Viernes por la noche
... Lo sentimos el número que marcaste se encuentra fuera de servicio
-¿Estará todavía enojada conmigo? Me disculpé con ella el martes después de hablarle de esa forma, y ella recibió la disculpa; sin embargo, después de eso no hemos podido encontrarnos o hablar, um.. ¡¡Mierda todo este tiempo he estado tan ocupado que no tuve tiempo de ir a verla!!
Toda la semana el joven estuvo deseando encontrarse con su novia, y durante el día estuvo impaciente y distraído, pensando que podría pasar todo el fin de semana con ella, incluso intercambio turnos con un colega para poder pasar esos días juntos. El lunes por la mañana, antes de la discusión con su novia, esta le menciono en un mensaje de texto que el viernes ella lo recogería tan pronto saliera de su trabajo, por eso cuando llegaron las ocho en punto, Sebastián salió de prisa a esperar a fuera del hospital a su amada.
Pero ha pasado una hora y no aparece, tampoco contesta su celular, lo que lo ha empezado alarmar, ella es muy puntual a sí que realmente no sabe que debería hacer, ha dejado su auto en su casa y está considerando ir al departamento de Ana, pero si se marcha puede que ella llegue y si no lo encuentra probablemente se enoje y esta vez tiene miedo de que no lo perdone tan fácilmente. Para los demás esto tal vez sea un asunto trivial y hasta ridículo, pero para él es importante.
Cuando se trata de cosas relacionadas con la medicina; fórmulas, microbiología, química, todo es más sencillo, en cambio, entender a otra persona es realmente complejo, incluso aunque esta sea su pareja, ante este último pensamiento Sebastián sonrió, es difícil estar en una relación, pero estar con ella le trae felicidad, aunque haya momentos duros.
Aún se encontraba de pie en la autopista, reflexionando sobre lo que debería a ser, fue entonces cuando escucho una suave y dulce voz que llamaba su nombre, la reconoció de inmediato y enfoco su mirada buscando el sitio de donde provenía aquel conocido sonido. Por su puesto no se equivocó era Ana, pero el joven se conmocionó un poco y su cuerpo se sacudió cuando vio que esta, bajaba de un taxi con su mano enyesada, teniendo una férula que cubría su antebrazo, su sonrisa cambio por una expresión de asombro y angustia, se acercó rápidamente y pregunto;
-¿Qué sucedió? ¿Estuviste en un accidente? ¿Te duele? ¿Por qué viniste si estás herida? ¿Porque no contestas tu teléfono?
Tardo un tiempo en responder estando un tanto confundida
-¿Cuál pregunta debería contestar primero? Cálmate, estoy bien, el martes tuvimos una pequeña dificultad con uno de los pacientes de la clínica, intento escapar y mientras lo perseguíamos tropecé en el camino, eso es todo.
Después de pronunciar estas palabras esbozo una cálida sonrisa y expuso;
-Lo siento, parece que por hoy tendremos que irnos en taxi, a pesar de que ambos tenemos carro, es algo irónico, ¿verdad? Cuando Sebastián pasaba a recogerla, ella, dejaba su auto en su departamento y lo mismo hacía su novio, no se veían con mucha frecuencia, por lo que cuando podían optaban por pasar el tiempo juntos en alguna de las dos casas, ya era una rutina.
El médico no habló y se limitó a subir al auto en silencio y durante el camino ninguno de los dos menciono alguna palabra, solo se escuchaba el sonido del auto en movimiento y los pequeños sonidos que hacía cada vez que pasaban por algún bache.
Cuando llegaron al conjunto donde vivía Ana, finalmente el joven hablo
-¿por qué no me lo dijiste?
-No quería preocuparte, y sé que estás ocupado. Sabía que nos encontraríamos hoy, así que no vi la necesidad de preocuparte vanamente. Respondió la chica mientras sacaba ropa del closet para que su novio se cambiara.
La respuesta que recibió provoco en el doctor tristeza y enojo, la persona que amaba se había lastimado, sin embargo, él no estaba enterado, él era un profesional de la salud, pero ni siquiera había podido curar y cuidar de su novia y tarde se enteró de la noticia, apretó con fuerza su mano y pregunto con un tono de voz casi imperceptible
-¿No me contactaste por lo que te dije el lunes? ... Lo siento. ¿Qué te dijeron, que medicamento estás tomando?
Ana, al verlo se sintió mal, debería haberlo llamado y contarle acerca del accidente, ahora la persona a su alrededor se veía triste y parecía sentirse culpable. Por lo que se acercó aquel chico que mantenía la cabeza inclinada y lo abrazo
-Está bien... Estoy bien, lo siento, la próxima vez serás el primero en enterarte.
-Déjame cuidarte, y no vayas a otro hospital, yo seré quien quite tu yeso cuando te recuperes, no es justo que vayas a otro lado cuando me tienes, si algo así vuelve a suceder, llámame correré a ti sin importar nada, no me importa si incluso me despiden. Lo siento... Respondió con firmeza nuevamente Sebastián
-Um sii, lo hare, yo también correré a ti, rio con una gran carcajada Ana, mientras tocaba con su mano el rostro de la persona que amaba.
Aunque es un inconveniente, ¿qué deberíamos hacer ahora?
- ¿A qué te refieres? Hablo el chico desconcertado
- ¿No ibas a abrazarme esta noche? Susurro al oído con picardía su hermosa novia
Sebastián tomó con fuerza la cintura de su amada y contesto:
-eso no será un problema, no olvides que soy un doctor y dije que te cuidaría... Sus labios se unieron y un apasionado beso calentó el ambiente. . . .
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El amor siempre perdona, fueron muchas las veces que falle y que tú me fallaste; sin embargo, siempre terminábamos reconciliándonos prontamente. Ocultábamos nuestras heridas y fingíamos estar bien, tu te preocupabas por mí y yo hacia lo mismo por ti. Pero porque la misma molesta pregunta atraviesa mi mente. ¿Qué fue lo que nos faltó, que fue aquello que no pudimos superar?
...Continuará...