Después de todo
img img Después de todo img Capítulo 7 Escuchar la verdad duele
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Capítulo 8 Empezar a ver los errores img
Capítulo 9 Reflexionando img
Capítulo 10 Deseos de corazón img
Capítulo 11 Mi canción img
Capítulo 12 Recuerdo del primer beso img
Capítulo 13 Asimilando la situación img
Capítulo 14 La historia de Julián y Adara – parte 1 img
Capítulo 15 La historia de Julián y Adara – parte 2 img
Capítulo 16 Son dos hijos img
Capítulo 17 Accidente img
Capítulo 18 La historia de Julián y Adara – parte 3 img
Capítulo 19 Mis padres me ponen los puntos sobre las íes img
Capítulo 20 Tomar la iniciativa img
Capítulo 21 Recibiendo indiferencia img
Capítulo 22 ¿Lo intentarlo de nuevo img
Capítulo 23 Respuesta img
Capítulo 24 Recuerdo de nuestra Devoción (parte 1) img
Capítulo 25 Recuerdo de nuestra Devoción (parte 2) img
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Capítulo 7 Escuchar la verdad duele

Nadina

Llegué a la capilla que permanecía abierta, pero no había eucaristía, fue lo mejor para mí. El padre no había dejado de informarme que esto podría pasar. Ingresé con la maleta, y en una de las bancas me senté a meditar en mi fracaso. Pasaron varios minutos. Espero que llegue Adara pronto para poder hablar y contarle.

-¡Nadina!

Cerré los ojos, el sacerdote ingresó con unas flores en su mano, las dejó a un costado del altar y limpiando su delantal de jardinero, se sentó a mi lado, siempre tan vital ese señor.

-Padre

-¿Qué te pasa?

-Espero a Adara.

-Entiendo. Veo maletas, los ojos rojos, el rostro pálido. ¿Ya desayunaste? -afirmé.

-Era inevitable, padre, le confesé que estoy embarazada. -Él sonrió.

-Se gesta una nueva vida, solo deja que el tiempo pase, ¿Eros está contento? -negué.

-Terminamos, dejamos de vivir juntos.

-¿Por estar embarazada, Eros te dejó? -Sé a dónde quería llegar con esa pregunta. Y él tuvo razón.

-Responderá por su hijo, pero no quiere saber nada de mí. -Su mirada fue escrutadora.

-¿Ahora sí estás en posición de desahogarte? ¿Siento que no me has contado lo más importante? -bajé la mirada.

-Usted lo intuye. Habíamos acordado que no tendríamos niños sin antes hacernos los exámenes necesarios y yo tomé la decisión de dejarme de cuidar. -Lo miré.

-Es parte, ya la habíamos hablado, te dije que preguntaras las razones por las cuales él se negaba.

-Me dijo que no tenía tiempo para ser padre y ser esposo, ahora tiene muchas obligaciones para la sociedad, el mundo científico, la humanidad, ¿y yo qué? -Me hizo señas de que continuara, ahora sí me estaba desahogando-. Quería presionarlo a que se casara, para ver si me dedicaba un poco más de tiempo.

Se quedó callado, con su pañoleta se siguió limpiando la tierra impregnada en el delantal. A los minutos habló.

-¿Cómo te sientes tú al respecto? -Y comenzó a jugar con su psicología-. ¿Sientes alivio?, ¿te sientes en paz?

-No voy a renegar y mucho menos decir que no me alegra mi bebé en camino.

-Escucha la pregunta. ¿Cómo te sientes? Ya sabía que no interrumpirías el embarazo, algo que admiro y valoro.

Desde que subí al taxi, sentí una opresión en el pecho, desde entonces me siento miserable. Me tapé el rostro con las manos.

-No me siento bien, sé que en el fondo era lo más correcto, pero mi alma no se regocija.

-¿Sabes por qué? -negué-. Faltaste a un acuerdo, fuiste irresponsable y un tanto arrogante ante la decisión de pasar por encima de su única sugerencia muy válida en cuanto a hacerse exámenes antes para evitar la enfermedad que, siendo niño, lo afligió. ¿Por qué te comportaste como una infantil al querer obligar a una persona a casarse? Ese es el punto aquí.

-Pero padre, me siento cansada de estar en lo último de su lista, jamás he sido importante.

-Y embarazarte para que sintiera la obligación de casarse, ¿era la solución? -negué-. Te sientes mal porque intentaste chantajear, querías manipular y sobornar a una persona con el ser que tienes en tu vientre.

-Pero él no entiende.

-Lo que te diré, Nadina Kozlova no justifica a nadie, es solo un acto y una circunstancia. Tu problema con Eros se hubiera solucionado desde hace algunos años, tú le hubieras dicho que terminaran y por un tiempo largo hubieran hecho caminos separados; él, muy seguro, te habría buscado.

» Pero lo que hiciste fue que aceptaste muchas falencias que debías de haber ajustado. Ahora, tu acto causó la fractura de la confianza. Se tarda toda una vida construyendo la confianza y en un segundo se rompe. Traes al mundo un hijo en el que muy seguro criarás como madre soltera, y eso no es malo.

» Pero tú lo premeditaste, fuiste consciente de que dañarías la confianza y no te importó. Las falencias de Eros son manejables, ajustándolo de la manera correcta. No podemos juzgarlo de manera normal cuando su mente va años luz y fue usado para salvar vidas. ¿Contiendes lo que él está haciendo para la humanidad? Creo que lo has sabido desde que lo conociste.

Me puse a llorar, todo lo que estaba diciendo el padre era verdad. Pero al escucharlo decirlo de esa manera, se escucha maquiavélico.

-Yo solo...

-Con haberle dicho, me cansé de no recibir lo que yo quiero.

-Merezco.

-No, hija, aclaremos algo. Eros, en su perspectiva, te ha dejado como la única en el tema de sentimientos. Que debe de aprender más, es cierto. Pero podría poner la mano al fuego y sé, como tú también lo sabes, que él jamás ha tocado otro cuerpo que no sea el tuyo. La falencia del genio de la medicina, es no decírtelo de manera diaria con palabras, pero ante temas de amor marital, te lo ha demostrado con hechos.

» Y eso para ti no es suficiente. Por eso es mejor terminar, y el que te alejes, prueba de que ya te cansaste. -Me miró-. Ves. Cuando se habla de los problemas con otra persona un poco más entrada en años y que tenga calma en el tema que te aflige, te da otra perspectiva. Tardaste mucho y ahora un ser inocente ingresa en el conflicto sin necesidad. Con haberle hecho un alto a Eros, te hubieras dado el valor que para ti es importante y solo era esperar si reconocía sus falencias.

-Yo...

-Fuiste egoísta, Nadina, y un tanto irresponsable. Ahora tu hijo no crecerá con el afecto de su padre, lo obligaste y va a responder, pero, por eso, se lo impusiste, ¿acaso, es una obligación que se casarán? -me sentía como un ser miserable-. Si tu sueño es tener una familia y esa no es la visión del hombre que amas, respóndeme: ¿él tiene que casarse contigo? -negué, me sentí tan manipuladora.

-Vine a buscar consuelo.

-Viniste porque el alma sabe cuándo no se actúa de manera correcta. Eros tiene sus falencias, como todos.

-Me sentí cansada de ser siempre quien debía esperar.

-Sabías desde un principio que él es un ser diferente, especial, es un genio. La vida lo puso en este mundo para hacer grandes cosas... Las cosas ya están hechas. Y por alguna razón debían de pasar así. Pero solo era decir adiós y poner distancia, para que tú vieras que eres importante cuando se sintiera, solo se decidiera buscarte.

Esa comparación me pareció tan básica, sencilla y nada significativa, versus con lo que Eros hace.

-En su mirada vi que no quería verme.

-Rompiste un acuerdo, faltaste a tu palabra y luego querías chantajearlo con el bebé. Ante lo que necesitas, lo cual, es importante para sentirte amada... tomaste la peor de las decisiones. Pero lo hiciste basado en tus inseguridades, ten eso presente. Ahora, ¿qué piensas hacer?

-Seguir con mi vida, con mi profesión y con mi bebé. Gracias por decirme de frente que me había convertido en una villana. Pero ni modo. Yo quiero más y él no está dispuesto a entregármelo.

-Espero que más adelante veas todo más claro. Bueno, ahora ponte a trabajar en pro de alcanzar tus deseos. Ya debiste de aprender que ser permisivo no es tan saludable.

-Pero Eros...

-Él también reconocerá su culpa.

-Buenos días. -Adara llegó.

-Ahora, si las dejo, perdón por mis palabras, Nadina.

-Las necesitaba, padre. He de suponer que nos veremos después del nacimiento de mi hijo. Viajo esta noche a Estados Unidos y tengo dos exposiciones. Una vez acaben no podré viajar, estaré muy barrigona.

-Que tengas un buen viaje. Y recuerda, nadie debe de obligar a nadie a casarse. Si él no quiere y para ti es una necesidad, es mejor apartarse a un lado y esperar a que llegue lo que tú anhelas.

Una vez a solas, mi mejor amiga se sentó a mi lado. Me tomó de la mano y guardó silencio hasta que se decidió a hablar.

-¿Estás embarazada?

                         

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