Mimada por el despiadado jefe clandestino
img img Mimada por el despiadado jefe clandestino img Capítulo 4 Acción decisiva
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Capítulo 6 Futuro esposo img
Capítulo 7 Un regalo img
Capítulo 8 Un buen espectáculo img
Capítulo 9 El regalo img
Capítulo 10 Eric, estás irremediablemente ciego img
Capítulo 11 Aprieta el gatillo img
Capítulo 12 Destruiré a los Evans img
Capítulo 13 Eliminarlos a todos img
Capítulo 14 Vidas a salvo, por ahora img
Capítulo 15 Henrik planeaba cocinar img
Capítulo 16 Una muestra de cariño img
Capítulo 17 Snowpear img
Capítulo 18 Picos de la eternidad img
Capítulo 19 Eres una broma de mal gusto img
Capítulo 20 Todavía sientes cosas por mí img
Capítulo 21 Khloe es más idónea img
Capítulo 22 Cien millones img
Capítulo 23 Henrik, el plan B img
Capítulo 24 Intimidad inesperada img
Capítulo 25 Beso de castigo img
Capítulo 26 Por tu propio bien img
Capítulo 27 Hacerlos pagar img
Capítulo 28 El secreto de su madre img
Capítulo 29 Fotografiados juntos img
Capítulo 30 El plan de Lorraine img
Capítulo 31 Un mundo pequeño img
Capítulo 32 No a su altura img
Capítulo 33 Humillación total img
Capítulo 34 La audición img
Capítulo 35 Una presencia deslumbrante img
Capítulo 36 La audición comienza img
Capítulo 37 Ella da vida a la novela img
Capítulo 38 Una escena peligrosa img
Capítulo 39 Todos estaban aterrorizados img
Capítulo 40 Abrazar a Khloe con fuerza img
Capítulo 41 El peso del trauma pasado img
Capítulo 42 Arruinar la reputación de Khloe img
Capítulo 43 La transmisión en vivo img
Capítulo 44 Una llegada misteriosa img
Capítulo 45 Estoy muy por encima de ti img
Capítulo 46 Celos desatados img
Capítulo 47 Discúlpate con Sloane img
Capítulo 48 La verdad proyectada img
Capítulo 49 Revelaciones impactantes img
Capítulo 50 Un error de ebriedad img
Capítulo 51 Una jugada calculada img
Capítulo 52 Úsala img
Capítulo 53 No estás sola img
Capítulo 54 Plan malicioso img
Capítulo 55 Malicia oculta img
Capítulo 56 Revuelo antes de siquiera filmar img
Capítulo 57 Te demandaré en nombre de Evergreen Capital img
Capítulo 58 Aclaremos las cosas img
Capítulo 59 Humillación pública img
Capítulo 60 Renunciar a sus bienes img
Capítulo 61 La Compañía Genesis img
Capítulo 62 Una decisión desesperada img
Capítulo 63 Actuación perfecta img
Capítulo 64 Actuación magistral img
Capítulo 65 Ir de oyente a la universidad img
Capítulo 66 Tendré que dártela yo img
Capítulo 67 Aromaterapia img
Capítulo 68 La clase élite img
Capítulo 69 Ira justificada img
Capítulo 70 Una acusación tras otra img
Capítulo 71 Una mujer audaz img
Capítulo 72 La reto img
Capítulo 73 La oportunidad perfecta img
Capítulo 74 Sloane lo había conseguido img
Capítulo 75 Un famoso problema matemático difícil img
Capítulo 76 Las reglas no escritas img
Capítulo 77 Lo siento, llego tarde img
Capítulo 78 Sloane estaba en grandes problemas img
Capítulo 79 Ocúpate de tus asuntos img
Capítulo 80 Un cambio inesperado img
Capítulo 81 Exigir que respondiera la pregunta img
Capítulo 82 Dispuesta a hacer cualquier cosa img
Capítulo 83 Acabaré contigo aquí mismo img
Capítulo 84 Ya rompí todos los lazos img
Capítulo 85 Abusar de las reglas de los Watson img
Capítulo 86 Era Henrik img
Capítulo 87 Una fuerza a considerar img
Capítulo 88 Un suceso inesperado img
Capítulo 89 Permitiste que Clinton se involucrara img
Capítulo 90 Una trama en marcha img
Capítulo 91 Intimidad img
Capítulo 92 Reprimenda por ser indiferente img
Capítulo 93 Una relación especial con él img
Capítulo 94 Quién se atreve a tocar a mi mentora img
Capítulo 95 Ella no es más que una embaucadora img
Capítulo 96 Competencia quirúrgica img
Capítulo 97 Yo las inventé img
Capítulo 98 No lo permitiría img
Capítulo 99 Charlatán img
Capítulo 100 Subir la apuesta img
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Capítulo 4 Acción decisiva

El beso fue inesperado.

Khloe se sorprendió tanto que no pudo responder a tiempo.

Los subordinados de Henrik se quedaron paralizados, con los ojos muy abiertos.

Habían trabajado para él durante años, y nunca lo habían visto siendo íntimo con una mujer.

Siempre había mantenido su distancia con ellas. Antes las que se acercaban a él terminaban como alimento para peces o eran enviadas a trabajar en las minas, según sus órdenes.

¿Qué hechizo le había lanzado esa chica?

¿Cómo logró que Henrik olvidara todas sus reglas en su primer encuentro?

Mientras la multitud permanecía atónita y desconcertada, Khloe estaba tan confundida que no podía pensar con claridad.

El beso de Henrik era abrumador, como una tormenta que se desataba sobre ella, dejándola mareada y sin aliento.

Estaba atrapada en sus brazos, abrazada con tanta fuerza que se sentía como una flor en medio de una violenta tormenta. Pero, en realidad, no era una mujer frágil.

Una vez que pasó la conmoción, la rabia surgió dentro de ella.

Durante años había soportado humillaciones. Su desgracia la había hundido en las profundidades más oscuras. Pero rendirse nunca fue una opción, siempre había planeado su venganza.

Era comprensible que se negara a ceder.

Sin dudarlo, envolvió los brazos alrededor del cuello de Henrik y le devolvió el beso con la misma ferocidad.

Al fin y al cabo, ¿qué daño había en un beso?

Además, el hombre era devastadoramente guapo, proveniente de una alta posición social.

No perdía nada.

Hábilmente contraatacó con su lengua, negándose a que él la dominara por completo.

En lugar de retroceder, Henrik afrontó su intensidad y tomó la iniciativa.

Lo que empezó como un beso unilateral se transformó enseguida en un feroz intercambio. Los dos competían por el control, empujando y tirando en una acalorada batalla para dominar otro.

El beso fue feroz y devastador, cada segundo más apasionado que el anterior, hasta que ambos se quedaron sin aliento.

Cuando finalmente se separaron, tenían los labios hinchados y manchados de sangre, un testimonio de la intensidad del momento.

Henrik la soltó y acarició la comisura de su boca, donde sus dientes habían dejado una marca.

Su mirada intensa se clavó en ella con una profundidad que parecía atravesarla.

Khloe lo observó sin inmutarse ni mostrar nada de incomodidad.

Quienes la observaban empezaron a respetarla por su actitud intrépida.

Ahora entendían por qué Henrik se sentía atraído a ella.

Era una mujer audaz, con un coraje que no podía ignorarse.

Se había atrevido a morder los labios de su jefe sin temer a las consecuencias.

Henrik siguió mirando a Khloe con una creciente satisfacción.

El escozor en sus labios era un recuerdo de lo que acababa de suceder.

Esa mujer, con un rostro tan deslumbrante como el de un ángel, no era una flor delicada. Era una rosa con espinas, y cualquiera lo suficientemente tonto como para subestimarla, terminaría pagando el precio.

Pero eso la hacía tan cautivadora, el peligro debajo de esa belleza atractiva.

"Señor Watson, ¿es de su agrado?", preguntó Khloe, rompiendo el silencio.

"Sí, vamos", respondió Henrik con una sonrisa. "Ahora ocupémonos de su pequeño problema".

Después de treinta minutos, la llevó a la suite del hotel más lujoso de la ciudad.

"Jefe".

En cuanto ingresó la pareja, los hombres de traje se formaron y saludaron a Henrik con una reverencia intimidante.

Todos parecían ser hábiles y formidables luchadores, pero aun así lo trataban con el mayor respeto.

Él asintió, tomó asiento y le indicó a Khloe que se sentara su lado en el sofá.

Rodeada de miradas curiosas, inquisitivas e indiferentes, Khloe obedeció con tranquilidad.

Como ya se encontraba en una situación precaria, no necesitaba vacilación.

Su tranquilidad le pareció divertida a Henrik.

"Rhett, tráelo", ordenó.

Su firmeza y elegancia hacía que todos los demás parecieran insignificantes en comparación.

Poco después, un hombre con gafas y actitud amable hizo un gesto con la mano y alguien trajo un enorme saco.

Cuando lo desataron y abrieron, apareció un hombre desaliñado, atado fuertemente con cuerdas.

Tenía el cabello gris enmarañado y la ropa manchada de tierra. Las huellas de pisadas eran evidencia de una paliza brutal.

Khloe abrió mucho los ojos ante esa escena.

El hombre era Karl, el famoso cerebro del hampa de la ciudad.

Durante tres décadas, los Russell habían gobernado la ciudad, dominando los bares y clubes nocturnos mientras dirigían un comercio internacional de armas. Incluso la poderosa familia Evans tenía que ser cautelosa con ellos.

Khloe había asumido que Henrik planeaba negociar con Karl.

Debido a su inmensa influencia, creía que Karl se vería obligado a respetarlo.

En ningún momento pensó que lo secuestraría directamente.

Ahora estaba claro que la familia Russell no valía nada a los ojos de Henrik.

En cuanto Karl fue arrojado al suelo, soltó una serie de maldiciones. "¿Quién te crees que eres para tratarme así? ¡Suéltame ahora mismo o mis hombres te destrozarán!".

Una vez que terminó su arrebato, Henrik ordenó: "Déjenlo lisiado".

El hombre de gafas sacó una pistola con silenciador y disparó contra las extremidades de Karl.

Los cuatro disparos destrozaron sus tendones.

En un abrir y cerrar de ojos, Karl quedó reducido a un lisiado indefenso.

            
            

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