Capítulo 4 Hogar... dulce hogar.

Capítulo 4

Hogar... dulce hogar.

El infierno pasó rápido, hace más de una semana que terminó la luna de miel compartida con la suegra, la rutina laboral dio paso a un mejor entendimiento en pareja, porque a pesar de lo mucho que se amaban, el exceso de tiempo juntos comenzaba a ser problemático para la pareja y más aún cuando esa tercera persona se empeñaba en meterse en medio o simplemente formar parte de los planes de los recién casados.

Dannt, decide llevar a su esposa a lo que sería su nuevo hogar.

Era una casa cómoda, con cuatro habitaciones, dos baños, sala de estar, un enorme salón de fiesta y una amplia cocina concepto abierto. Muy hermosa, elegante y con un diseño futurista que le fascinaba a Margot, simplemente era esa la casa de sus sueños.

Sin pedir permiso, Otilia llega a la casa a darle el visto bueno. Esta vez llevando consigo un regalo para la pareja. Un juego de vajillas horroroso que posiblemente nunca saldría de la caja en la que venía envuelto. Margot lo recibe con una falsa sonrisa en su rostro y lo lleva a la cocina, encontrando de regreso una peculiar escena.

Su suegra recostada en su sillón favorito, uno que le regaló Dannt en un viaje que hizo a Milán y que fue una de las pocas cosas que el hombre permitió que trajera de su antiguo departamento.

-"Hogar, dulce hogar". Esto es una maravilla. Me encanta este lugar -expresó Otilia con una sonrisa en el rostro-. Definitivamente mi hijo tiene muy buen gusto. Bueno, a veces -dice haciendo énfasis y mirando fijo a su nuera.

-Gracias, seguro que sí, lástima que no tuvo opción de elegir de qué vientre salir, imagínate... Habría elegido una madre menos entrometida -le devuelve Margot desde el fondo de su alma.

El hombre interrumpe y procede a mostrarle la casa a su esposa y a su madre. En un momento Otilia suelta una pregunta que deja locos a Margot y a Dannt

-Muy lindo todo. La casa es espectacular -comenta Otilia viendo que Dannt se alejaba de ellas para atender una llamada de negocios-, mi hijo es maravilloso, aunque muy tonto y dadivoso con las mujeres equivocadas. Pero en fin, es su vida y las cosas pronto volverán a su lugar. ¿Cuál de todas éstas es mi habitación? Es decir, este lugar me queda lejos de casa, así que cuando venga a ver a mi hijo tendré que quedarme.

-No se preocupe suegrita -responde Margot de inmediato-, no es necesario que se moleste en quedarse, ni siquiera en venir. Su hijo puede ir a verla cuando usted quiera y así nos ahorramos las molestias de fingir que todo marcha bien aquí.

-Ni en tus mejores sueños -ríe ampliamente-. No te creas que por ser la esposa de mi hijo eres la dueña y señora de la casa, esto es propiedad de los Decker y siempre lo será. Esta casa la compró mi hijo con su dinero antes del matrimonio. Así que no tienes derecho a decir ni opinar nada aquí. Métete eso en la cabeza, que no la tienes solo para llevar extensiones.

Margot quedó atónita y enfurecida ante el atrevimiento de su suegra. Se acercó a pasos lentos y precisos, mirándola fijamente sin despegar la mirada de sus ojos, como un cazador acechando a su presa.

-No necesito sus consejos, señora, ni mucho menos que me restriegue en la cara todo lo que ha comprado mi esposo con su dinero, el cuál es mío también desde el día en que nos casamos -respondió Margot, apretando sus dientes.

-Como sea -interrumpió Otilia de muy mala manera-. Solo quería recordarte que esta no es tu casa y nunca lo será. Volverás al bulevar de donde Dannt te sacó y yo me encargaré de eso.

-Esperaré ansiosamente el día en que la vea tragarse sus palabras -respondió Margot acercando su rostro al de su suegra, con un tono desafiante-. Porque de lo que estoy segura es de que va a lamentar todo lo que está haciendo.

-No me hagas reír -se burla amargamente-. No serás la señora de esta casa por mucho tiempo, solo eres una terrible equivocación en la vida de mi hijo.

-Se equivoca, permítame recordarle que ser la esposa de su hijo me convierte en la dueña de todo lo que su patética vista puede apreciar en este lugar y más. Así que no se equivoque conmigo, señora, que el que usted sea la madre de mi esposo no va a impedir que yo la ponga en su sitio. Así que déjeme en paz. Váyase de mi casa ahora mismo, Otilia.

Otilia se quedó paralizada y ofendida, no contaba con la firmeza de su nuera. Pero tampoco se daría por vencida tan fácilmente.

-¿Siempre eres así de grosera? -respondió Otilia con voz severa al sentir como si su nuera le hubiera dado una patada en el hígado, con glamour-. Yo soy tu suegra y tu no deberías hablarme en ese tono. Es tu deber respetarme.

-Usted llegó aquí queriendo trapear el suelo conmigo, solo le pido que recuerde que si usted me habla en mal tono yo lo voy a hacer de la misma manera, así que si no quiere que sea grosera con usted, comience por cambiar la forma en la que se expresa de mi y como me habla.

-Jajaja -Otilia se burla abiertamente-. ¿Se te subió el poder a la cabeza en tres días? Como se nota lo pata en el suelo que eres. Incapaz de tener modales.

-Se equivoca, señora, yo jamas he sido una mala persona, pero no por eso voy a dejar que me traten como se les de la gana.

-Nunca quise que mi hijo se casara con una oportunista trepadora como lo eres tú, que solo te interesa escalar posiciones sociales, pero que a fin de cuentas, sigues siendo tan mierda, tan basura como todos los de tu clase.

Responde Otilia llena de odio y Margot lo sintió como si hubiera sido un puñetazo en el estómago. Quiso actuar con serenidad, sabía que en cualquier momento el tiempo le daría la oportunidad de poner a esa Doña en su lugar. Pero no pudo quedarse con una ofensa de tal magnitud.

-¿Basura? -bufó-. Dígame una cosa, señora. Si ustedes los de la alta alcurnia se juntan con la mierda, ¿eso no los hace a ustedes aun más mierda? Yo creo que si la sociedad dorada se mezcla con la basura, su casa no sería más que un basurero con clase.

Margot sonrió ligeramente al saber que le había dado una bofetada con guante de alambre de púas a Otilia, quien se quedó boquiabierta ante sus palabras.

-¡Maldita infeliz! -exclamó la doña antes de levantar su mano e intentar golpear a Margot-.

Pero Margot no se inmutó ante el gesto ofensivo de Otilia. No se movió un centímetro, se quedó allí esperando que ella se atreviera a golpearla para entonces devolver la acción y así sacarse todo ese rencor que traía dentro, gracias a su suegra.

Otilia detuvo su mano a centímetros del rostro de Margot, sabía que no debía llegar muy lejos o se ganaría a su hijo de enemigo.

-No vas a quedarte mucho tiempo en este lugar, eso te lo aseguro -respondió apretando su mano en un puño y frunciendo sus labios-. Vas a salir de esta casa como corcho de botella mucho antes de que te lo puedas imaginar.

-Ándale, haga su mejor esfuerzo.

Otilia se dio vuelta y caminó hacia el pasillo a encontrarse con su hijo, mientras que Margot sonreía complacida al no dejarse arruinar la vida con su suegra.

Otilia tomó el brazo de su hijo y se dirigió al despacho junto a él, quien debía quedarse a trabajar un rato más en su portátil. Mientras que Margot se dirigió a la habitación principal para prepararse un baño relajante.

Por otro lado, Dannt, como el CEO de la empresa de su padre, tenía que pasar mucho tiempo trabajando, tiempo que le restaba dedicarse a su esposa y su hogar, tenía que velar por el bienestar de la empresa familiar, porque con la caída de su padre todo se le vino abajo.

Pero eso no representaba un problema mayor para la mujer que se mantenía ocupada trabajando en una clínica oncológica pediatra, donde ocupaba su valioso tiempo cuidando y atendiendo a los niños con cáncer. De esta forma ambos pasaban el día ocupados en sus labores y por las tardes se veían en casa, donde se desataba una enorme chispa de lujuria y placer al momento en que sus pieles se rozaban.

Así fue pasando el tiempo. Más de un año y medio de un feliz matrimonio que semanalmente se veía opacado por la mala intención de una suegra entrometida que se desvivía por hacerle la vida a cuadros a la pareja, especialmente a Margot, la mujer que creía que no era lo que su hijo necesitaba en su vida.

Poco a poco la relación de Margot y Dannt se había vuelto distante, gracias a la cizaña de Otilia se fue debilitando mucho más, al punto volverse un par de extraños que compartían una casa.

Y esto, era apenas el comienzo.

            
            

COPYRIGHT(©) 2022