Después de todo
img img Después de todo img Capítulo 6 Ya veremos si duerme contigo
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Capítulo 8 Empezar a ver los errores img
Capítulo 9 Reflexionando img
Capítulo 10 Deseos de corazón img
Capítulo 11 Mi canción img
Capítulo 12 Recuerdo del primer beso img
Capítulo 13 Asimilando la situación img
Capítulo 14 La historia de Julián y Adara – parte 1 img
Capítulo 15 La historia de Julián y Adara – parte 2 img
Capítulo 16 Son dos hijos img
Capítulo 17 Accidente img
Capítulo 18 La historia de Julián y Adara – parte 3 img
Capítulo 19 Mis padres me ponen los puntos sobre las íes img
Capítulo 20 Tomar la iniciativa img
Capítulo 21 Recibiendo indiferencia img
Capítulo 22 ¿Lo intentarlo de nuevo img
Capítulo 23 Respuesta img
Capítulo 24 Recuerdo de nuestra Devoción (parte 1) img
Capítulo 25 Recuerdo de nuestra Devoción (parte 2) img
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Capítulo 6 Ya veremos si duerme contigo

Adara

¡Estaba que me llevaba el demonio!, no soporto que otra lo toque, permanecer aquí será un martirio y ya no puedo echarme para atrás, firmé y debo ser responsable. Me había quedado en el escritorio con Marleny, a la espera de la salida de la... -No debería de ofenderla, no me gustaba ponerle apodos a persona así, pero...

-La gangrena pelo pintado no debería de alterarla, -sonreí ante el comentario de nuestra secretaria, la puerta se abrió-. Señora Katsaros aquí tiene los balances.

Me entregó una carpeta. Esta mujer se acabó de ganar mi corazón por completo. La gangrena pelo pintado llegó a nuestro lado.

-Mañana cancélale las reuniones que tiene en la mañana.

-Eso lo debe de solicitar mi jefe, y el señor Abdala no me ha informado al respecto.

Abrí la carpeta y solté una estruendosa carcajada al ver imágenes de objetos y abajo las vocales, esto era una tarea de un niño de jardín. La tonta esa me miró mal y al cruzar la mirada con Marleny se encogió de hombros.

-Solo toma la orden, mi prometido se quedará en mi apartamento hoy. -Se dio la vuelta y la miramos ingresar al ascensor. ¿Irse a su apartamento?

-Lo siento señora. Es que mi hijo tiene una tarea de las vocales, y en el receso para tomar el desayuno saqué las imágenes para hacer los deberes apenas llegue a la casa.

Sentí una opresión en el pecho. Mi pequeño Juliancito estaría en la misma situación si no se hubiera muerto... tendría casi cinco años.

-No pasa nada, -debió notar la tristeza. No iba a permitir que él durmiera con ella-. Marleny, ¿podrías inventar un viaje relámpago, con bases sólidas para partir en la noche de hoy? -Por su mirada, comprendió. Hozo gestos con su boca y arrugaba la frente.

-Deme un par de horas.

-Te acabas de ganar el cielo.

-Es un placer, señorita.

¿Por qué siento que le caí bien a la secretaria?, a ella la conocí cuando todo se jodió entre Julián y yo. Pero eso fue hace más de cinco años. Iba a hablar.

-Solo puedo decirle que tanto el señor David y el señor César tuvieron una conversación conmigo.

-¿Entonces nuestros padres andan de celestinos?

-Me dijeron algo así como; es hora de ser metiches milagrosos con nuestros hijos. En un par de horas le tendré todo organizado para irse a visitar las obras del Eje Cafetero.

-Gracias.

Me fui a la oficina con una sonrisa en mi rostro. Por tres días estaremos los dos, solos... esto será difícil y más cuando era evidente la tensión sexual entre los dos, no se podía negar, pues era palpable. Podía hacer mi vida lejos sin problemas, aunque pasara triste. Pero tenerlo cerca era otra mujer.

No deja de llegarme imágenes de nuestros momentos íntimos, sus jadeos al tenerme bajo su dominio... -No pienses, no pienses, tomé una carpeta y me abaniqué, esto será una bomba de tiempo. Sonó el aviso de un mensaje a mi celular y era de Nadina de nuevo, ahora me decía que si podía verla en la iglesia del padre Castro urgente. La llamé.

-Amiga. -Se puso a llorar.

-Se acabó, mi relación con Eros se acabó. -Me levanté, tomé el bolso y chaqueta.

-Cálmate, ¿dónde estás?

-Voy en un taxi para la parroquia del padre. Después quedé de almorzar con mis padres. -miré la hora. Apenas eran las nueve de la mañana.

-En una hora nos vemos. Recuerda que todo es temporal.

-Estaba tranquila, pero de la nada comencé a sentirme muy triste, me duele el alma.

-Ya salgo para allá.

Cuando salía Julián también lo hacía, hablaba por celular, le entregó unas carpetas a Marleny.

-Dame un segundo Eros. Marleny, regreso para el mediodía, ya están firmados los papeles para la compra de las dos nuevas excavadoras.

-Si señor. -Iba a lo mismo que yo, a escuchar a un amigo.

-Regreso en un par de horas, si pasa algo no dudes en llamarme, Marleny. -Me dirigí al ascensor en compañía de mi tentación de hombre.

-Allá te llego. -pulsó el botón del sótano-. ¿Nadina? -afirmé.

-Va en un taxi llorando para la parroquia.

-Eros está en el laboratorio de su nueva clínica.

Era el único espacio de la clínica que estaba completamente terminado, equipado y en funcionamiento. Sonreí. Yo hice parte de ese diseño, entre Alejo, Virginia y yo diseñamos los planos.

-¿Sabes lo que pasó?

En el tema de nuestros amigos, parecía que teníamos bandera blanca y una apacible tregua. Porque nos preocupamos por nuestros mejores amigos.

-Solo me dijo que le dolía el alma, dijo algo referente a Nadina faltó a un acuerdo y quebró su confianza.

Nos miramos, hablar de nosotros era un problema y una guerra de dominio, pero tratar los problemas de la familia o amigos, podíamos hablar sin problema alguno, hasta coincidíamos con las soluciones para todo el mundo, menos para nosotros. El mundo era muy complejo, o nosotros mismo éramos quienes nos enredábamos.

Las puertas se abrieron y cedió el paso, era todo un caballero cuando quería serlo, o bien siempre lo había sido, conmigo era diferente. En silencio cada uno se dirigió a su auto.

-Adara, por favor no conduzcas con esos tacones, sabes que puede resbalar y no pisar el freno a tiempo.

Me pareció tan bello ante esa muestra de preocupación, no dije nada, suspiró, pensó que lo había ignorado, solo abrí la puerta de mi camioneta y saqué unas baletas y él afirmó sonriendo. -Ese gesto me dio tantas ganas de correr a besarlo-. Me quité los tacones y me las puse.

-Gracias.

No sé cómo interpretar esa mirada, que, una vez más, era de tristeza, como la mía cuando lo miraba desde lejos. No dijo nada, solo nos mirábamos con ese anhelante deseo de hablar de mi parte.

-Nos vemos en la tarde. -comentó.

-Conduce con cuidado, Julián. -Y mi corazón se aceleró de nuevo ante esa sonrisa lobezna.

-Siempre lo hago.

Los ojos, los puse en blanco, y él no se demoró en demostrar su sobradez. Y no podía negar esa parte, él siempre sabía qué hacer en situaciones complejas. Gracias a Julián, estaba viva, porque me salvó varias veces y la nuestra obligada excursión por la selva amazónica. Supo controlar todo, en especial a una histérica loca y desesperada como yo.

No me gustaba decir que fue un intento de asesinato por parte de mi tío... Era mejor dejar eso atrás. -Pitó al pasar por mi lado y correspondí el gesto-. Ahí iba mi chico explorador. Si seguía igual, en el baúl de sus dos carros suele tener un maletín de excursionista con artículos básicos de supervivencia.

-No pienses, Adara, mejor ve a socorrer a una amiga que ahora te necesita.

            
            

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