El CEO que no podia Amar
img img El CEO que no podia Amar img Capítulo 5 El Juego de las Suposiciones
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Capítulo 6 La Fiesta del Aniversario img
Capítulo 7 El Castigo Invisible img
Capítulo 8 El Descubrimiento img
Capítulo 9 El Encuentro con Sofía Alarcón img
Capítulo 10 El Juego de las Sombras img
Capítulo 11 Redes de Engaño y Venganza img
Capítulo 12 El Regreso de Aitana img
Capítulo 13 Cruces del Destino img
Capítulo 14 Cruces del Destino (Continuación) img
Capítulo 15 El Pasado Frente a Ella img
Capítulo 16 La Revelación del Error img
Capítulo 17 El Secreto Desvelado img
Capítulo 18 El Pasado en la Superficie img
Capítulo 19 Negociaciones del Pasado img
Capítulo 20 Verdades a la Superficie img
Capítulo 21 El Juego Sucio img
Capítulo 22 Jugadas Peligrosas img
Capítulo 23 Frente a Frente img
Capítulo 24 Negociaciones Inesperadas img
Capítulo 25 El Poder de Aitana img
Capítulo 26 El Enfrentamiento img
Capítulo 27 Renacimiento en la Sombra img
Capítulo 28 Sombras del Pasado img
Capítulo 29 El Precio del Silencio img
Capítulo 30 La Trampa de Zaldívar img
Capítulo 31 La Emboscada de Valeria img
Capítulo 32 El Enigma de la Libertad img
Capítulo 33 Ataduras Rotas img
Capítulo 34 El Juego de Zaldivar img
Capítulo 35 Decisiones y Consecuencias img
Capítulo 36 El Juego de las Sombras img
Capítulo 37 El Sombra en el Juego img
Capítulo 38 Bajo la Sombra de la Traición img
Capítulo 39 La Caza en las Sombras img
Capítulo 40 Decisiones bajo amenaza img
Capítulo 41 Decisiones bajo la Oscuridad img
Capítulo 42 Decisiones y Sombras img
Capítulo 43 El Juego de las Sombras img
Capítulo 44 Incompetentes Caerá img
Capítulo 45 El Juego de la Desconfianza img
Capítulo 46 Entre Sombras y Verdades img
Capítulo 47 Caminos Peligrosos img
Capítulo 48 Sombras en el Horizonte img
Capítulo 49 El Eco de las Advertencias img
Capítulo 50 Decisiones Imposibles img
Capítulo 51 Un Paso Decisivo img
Capítulo 52 El Límite del Sacrificio img
Capítulo 53 Bajo la mira de la Sombra img
Capítulo 54 La Verdad entre Sombras img
Capítulo 55 La Brecha Irreparable img
Capítulo 56 La Emboscada Fallida img
Capítulo 57 La Semilla de la Desconfianza img
Capítulo 58 El Juego de las Sombras img
Capítulo 59 El Círculo se Cierra img
Capítulo 60 Sombras del Pasado img
Capítulo 61 La Revelación de Hunter img
Capítulo 62 El Rostro de la Sombra img
Capítulo 63 La Oscuridad Frente a Frente img
Capítulo 64 Especial: El Origen de Adrián img
Capítulo 65 Especial: El origen de Adrián - Parte 2 img
Capítulo 66 La pieza que faltaba img
Capítulo 67 Una Alianza Forzada img
Capítulo 68 Prueba de Fuego img
Capítulo 69 Conversaciones en la Sombra img
Capítulo 70 Entre la Sombra y la Desconfianza img
Capítulo 71 El Precio de la Libertad img
Capítulo 72 El Juego del Engaño img
Capítulo 73 El Precio del Poder img
Capítulo 74 El Destierro de Nicolás img
Capítulo 75 El Ascenso de Aitana Alarcón img
Capítulo 76 Especial: El Exilio de Nicolás img
Capítulo 77 Especial: La Curación de las Sombras img
Capítulo 78 Especial: El Comienzo de Algo Nuevo img
Capítulo 79 Especial: El Regalo de la Sombra img
Capítulo 80 Especial: La Primera Noche de Nicolás y Helena img
Capítulo 81 La Visita Inesperada img
Capítulo 82 El Último Acto de Luis img
Capítulo 83 El Peso del Silencio img
Capítulo 84 La Promesa Silenciosa img
Capítulo 85 El Tiempo en Contra img
Capítulo 86 El Eco de la Nube de Humo img
Capítulo 87 En busca de la libertad img
Capítulo 88 El regreso inevitable img
Capítulo 89 El eco del pasado img
Capítulo 90 El Rastro Perdido img
Capítulo 91 El Alzamiento de los Rebeldes img
Capítulo 92 El Precio de la Venganza img
Capítulo 93 El Juego de Sombras img
Capítulo 94 El Escándalo en la Luz img
Capítulo 95 La Caza en las Sombras img
Capítulo 96 La Tormenta de la Verdad img
Capítulo 97 Sombras Fuera de Control img
Capítulo 98 Caza en las Sombras img
Capítulo 99 Control Perdido img
Capítulo 100 La Última Oportunidad img
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Capítulo 5 El Juego de las Suposiciones

Nicolás quedó inmóvil por un momento, observando cómo Aitana se alejaba con su guardaespaldas. Su mente aún intentaba procesar lo que acababa de suceder. Esa joya costaba más de lo que él había imaginado, y ella había logrado comprarla, incluso después de que él se aseguró de que no tendría acceso a ninguna de sus cuentas. ¿Cómo era posible? ¿De dónde había sacado tanto dinero?

Un pensamiento inquietante comenzó a formarse en su mente. Las pistas estaban todas ahí: los vehículos lujosos, los regalos caros, la tarjeta de crédito que Aitana había usado. Todo apuntaba a algo... o a alguien. Aitana no podría haberlo hecho sola. Tenía que estar con alguien, alguien poderoso y rico. Alguien que la estuviera manteniendo.

Nicolás se dirigió a la tienda de joyas, con el ceño fruncido y la determinación quemando en sus venas. Al entrar, el aroma a cuero y terciopelo lo envolvió. Era un lugar exclusivo, reservado solo para aquellos con acceso a fortunas considerables. Se acercó al mostrador donde Aitana había estado momentos antes, y la misma vendedora que la había atendido lo recibió con una sonrisa cortés.

-Buenas tardes, señor. ¿En qué puedo ayudarlo? -preguntó con profesionalismo.

Nicolás, sin molestarse en sonreír, sacó su teléfono y mostró una imagen de la joya que Aitana había comprado.

-Esta pieza... una mujer acaba de comprarla. Quiero saber con qué tarjeta pagó.

La vendedora lo miró con sorpresa, aunque mantuvo su compostura.

-Lo siento, señor, pero no puedo revelar información confidencial de nuestros clientes -respondió, un tanto nerviosa.

Nicolás se acercó más al mostrador, haciendo uso de su presencia intimidante. Era un hombre acostumbrado a obtener lo que quería, y la situación no iba a ser diferente.

-Escucha, solo quiero saber si fue con una tarjeta de los Alarcón. No te estoy pidiendo ningún detalle personal, solo eso.

La mención de los Alarcón hizo que la vendedora se tensara. Nicolás notó el cambio inmediato en su expresión, y supo que había dado en el clavo. La mujer desvió la mirada, claramente incómoda.

-Señor, insisto en que no puedo revelar esa información -dijo, pero su tono traicionaba su nerviosismo.

Eso fue suficiente para Nicolás . No necesitaba más confirmación. Si Aitana había usado una tarjeta de los Alarcón, eso solo podía significar una cosa: estaba vinculada de alguna manera a esa familia. Pero, ¿cómo? Los Alarcón eran conocidos por ser extremadamente reservados, poderosos y muy ricos. Nicolás conocía su nombre y su influencia en la sociedad, pero también sabía que no había hombres jóvenes en esa familia. Los patriarcas de los Alarcón eran hombres mayores, todos bien establecidos en el mundo de los negocios y la política.

La idea de que Aitana pudiera estar involucrada con uno de ellos le resultaba difícil de creer, pero todo apuntaba en esa dirección. ¿Acaso Aitana había caído en las manos de algún Alarcón mayor a cambio de lujos y comodidades? ¿Era eso lo que había estado sucediendo todo este tiempo?

Nicolás sintió una mezcla de celos y rabia crecer dentro de él. La idea de que Aitana pudiera haberse unido a uno de esos hombres mayores lo perturbaba más de lo que quería admitir. Por un momento, se olvidó de que él mismo había roto el matrimonio, de que había dejado a Aitana por otra mujer. Todo lo que sentía ahora era una necesidad insaciable de entender lo que estaba ocurriendo y de recobrar el control de la situación.

-Gracias por tu tiempo -dijo con frialdad, girándose y saliendo de la tienda sin esperar una respuesta.

Mientras caminaba por el centro comercial, su mente trabajaba frenéticamente. Tenía que investigar más, descubrir qué tipo de conexión tenía Aitana con los Alarcón. Había algo más grande en juego aquí, algo que no podía ignorar. Sabía que los Alarcón no eran gente con la que se jugaba a la ligera, pero también sabía que no se detendría hasta averiguar la verdad.

La posibilidad de que Aitana estuviera involucrada en una relación con alguno de ellos era un golpe directo a su orgullo. ¿Acaso ella había encontrado una forma de vengarse de él, de demostrarle que podía salir adelante sin su ayuda? O peor aún, ¿lo había reemplazado con alguien mucho más poderoso?

Nicolás apretó los puños mientras caminaba hacia la salida. Tenía que llegar al fondo de esto. Y cuando lo hiciera, estaría preparado para enfrentar a quienquiera que estuviera detrás de Aitana.

No podía sacarse de la cabeza la idea de que Aitana estaba involucrada con alguien de la familia Alarcón, y aunque esa posibilidad le resultaba difícil de aceptar, todo parecía encajar. Los regalos lujosos, los vehículos elegantes y ahora la tarjeta de crédito de los Alarcón... Era obvio para él que Aitana no estaba actuando sola. Pero, ¿por qué con ellos? ¿Y por qué ahora?

Mientras caminaba hacia el estacionamiento, su mente elaboraba teorías cada vez más descabelladas. ¿Acaso Aitana había planeado todo esto desde el principio? ¿Se había acercado a los Alarcón como parte de una venganza o, peor aún, una estrategia para asegurarse un lugar en una de las familias más poderosas del país?

Nicolás no podía soportar la idea de que ella pudiera estar en una relación con uno de esos hombres. Sabía que todos los miembros masculinos de la familia Alarcón eran mayores, hombres de negocios que rondaban los cincuenta o más. No había ningún heredero joven que pudiera haber cautivado a Aitana de manera romántica. Eso solo dejaba una posibilidad: Aitana se había convertido en la amante de alguno de ellos.

Un impulso oscuro lo empujó a averiguar más. No podía quedarse con esa incertidumbre. Necesitaba respuestas. Nicolás se detuvo al borde del estacionamiento, con el teléfono en la mano, y comenzó a marcar un número que no había usado en años. Su antiguo contacto en el mundo de la seguridad privada, alguien que le debía varios favores. Alguien que podía conseguir información sin hacer preguntas.

El teléfono sonó un par de veces antes de que una voz grave y monótona respondiera.

-Nicolás, ha pasado un tiempo. ¿Qué necesitas?

-Información -respondió Nicolás sin rodeos-. Sobre los Alarcón. Quiero saber quiénes son, con quién están relacionados, sus movimientos recientes. Necesito todo lo que puedas encontrar sobre ellos, especialmente si hay alguna conexión con una mujer llamada Aitana Ferrer.

Hubo una pausa en la línea, seguida de una leve risa.

-Los Alarcón no son el tipo de personas a las que es fácil seguir, ya lo sabes. Pero si es importante, puedo ver qué consigo. Será caro, eso sí.

-No me importa el precio. Solo consígueme lo que puedas -replicó Nicolás , la impaciencia en su tono.

-Te contactaré cuando tenga algo -dijo la voz, antes de colgar.

Nicolás guardó el teléfono en el bolsillo de su abrigo y exhaló lentamente. No había marcha atrás ahora. Quería respuestas, y las iba a obtener, sin importar el costo.

Mientras conducía de regreso a su mansión, los pensamientos continuaban retumbando en su cabeza. Aitana siempre había sido un enigma para él, incluso cuando estaban casados. Era dulce y dedicada, sí, pero también había una fortaleza subyacente en ella, una que Nicolás había subestimado. Tal vez había más en su historia de lo que él había imaginado.

Pero ahora, si estaba enredada con los Alarcón, las cosas se volvían mucho más complicadas. Esa familia no se andaba con juegos. Eran intocables, poderosos, capaces de arruinar la vida de cualquiera que se interpusiera en su camino. Y ahora, Aitana, su exesposa, estaba en medio de todo eso.

Nicolás golpeó el volante con frustración. Si Aitana estaba usando su conexión con los Alarcón para avanzar en la sociedad, no podía permitirse quedarse de brazos cruzados. No era solo una cuestión de orgullo herido; había algo más profundo que lo empujaba a actuar. Quizás era el deseo de demostrarle que no podía simplemente salir de su vida y prosperar sin él. Quizás era el temor de que, de alguna manera, Aitana pudiera superar lo que él había construido.

Cuando finalmente llegó a su casa, las luces estaban apagadas y la mansión parecía más fría que nunca. Entró en la gran sala de estar, pero no encendió ninguna luz. Se dirigió directamente al bar, sirviéndose un vaso de whisky y dejándose caer en uno de los sillones de cuero.

La mansión estaba vacía, en silencio, como lo había estado desde que Aitana se fue. Y aunque había intentado llenarla con otras cosas, otros lujos, otros rostros, nada había logrado disipar esa sensación de vacío. El éxito y el poder que tanto había ansiado parecían frágiles ahora, insignificantes en comparación con la maraña de emociones que lo envolvía.

Nicolás bebió un sorbo de whisky, dejando que el licor quemara su garganta. Sabía que estaba jugando con fuego al intentar desenterrar información sobre los Alarcón, pero no podía detenerse. No ahora. Había demasiadas preguntas sin respuesta, demasiadas suposiciones que lo atormentaban.

Mientras observaba las luces lejanas de la ciudad desde la ventana de su mansión, una resolución oscura se apoderó de él. No permitiría que Aitana se saliera con la suya, no importaba cuán poderosos fueran los Alarcón.

                         

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