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Capítulo 5
Éxtasis
Las palabras de Margot quedaron grabadas en la memoria de Otilia a pesar del tiempo transcurrido. Su nuera le había declarado la guerra desde ese momento.
Sin olvidar lo que pasó aquella tarde, estaba dispuesta a hacer lo que sea para que su hijo y esa arrastrada mujer se separaran de una vez por todas. A pesar de que sus incesantes intentos no rendían frutos, hasta ahora.
Para ello, pensó en recurrir a la única persona de confianza que tenía Margot en la ciudad. Su primo Wills, quien sería una presa fácil para la manipuladora mujer que sabia muy bien como mover sus cartas. Así que luego de trazar sus planes decidió ejecutarlos.
A pesar de sus 54 años, Otilia seguía siendo una mujer hermosa, con una figura bien conservada para su edad y por supuesto, una reputación intachable y esto era más de lo que podría soportar la mente obscena del joven de apenas 31 años que ahora tenía la mirada fija en su objetivo.
Wills frecuentaba bares lujosos, salía con mujeres que valían una fortuna y todo eso ya lo sabía Otilia que recién empezaba a coincidir con él en algunos lugares.
-Pero mira no más, la honorable Otilia Mendoza en el Lox (bar) -sonrió-. ¡Esto es increíble!
-¡Dedo meñique! -saluda sonriente dejando par de besos en las mejillas del hombre que soltó una carcajada ante sus palabras-. No pensé encontrarte aquí. ¡Pero qué sorpresa!
La sensualidad de parte de Otilia era algo que tenía intrigado a Wills, un hombre que nunca se había acostado con una mujer mayor. Pero ella logró despertar en él toda curiosidad, queriendo descubrir que se esconde detrás de esa fachada de mujer respetable de la sociedad.
-Te puedo asegurar que no está ni cerca de ser eso que dices -responde con picardía mirando su entrepierna, dando inicio a una acalorada conversación- si gustas, puedo mostrártelo.
-A juzgar por lo que ven mis ojos, yo te pondría una calificación 6/10 -respondió Otilia con sensualidad, observando la expresión seductora del muchacho que muerde su labio inferior y la invita a descubrirlo por sus propios medios.
-6/10 son los polvos que podría echarte ahora mismo, sobre esta barra de bar, lástima que no repito -la mira como si quisiera devorarla-. Pero si estás interesada, podemos ir a mi suite, para demostrarte de qué estoy hecho.
-¿No repites? ¡Jaah! Eso es porque no te ha tocado una mujer que tenga la experiencia suficiente para hacerte temblar -cometa la mujer con una sonrisa en su rostro, mientras va subiendo su mano, desde la rodilla del hombre hasta detenerse en su paquetería.
Un rato más tarde, los tragos hacen de las suyas, Wills obliga a Otilia a bailar y empieza un extraño juego de seducción de parte de ambos. Al amanecer, se encuentran juntos enrollados en las sábanas de una extraña habitación de hotel.
Fue allí donde comenzó una alocada relación. Obsesiva por parte del hombre que nunca había sentido nada de lo que Otilia le hizo sentir entre sus sábanas. E interesada de parte de la doble moral de esa mala mujer que terminó por convencer a Wills de que Margot está sufriendo por la lejanía de su esposo, afirmando que el arduo trabajo de su hijo le está impidiendo cumplir con sus obligaciones de recién casados.
Sabía que la manera de resolver los problemas para este hombre eran los tragos, el baile y el libertinaje, lo que le ayudaría a tomar ventaja para desprestigiar a su nuera.
Como lo predijo la bruja, Wills llevó casi a rastras a su prima a una disco. Donde el principal objetivo del hombre era recuperar el tiempo perdido.
Él siempre fue inmaduro, fiestero y egocéntrico, hijo de mami y papi. Mientras que Margot fue todo lo contrario desde su adolescencia. Había sido una chica tranquila, responsable y juiciosa.
Los tragos se le subieron a la cabeza a Margot, misma que ahora bailaba libre en medio de la pista.
Se le acerca un desconocido y la toma para bailar, soplando en el rostro de la chica un polvo de escopolamina. Una fuerte droga que le hizo perder la conciencia, desde ese momento hacía la voluntad de aquel hombre que la apretaba hacia su cuerpo y la manoseaba mientras que su cómplice los fotografiaba juntos.
En un momento se crea una exquisita distracción para Wills obligándolo a abandonar el club.
El hombre fue citado en la misma habitación de hotel y fue allí donde se le olvidó que debía cuidar de su prima.
Wills sale como alma que lleva el diablo y sube a su vehículo llegando en menos de cinco minutos a los brazos de la única mujer que ha logrado captar su interés tanto como para llevarla la cama en incontables ocasiones.
Por su parte, Margot seguía bailando en la discoteca, disfrutando de la sensación que le proporcionaba la droga que había aspirado un rato antes, cuando es llevado a la parte trasera del club, donde tres vándalos planeaban divertirse con ella.
Por suerte una brigada de guardias estaban por interceptar el club, donde la venta e ingesta de drogas era excesiva, sin contar la prostitución y abusos sexuales que se reportaban en el lugar.
Segundos antes de que le arrebataran la ropa a la chica, un hombre se le acerca y apunta en la espalda de uno de los atacantes, luego de su señal de alto, los hombres levantan las manos y son capturados por tres policías que los despojan de sus armas y suben al vehículo patrulla.
Dannt se encontraba a punto de llegar a casa, esta noche había comprado un enorme ramo de flores para su esposa. Hasta que una llamada en su celular hizo que desviara su vehículo a una clínica cercana.
Al llegar, encuentra a su esposa dormida en una camilla. Se desespera al no saber que le ha ocurrido y es donde un joven médico le cuenta que llegó con una sobredosis de éxtasis y tuvieron que practicarle un lavado de estómago. Fuera de eso todo parecía estar normal, pero Dannt decide interrogar al policía que se encontraba custodiando la puerta.
Fue allí donde se enteró de todo lo ocurrido y deja caer su cuerpo completo sobre la silla de aquella fría sala de espera.
No comprendía los motivos por los cuales su esposa había hecho eso. Jamás había salido de fiesta aunque él muchas veces lo había propuesto y ese día salió a bailar sola e irresponsablemente consumió drogas sin importar las consecuencias que eso le traería.
La cabeza de Dannt comenzó a dar vueltas. Unas fotografías en anonimato llegaron a su celular donde captaban las imágenes de Margot bailando libremente con varios desconocidos, pero lo que le robaba la paz en realidad fue que gracias a su irresponsabilidad tres personas estuvieron a punto de aprovecharse de ella debido a su situación.
Margot al despertar no recordaba mucho de lo que sucedió, pero fue informada por su madre acerca de que Wills había sido detenido por las autoridades.
Salió de la clínica camino a la estación policial y en seguida pasó a ver a su primo quien se encontraba tras las rejas, con un ojo morado y el labio partido por lo que no puede evitar soltar una gran carcajada.
-¿Pero qué diablos te pasó? ¿Quién se atrevió a tomarte de piñata? -se burla-.
-Debiste ver como quedó el otro imbécil -responde Wills enojado-.
-Bañado con tu sangre supongo -ríe-. Trapeó el piso contigo Wills. ¿Dónde quedó el mala conducta del último año? ¡Me das vergüenza!
-Ya párale a tu maldito humor negro. Que esto ha sido por ti. ¿Desde cuando le aceptas drogas a un desconocido?
-¿Que yo qué? -interroga angustiada al no recordar absolutamente nada del día anterior-.
Margot deja sus bromas de lado y va a pagar la fianza de Wills, de camino a la salida va acosándolo con preguntas respecto a lo que sucedió en el club.
-Olvídalo -bufó Wills-.
-Williams necesito que me expliques que fue eso que dijiste respecto a las drogas. Yo no recuerdo absolutamente nada. Esta mañana desperté en la clínica, me dieron el alta y le pedí a Dannt que fuera a por mí. Él mandó a su chofer. ¿Sabes lo que significa eso?
-Que es un hombre inteligente y no quiere mancharse sus manos de sangre. Fueses mi mujer y ha te habría partido la madre.
-¡Noooo, imbécil! Que está enojado conmigo. Por favor dime que pasó.
-Que te dejé sola un jodido segundo y sales a aceptarle éxtasis a un desconocido.
-No, no, no... Yo no acepté ninguna droga. Lo juro. Yo solo recuerdo que estaba bailando y... Todos bailaban conmigo, ¿Me drogaron? -preguntó aterrada y Wills la abrazó-.
-Fue mi culpa, no debí dejarte sola, es por eso que estoy aquí, porque gracias a unos favores que me debían por ahí pude dar con uno de los malditos que querían tocarte. ¿Y adivina qué? Fueron enviados por alguien. Debes cuidarte Marg, alguien quiere destruirte a ti, o a tu marido.