Capítulo 4 No tientes a la suerte

Cuando el atardecer dio paso a la noche, las farolas iluminaron la ciudad, haciéndola brillar con intensidad.

En el ilustre Hotel Sublime, un lugar de máximo lujo, se llevaba a cabo la fiesta de compromiso de Malinda y Louis.

Esta no era una celebración común y corriente. Después de todo, la alianza entre las familias Lawson y Gibson era un acontecimiento histórico que había atraído las miradas de la clase alta de la ciudad.

El salón de baile se llenó de actividad con la llegada de magnates de negocios y líderes de la industria, todos reunidos para brindar la unión de la pareja.

Entretanto, Yvonne hizo su entrada envuelta en un vestido azul cielo adornado con flecos y un bolso cubierto de diamantes. A su lado estaba Clayton, cuya altura y formidable presencia captaron la atención de todos.

¡No cabía duda de que formaban una pareja impresionante!

Al verlos, los murmullos aumentaron, especialmente entre el personal del Grupo Gibson.

Por su parte, al percatarse de su presencia, Louis sintió una punzada de consternación en su interior.

Luego, cuando Clayton se alejó, él se acercó rápidamente a Yvonne, acusándola con una voz teñida de reproche: "¿No te parece inapropiado? ¿Aparecer con mi tío en un evento como este? ¿Acaso tu familia no te enseñó lo que es el respeto?".

Además, si su tío había decidido asistir al evento con la joven de manera intencionada, hacía un contraste evidente a sus habituales apariciones solitarias. Louis estaba sorprendido, ¡nunca antes había visto a Clayton llevar una acompañante a ningún evento!

Sin embargo, Yvonne ignoró sus reclamos y respondió con indiferencia: "Nos encontramos en la entrada y no vimos nada de malo en entrar juntos. ¿Tienes algún problema con eso?".

Ella estaba desconcertada. ¡No sabía que había alguna regla que prohibiera a los familiares de los prometidos entrar juntos a un evento!

Furioso, Louis le lanzó una mirada rápida a Clayton, quien estaba parado no muy lejos, con su habitual actitud evasiva. Definitivamente, ese día parecía distinto, aunque él no podía definir exactamente qué era.

La molestia se hizo presente en la voz de Louis mientras se ajustaba la corbata y agarraba la muñeca de Yvonne: "¿De verdad tienes que montar una escena y avergonzarme en momentos como este? Ya te expliqué mil veces la situación de nuestro matrimonio, ¡no tuve otra opción! Dada tu posición en tu familia, era inevitable que eligiera a la otra hija de tu padre como esposa. Pero no te preocupes, porque incluso después de casarme con Malinda, te aseguro que estaré pendiente de tus necesidades. Apoyo financiero y oportunidades profesionales, te daré todo lo que me pidas. Simplemente no tientes tu suerte".

Fulminándolo con la mirada, ella apartó su mano: "Después de esta noche, no serás más que mi futuro cuñado. Compórtate como tal".

"¿Qué diablos te pasa?", vociferó Louis, en un tono cargado de furia.

Sin embargo, Yvonne lo interrumpió bruscamente, levantando su copa en alto: "Ya que esta noche te comprometes con mi hermana, entonces hagamos un brindis. ¡Que disfruten del amor y la dicha eterna! ¡Salud por su futuro!".

Con una actitud desafiante, ella se bebió el contenido de la copa de un solo trago. Pero a pesar de su dulzura, el vino no logró calmar el dolor que sentía en su corazón.

Ella había llegado a amarlo profundamente, convencida de que él era su escape del control opresivo de su familia. No obstante, el tiempo le reveló que el amor no era nada en comparación con su inquebrantable afán de poder.

Este brindis era una despedida a lo que había sucedido entre ellos, y después de esa noche, lo sacaría de su corazón para siempre.

"¡Yvonne!", Louis gruñó su nombre y la siguió con la mirada mientras esta caminaba hacia la pista de baile.

Ansioso, comenzó a perseguirla cuando Malinda lo agarró del brazo con firmeza.

Ésta última, habitualmente atrevida e imperiosa, ahora tenía una expresión más suave: "¿A dónde ibas? ¿Qué tanto mirabas?".

"Nada".

El futuro de Louis estaba claro, ¡no podía darse el lujo de ofender a la preciada hija de la familia Lawson sólo por un amor perdido con Yvonne!

Él era consciente de que un hogar estable era la piedra angular de una vida prometedora, y pensando en eso, trató de ignorar a la joven, ocultando su irritación en lo más profundo de su ser.

Malinda se había enterado de la llegada de Yvonne con Clayton, un acontecimiento que causó revuelo entre los presentes y había dejado a Louis con la cara enrojecida de coraje. ¡Parecía que esa tipa había venido con el único objetivo de causar problemas!

Lógicamente, Malinda se habría sentido complacida, pues el acto rebelde de su hermanastra probablemente profundizaría el desagrado de Louis hacia ella, asegurando aún más su lugar a su lado.

Sin embargo, en lugar de deleitarse con la situación, la mujer fingió ignorancia, acomodó la corbata de Louis y dijo con suavidad: "Deberíamos ir con tu papá para darles la bienvenida a los invitados. Esta noche, nuestras familias se unirán para siempre y debemos estar impecables".

Tragándose el coraje hacia su exnovia, Louis respiró hondo y pellizcó juguetonamente la nariz de Malinda: "Claro que sí, mi amor, no te preocupes. Vamos".

Mientras se alejaban, él miró a Yvonne, quien estaba en el centro de la pista, bailando muy de cerca con Clayton.

Dado que siempre había tenido poca tolerancia al alcohol, ella se ruborizó y su visión se volvió ligeramente borrosa, por lo que se disculpó con él: "Perdón, necesito ir al baño".

El hombre observó su tambaleante figura en retirada con una misteriosa sonrisa curvando sus labios.

Entonces, la siguió discretamente, colocando un cartel de "En mantenimiento" en la puerta del baño antes de entrar tras ella sin pensarlo dos veces.