecución para ofrecerle a su presa un momento de respiro.

En respuesta, la chica lo miró y se obligó a sonreír. ¡Si él no la hubiera retenido, ella habría vuelto a su asiento desde hacía media hora!

Con una expresión sarcástica, se arregló el vestido y dijo: "Claro que estaré allí. Créeme, ¡jamás me perdería el compromiso de mi exnovio con mi hermanastra!".

Sus manos estaban resbaladizas por el sudor y la presión de sus puños cerrados había dejado unas marcas teñidas de rojo en sus palmas.

A decir verdad, Yvonne jamás habría puesto un pie en la fiesta de compromiso, pero allí estaba, obligada a ver cómo sucedía todo. ¿No era ese el empujón final que necesitaba, dado que Louis la había traicionado para perseguir sus ambiciones? ¿De qué otra manera podría encontrar la fuerza para dejarlo ir si no fuera enfrentándose a ese doloroso final?

Clayton se dio cuenta de la resignación en su rostro y se sintió extrañamente atraído. Su aspecto sereno lo intrigaba demasiado; tal vez era la emoción de ver cómo se agrietaba su herida lo que lo emocionaba aún más.

Mientras caminaba casualmente, sacó una llave de su bolsillo y la arrojó al lavabo.

"Ve a la Villa No. 1 en villa Crystal, el código de la puerta es 3344. Encontrarás un auto de lujo en la cochera, está listo para que lo uses. Mientras estés conmigo, en tu vida no faltará nada".

"No, gracias, no necesito tu caridad. Además, ni siquiera sé conducir. ¡Y tampoco voy a vivir contigo!", Yvonne refutó con firmeza, ajustándose el vestido. "Me quedaré con mi familia. Es hora de reclamar lo que por derecho le pertenece a mi madre".

"Aprecio que una dama sea fuerte e independiente, pero tampoco cruces la línea o terminaré cansándome. Además, ¿cómo pretendes reclamar tu derecho en un estado tan débil?".

Sin detenerse a esperar una respuesta, Clayton agarró la muñeca de Yvonne y le separó los dedos, envolviendo delicadamente un pañuelo alrededor de su mano herida.

"¿Crees que si te haces daño, tu padre lo reconsiderará? Te estás engañando a ti misma si piensas así. Cuando te lastimas, no le afecta a nadie más que a ti".

"¡Eso no es asunto tuyo!", gruñó ella, con voz temblorosa.

No podía borrar el recuerdo de cómo él la había tratado hacía unos momentos, ni cómo estaba desesperada por sacarlo del baño de mujeres antes de que los atraparan y estallara un escándalo mayor.

Lejos de intentar lastimarse, el cuerpo de Yvonne simplemente reaccionó con una sensibilidad aguda, un rasgo arraigado desde su niñez. Stella Lawson la había criado para que fuera dócil y delicada, por lo que incluso un fuerte apretón podía dañar fácilmente su piel. Debido a esto, cuando cerró las manos en puños, fue inevitable lastimarse.

Irritado, Clayton replicó con desprecio: "Tu bienestar es la menor de mis preocupaciones. Sólo asegúrate de no arruinar mi diversión lastimándote".

Después de atar el pañuelo con un tirón fuerte, lo cual provocó que ella se estremeciera, él se alejó de su lado y salió rápidamente del baño.

La puerta se abrió y se cerró una vez más mientras el hombre hablaba brevemente con su asistente afuera.

Finalmente a solas, Yvonne se tomó un momento para recuperar la compostura, ocultando el rubor de sus mejillas y las marcas de su encuentro con un poco de maquillaje. Y así, después de un profundo suspiro, regresó cojeando levemente a las festividades en el salón de banquetes.