Amores Peligrosos
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Capítulo 3 3

-¿Arón, no te da asco estar besando de ese modo tan inapropiado a esta mujer en medio del autobús escolar?-, eso no me parece que sea un acto de Dios. -Le digo con tono irónico y tanto el como la chica a la que está besando pone los ojos como platos.

Por supuesto que tengo que hacer referencias religiosas, ya que Arón las adora.

-Metete la lengua en el trasero, Lluvia. -, o vete a chupar los mocos... -Me responde Arón con tono ofuscado y la profesora voltea y le da un amplio sermón.

Me río al escucharlo, he salido con la mía. He ganado que lo líen a él...

Ambos llegamos al colegio y cada uno toma su lado, la clase transcurre con absoluta normalidad, mis compañeros aún no saben lo que está ocurriendo en mi familia... Ni quiero que lo sepan.

Esto termina y Arón sigue enfadado conmigo por el episodio en el autobús. Por lo que volvemos a casa en completo y absoluto silencio. No quiere hablar conmigo, y yo menos con él.

He estado leyendo todo el resto del día luego de la vuelta del colegio y almorzar, aún no llega la tía Hilary, pero no debe de demorar en aparecer con su mustia cara a gritar y pedir cosas.

Me doy cuenta de que estoy realmente enamorada de todo lo inherente a la era jurásica, y de todos los animales que habitaban en ella, aunque siendo sincera, por más que leo e indago sobre la prehistoria y todo lo jurásico, siguen pareciéndome los más incomprensibles los putísimos humanos y sus manías extrañas de juzgar todo lo que no corresponde a lo que ellos consideran correcto.

Veo todo el rato a la señora Jimena como limpia a mamá, desde los oídos, le pasa una toalla húmeda por su cuerpo, le cepilla su pelo que en otros días fue casi tan precioso como el de la detestable prima Hilary. Y me doy cuenta de que es bastante injusto lo que le sucede a mamá, las personas que yo considero buenas la pasan mal, y las personas que yo considero que son terriblemente detestables y que deberían de estar justo en un manicomio porqué actúan como dementes, están por ahí siendo todo lo exitoso que es posible que sea una persona.

Ni porque cumpliera mañana cien años olvidaría lo mucho que odio a papá por abandonarnos, realmente el único consuelo últimamente es mirar a la señora Jimena, es un sujeto admirable y digno de admirar.

Después de estar bañada, como lo cotidiano, soy consciente de que ya no demora en llegar la horrible y abominable prima, así que me acerco a la señora Jimena y le hago una pregunta que llevo días queriendo formularle:

-Jime, disculpe si estoy siendo entrometida o chismosa, pero... ¿Qué opina usted de mi prima Hilary? ¿Usted la considera una persona respetable?-Abre mucho los ojos por un instante que casi me hace pensar que lo imaginé, se pasa la mano por su corto cabello rubio, y por fin carraspea y me dice:

-Bueno, Lluvia cariño mío... No te consideraría chismosa o una mala chica nunca, sólo una pequeña muy curiosa y con una avidez bastante grande para realizar preguntas agarrando a uno de improviso, pero sin ser muy 'estricta', mi veredicto sobre la señorita Hilary no te va a sorprender mucho, es bastante desconsiderada y le cuesta dar el mérito merecido a el trabajo de los demás, solamente se considera a ella misma y las pocas cosas que su pequeño cerebro le permite realizar por los demás, las engrandece como si fuera algo que nadie más podría hacer. -, espero esta conversación no la repitas jamás por más molesta que llegues a estar con ella, recuerda que es mi jefa, y necesito muchísimo este trabajo, tengo una chiquilla más pequeña que tú que depende del salario que acá me pagan por cuidar de ustedes y su madre, ¿ok?-Me explica con detención y su mirada se posa en la mía, sosteniéndola.

La interrumpo con curiosidad:

-Oh, ¿tienes una hija?-, no lo sabía, ¿por qué nunca la traes contigo? Vendría bien algo de compañía para mí en casa, Arón no deja de estar encerrado en su cuarto, sólo sale feliz cuando llega la. Estúpida de Hilary, y es cuando yo estoy más triste y molesta-Le confieso con tono hastiado, no puedo contenerlo.

Me responde con cara de pena:

-Nada me haría más feliz que traer a mi pequeña Nandan conmigo al trabajo, disfruto mucho este oficio, además de ser bien pagado gracias a mi absoluta discreción sobre el estado de tu madre, por eso tu padre confío en mí-Arroja Jimena y me doy cuenta de que se ruboriza.

La atajo como si me hubiera golpeado en la cabeza...

-¿Mi padre? ¿Acaso conoces de antes a papá, o sabes acaso dónde se encuentra en este momento?-, Arón me dijo que fuiste recomendada por una agencia de enfermeras que contrató Hilary, aunque ya sospechaba yo que ella jamás pagaría algo que no es para su uso goce o disfrute. -Le respondo con molestia.

Ella toma una amplia bocanada de aire y me mira con expresión preocupada, otra vez.

-Lluvia, no te enojes, pero es un tema muy personal y de adultos que aunque tengo certeza de que eres una chica grandiosa y muy madura, aún no tienes edad suficiente para entender el tema, no me cuestiones ni pienses que lo hago por mal, sólo estoy cumpliendo un contrato, ¿bien?-, en el futuro posiblemente entiendas mi situación y decidas ponerte en mi lugar. -, ¿vale?-, es una pasada intentar comprender el mundo de los adultos cuando se tiene tu edad.

Lo pienso con detenimiento, si me dedico a presionar a Jimena para obtener información de como mi padre y ella se conocen, o por qué papá tomó la decisión de contratarla a ella y no a otra persona, corro el riesgo de que me dé la información y en caso de que sea un caso muy grave que me haga perder la cordura y reclamarle a Arón, perdería el trabajo y ya me habló que tiene una hija... Más adelante averiguaré por mi cuenta qué es lo que esconden todos, por ahora, sólo pienso en ponerme insistente para que traiga a su pequeña a nuestra casa. Tengo una espina en torno a esta información, siento que mi padre y esta mujer esconden algo, pero ponerme en su contra en este momento, no traerá nada bueno.

-Tengo que hacer un par de cosas, Lluvia. -, ten un buen día. -Me dice Jimena y se marcha sin más.

Decido caminar hacia la cocina, para prepararme un frappé...

Hasta qué...

Me distraen de mis planes unos extraños gritos viniendo del cuarto de Arón, me acerco en puntilla hasta su puerta... Como cosa rara, tiene el cerrojo puesto, pienso en si estaría mal pegar un poquito el oído a su puerta para tener una idea de lo que ahí dentro sucede, decido hacerlo porque ¿y si está corriendo peligro?

Dejo mi lucha interna sobre si acercar mi oído o no, y lo hago, después de acercarme lo suficiente escucho gritos de mujer, una chica está ahí dentro, grita palabras como 'azotame' 'dame más duro, cabrón' y luego deja de gritar e inicia a emitir grititos como la gata de la señora del piso de arriba cuando por accidente le piso la cola. Me quedo pensando de qué va todo eso, y no puedo evitar sentirme un poco confundida y a la vez absorta con todo lo que ocurre ahí dentro, es una locura que no pueda entenderlo.

Vuelvo a acercarme, escucho pasos por su habitación, y ahora golpes, ¡oh Dios que puede estar sucediendo ahí dentro para que ahora resuenen golpes!, sigo confundida y no sé si sea correcto informar a Jimena al respecto, no es parte de su trabajo cuidar de si Arón mete o no chicas a la casa, o tampoco lidiar con enemigas de Arón en caso de que esté sucediendo una pelea ahí dentro, creo que lo mejor es esperar un poco a que llegue Hilary y arriesgarme a que me diga chismosa y entrometida, pero es la única opción que tengo, darle la primicia a mi prima la psicótica que posiblemente me dé una reprimenda por preocuparme por mi hermano.

            
            

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