Capítulo 9 Orgullo herido

"Tomar leche y comer verduras es bueno para ti. Es saludable".

Elise no parecía darse cuenta de lo que estaba a punto de ocasionar. En cambio, agarró el plato, tomando una cucharada de comida y, antes de dársela a Eric, la sopló un poco.

Una vez que el niño probó el rollo de huevo, la sensación de conmoción lo invadió, para ser remplazado rápidamente por ira.

Sin embargo, al notar cómo los ojos de Elise lo miraban deslumbrantes y llenos de expectación, siguió comiéndolo.

Tenía que admitir que la comida estaba deliciosa. La leche tampoco estaba tan mal, y olor a jamón envolvía sus fosas nasales.

Totalmente asombrado, tenía que admitir que todo estaba delicioso.

Pero si lo aceptaba fácilmente seria vergonzoso.

'¡Mami es muy molesta! Me obligó a comer algo que no me gusta. ¡Tengo que protestar!'.

"¡Ric, abre la boca! ¡Déjame darte de comer! Vamos. No está caliente". La chica tocó el exterior del plato para estar segura de que la comida no estuviera ni tan caliente ni tan fría, tras verificarlo, le dio otra cucharada al niño.

Según lo que ella decía, hacer un alboroto por la comida no era de buena educación, y no era correcto que los padres hicieran todo lo que sus hijos querían.

Si a Eric no le gustaba la comida, ella buscaría la manera de que la ingiriera.

En cualquier caso, tal vez fue el tono tan natural en el que ella habló, o quizás ese día, por primera vez, se tranquilizó.

Y se abstuvo de protestar.

'¿Por qué no lo pruebo antes de hacer un berrinche? Después de todo, lo hizo todo mami.

Si ni siquiera lo pruebo, podría hacer que se sienta triste u ofendida. Podría quitarle su entusiasmo, así que, comeré solo un bocado de avena. Nada más'.

Con eso en mente, el niño permitió que le dieran la cucharada de avena, sorprendiendo a todos los que veían.

Luego, comió otra cucharada. Y otra. Hasta que, al final, ya no quedaba nada en el plato.

En ese momento, un rayo de sol se coló por la ventana, iluminando y dando calidez sobre la mesa.

La luz bailó alrededor de Eric y Elise, los sirvientes quedaron embelesados viendo la escena.

Les pareció que aquel momento era realmente hermoso e impactante. Pues, pese a que al niño le habían servido un plato lleno de avena y verduras, no estaba enojado e incluso parecía disfrutarlo. Eso para ellos no tenía ningún sentido.

Ni siquiera el padre de Eric podía hacer que comiera sus verduras.

¿Acaso era esa mujer alguna clase de hada madrina?

"Mami, ¿por qué me obligaste a comer algo que no me gusta?", dijo él, comenzando su protesta.

"¿No te gustó? Lo comiste todo. Soy buena en la cocina, ¿no es así?".

Elise no se esperaba para nada que el chico se comportara tan bien y que incluso cooperara con ella. Pero él de verdad había comido todo.

Tal vez se trataba de que su manera de cocinar le había gustado. '¡Mañana le haré otra deliciosa comida!', se dijo.

Le era imposible no sentir que había hecho un logro al poder apaciguar el mal carácter del pequeño. Incluso, se le olvidó por completo el contrato.

"Sí", dijo Eric, inconscientemente, al ver como los ojos de la mujer brillaban. Pero, entonces, sintió que algo no estaba bien.

¿No iba a protestar? ¿Por qué no estaba molesto con ella? Lo había obligado a comerse las verduras.

Estaba avergonzado, e hizo un triste puchero mientras miraba los rollos de huevo que quedaban. Mientras más los miraba, el enojo incrementaba.

'¿Cómo pudo mami hacer eso? Después de todo, ¡yo debo mantener mi orgullo!'.

Eric no sabía cómo drenar sus emociones y, de la nada, tomó uno de los rollos restantes, elevándolo en el aire.

Los sirvientes se estremecieron al verlo, puesto que, él estaba a punto de hacer un berrinche. La rabieta estaba cerca.

¡Pero Elise mordió el rollo que estaba en la mano del niño!

"Bien... Entonces, ¡me comeré lo demás!", dijo ella, dándole un mordisco al objeto, y luego tragó.

Tras eructar, avergonzada dijo, "Ric, seguro piensas que es delicioso. Y por eso me diste, ¿no?".

'¿Acaso es idiota?'.

Angela tenía los ojos abiertos, totalmente impactada, mientras miraba a la chica, esta no paraba de hacer cosas que nadie se esperaba. ¿No podía ver cómo la cara de Eric se encontraba roja gracias a la rabia que sentía?