/0/15581/coverbig.jpg?v=114fee1689b3760a6ef2897ba78000b6)
Mafia
Capítulo 3
Ella duerme plácidamente, Mientras la observo, así parece un ser indefenso y frágil, pero por dentro se aferra asu supervivencia, esta hermosa mujer hasido mansillada de la peor de las maneras, ha estado metida en el infierno y tengo asu demonio personal en mi Habitación roja, (si roja, porque ahí puedo ser el moustro qué soy) esta sedada, aun que no para de gemir y murmurar cosas que me calan en lo profundo de mi alma, si es que queda algo de ella, nunca nadie había despertado este instinto sobreprotector, las mujeres de mi mundo solo me buscaban por mi estatus, querían siempre algo de mi, dinero, protección, redención, sexo salvaje, hijos, casarse, pero ninguna era digna de llevar mi apellido, releo el documento en mi mano con, la palabra más odiada por mi familia esta empresa, Vio#$%, el hijo de puta, abus##$ de su propia hija, y según lo que ha investigado mi Shestyorka, (Шестёрка) : Es un miembro que se encarga de tareas de seguridad y protección.
Confirmando mis sospechas, desde que vi su expresión, desde que escuche sus gritos de terror, desde que su perfume estaba mezclado con uno de perversa posesión, porque no era su olor original, mis empleadas domésticas, (ex protitutas), la bañaron con cuidado, como a una hermana, estas mujeres estaban entrenando para ser parte de mi organización, algunas ya eran letales, si querían irse no les detendría, pero si les dejaba clara la advertencia "No puedo protegerlas desde fuera" tengo poder en diferentes países tercermundistas, pero siempre respetando territorios, si las mujeres llegaban ami en busca de salvación, no se le negaba, pero si eran impostora en busca de información para destruirnos, bueno digamos que mi hermano Griv, tiene el talento de oler las mentiras a kilómetros y ya ha sucedido. Es como un sexto sentido para el.
Como verónica, que miraba con repulsión a la chica inconsciente, es amiga de alejandrina, llego con ella, pero a diferencia de su amiga, verónica era una voluntaria, siempre rechazaba a las nuevas, su trabajo anterior era ser cazadora, buscar victimas para sus jefes, hasta que dejo de serles de utilidad, entonces intento hacer su propio negocio y semetio con las personas equivocadas, a veces se le olvida donde esta u eso puede ser un problema
– Verónica. Sal. – Ella se sobresalta y me mira, pero odio como la esta mirando.
– Señor, yo...
– Largo.
Sacude la cabeza y sale molesta, le mando un mensaje a un escolta, ordenando que la pongan lejos de la casa, en la villa, ya me arte de su actitud. Aquí en mi hogar, aceptar favores por placer, obligarlas, incluso ofrecerse así misma, no estaba permitido, no podía prohibirle acostarse con mis hombres, juntarse o casarse, cosa que había sucedido, pero si rompían las reglas, tenian que irse, devian aprender a no autodestruirce, hasta las mujeres, mis hombres debían tener sangre de honor, mente de sicopata, corazón frío y alma con humanidad, la palabra vale, las promesas se cumplen y si no eres capaz o no eres leal, no eres bienvenido ami hogar, la familia y los amigos siempre son primero.
Ella se remueve en las sábana de mi cama y empieza a hiperventirlar, hasta que se percata de que esta en una habitación diferente, se sienta con rapidez y mira ha todos lados, en cuanto me ve, me enderezó en la silla, sus ojos se entristecen más de lo que ya están, su cara se contorciona en una mueca y comienza a zollozar, luego a gritar como si se ahogara, me pongo en pie y con mucha calma, me acerco asu lado, mientras llora desconsolada sobre sus rodillas, no la toco, aun que sienta la necesidad de abrazarla, para brindarle la seguridad que necesita, pero se que no desea que nadie la toque.
– Tranquila, todo esta bien, estas a salvo – se que no me creerá, pero necesito decirle, lo que nadie le ha dicho, sacude la cabeza mientras sigue llorando sobre sus rodillas, con su cabello en marañado sobre sus hombros. – El no te tocara de nuevo, lo tengo retenido en mi zotano.
– ¡De viste dejarme morir! ¡No debiste salvarme! ¡No debiste! ¡No debiste!
Me horrorizo en cuanto veo cuan dañada esta, que ella literalmente se arrojo contra mi auto con el deseo de morir, saberlo y escucharlo de ella, es mas aterrador de lo que pense, estoy a costumbrado a socorrer mujeres en su estado, muchas han intentado suicidarse y de no ser por el hospital que dirige mi hermano Yerik, muchas estarían muertas, pero darme cuanta que nadie intento salvarla, que nadie la ha protegido de su demonio personal, abre un hueco vacío que nunca antes había sentido, uno que quiere engullir su dolor y lágrimas, desaparecer todo el mal que le gan hecho. Algo que jamas me habia pasado con ninguna.
– El esta retenido en mi zotano.
El hombre que la llevo a este estado esta encerrando en mi zotano, decir cuarto rojo, no me parece apropiado para su situación actual.
– Es, ca, pa, ra. – dice sin levantar la cabeza – Siem, pre, lo, hace. Y, es, peor.
Quiero matar al maldito con mis propias manos, pero eso solo sería darle una salida facil, quiero hacerlo pagar cada lagrima, cada gota de sangre derramada.
Rubí entra con una bandeja de comida y la deja en la mesita junto ala cama, me sonríe y se va sin saludar a la chica. Disimuladamente quito el cuchillo sin que ella se percate y lo guardo en mi bolsillo trasero.
– ¿Puedes intentar comer? Porfavor – añado con dulzura. Ella lentamente levanta la mirada y unos ojos color violeta me miran, piel blanca, enrojecida por el llanto, su cabello con raices blancas llama mi tacencion, "¿sera posible?" no se que me pasa pero siento que me he quedado en medio del tiempo suspendido, son los ojos más extraordinarios que he visto en mi vida, y lo peor de todo, es que están tristes, sin vida, carraspeo saliendo de mi estupor y tomo la bandeja, lentamente la pongo sobre sus piernas, cubiertas por mi pijama de seda gris, ella se hecha hacia atrás y ignoro como tiembla con mi cercanía, es como un animalito indefenso, no será fácil que confíe en mi mi. Lo dicen sus manos temblorosas, tomó un plato para mi y me alejo un poco, necesita su espacio y se que mi presencia no ayuda, como en silencio y unos minutos después ella lo hace.
– Si necesitas el baño, esta al afondo, puedes ducharte y ponerte mi ropa. No te preocupes por nada, estas a salvo aquí. Nadie te molestara. Si necesitas algo, lo que sea, llámame – le entrego un teléfono desechable. Dejándolo junto ami cómoda. No me contesta y remueve la comida, casi con asco – Si no te gusta puedes pedir otra cosa.
– No tengo hambre – susurra débilmente y muerde un pedazo de pan. Contrae el rostro por el sabor y deja la comida haciéndola aun lado. Se acurruca haciéndose bola.
– Voy a llevarme la bandeja – Dijo con cuidado y con el mismo acercándome a tomarla, ella se hace cada vez más pequeña mientras me acerco, trato de ser rápido para que deje de temblar y apretar las sábanas entre sus manos, cuando me alejo, no se relaja ni un poco.
– Si te tomas esto, te ayudará a dormir – Niega con la cabeza – Tranquila, nadie te tocara, ni yo si quiera, solo estaré en el sillón, cuidándote, te ayudará a no tener pesadillas.
Se da media vuelta sin mirarme ni darme las gracias. Agarrando con fuerza la sábana, se toma el calmante y vuelve a su posición fetal, hago lo que le dije, velar sus sueño. Es la primera vez que cuidó personalmente a una de las víctimas en mi casa, incluso dejar que duerma en mi cama. Estar sentado en este sofá, no será cómodo, pero no me importa, lo haré cuantas veces sea necesario.