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Emily no supo cómo terminó sentada en la oficina de un abogado de renombre en el centro de Las Vegas, con una copa de agua en la mano y un contrato matrimonial frente a ella. Todo había pasado demasiado rápido.
Después de aceptar la propuesta de Alexander, él se había puesto en marcha de inmediato. En cuestión de horas, su equipo legal había preparado un documento detallado estableciendo los términos de su matrimonio temporal.
Ahora, allí estaba ella, tratando de mantener la calma mientras Tracy Monroe, la abogada personal de Alexander, repasaba cada cláusula.
-El contrato estipula que ambos permanecerán casados durante un período mínimo de seis meses -explicó Tracy, una mujer de cabello rubio recogido en un moño impecable y ojos afilados detrás de unas gafas de diseñador-. Durante este tiempo, la señorita Carter deberá acompañar al señor Westwood a eventos públicos como su esposa legítima, mostrando una imagen de estabilidad y compromiso.
Emily tamborileó los dedos contra la mesa.
-¿Y qué pasa después de los seis meses?
Tracy la miró con profesionalismo.
-Podrán solicitar la anulación del matrimonio de manera discreta. La prensa recibirá una versión controlada del evento para evitar escándalos.
Alexander, sentado con una postura relajada a su lado, intervino.
-Si en algún momento quieres salir antes del acuerdo, podemos renegociar. Pero idealmente, cumpliremos el tiempo establecido.
Emily asintió lentamente.
-¿Y qué pasa si alguno de los dos incumple el contrato?
Tracy ajustó sus gafas.
-Si el señor Westwood decide romper el acuerdo antes de tiempo, se compromete a compensarla económicamente con una suma sustancial.
Emily arqueó una ceja.
-¿Y si yo quiero salir antes?
-Entonces no habría compensación.
Alexander giró levemente la cabeza para observarla.
-No voy a forzarte a quedarte en esto, Emily. Si en algún momento sientes que no puedes continuar, hablaremos.
Emily se removió en su asiento, sintiendo la intensidad de su mirada.
-Está bien... ¿Y qué hay de la vida personal?
Tracy hojeó las páginas del contrato.
-Ambos pueden continuar con sus vidas profesionales sin interferencias. Sin embargo, durante el tiempo que dure el acuerdo, se espera exclusividad en la relación pública.
Emily sintió que algo se tensaba en su pecho.
-¿Eso significa que no podemos salir con otras personas?
Alexander habló antes que Tracy.
-Exactamente. No tendría sentido vender una imagen de matrimonio estable si uno de los dos aparece en los tabloides con alguien más.
Emily mordió el interior de su mejilla. No es que estuviera pensando en salir con nadie, pero aún así, la idea de estar atada a un hombre que apenas conocía era... extraña.
-Entiendo.
-Si no tienes más preguntas -continuó Tracy-, podemos proceder con la firma.
Emily tomó la pluma que le ofrecieron, pero su mano se quedó suspendida en el aire. Este era el momento en el que podía retroceder.
Podía levantarse, agradecerles y salir de esa oficina. Nadie la obligaba a nada.
Pero entonces miró a Alexander, quien la observaba con paciencia, y pensó en lo que esto significaba: seis meses de estabilidad, de oportunidades y, lo más importante, de aventura.
¿Por qué no?
Tomó aire, firmó su nombre en la línea correspondiente y deslizó el contrato hacia Alexander.
Él no dudó. Con su letra firme y elegante, estampó su firma y luego le tendió la mano.
-Bienvenida al matrimonio, Emily.
Emily estrechó su mano, sintiendo su piel cálida contra la suya.
-Espero que no te arrepientas.
Alexander sonrió, pero había algo en su mirada que la hizo estremecer.
-Lo mismo digo.
La Primera Aparición Pública
La noticia de su matrimonio se filtró más rápido de lo que Emily esperaba. Para cuando regresaron a la suite del hotel, su teléfono estaba inundado de mensajes.
-Dios... -murmuró mientras miraba su pantalla. Olivia, su mejor amiga, había dejado trece mensajes de voz y más de veinte textos.
-¿Estás bien? -preguntó Alexander mientras revisaba su propio teléfono.
-Depende de cómo definas "bien".
-Si te sirve de consuelo, la noticia está recibiendo una reacción bastante positiva.
Emily frunció el ceño y abrió Twitter. #BodaSorpresaWestwood era tendencia. Miles de usuarios estaban comentando sobre su repentina boda, y para su sorpresa, la mayoría eran mensajes entusiastas:
"¡No puedo creer que Alexander Westwood se haya casado! ¡Esto es una locura!"
"¿Quién es Emily Carter y cómo logró casarse con el soltero más codiciado? Me urge saber."
"¡Felicidades a los recién casados! Se ven adorables juntos."
Emily se dejó caer en la cama.
-Esto es irreal.
Alexander se sentó en el borde de la cama y la observó.
-Es solo el comienzo.
Emily suspiró y se cubrió la cara con las manos.
-¿Cómo es que tú estás tan tranquilo?
-Porque estoy acostumbrado a esto. -Se encogió de hombros-. Y porque sabía que esto iba a pasar.
Emily lo miró fijamente.
-¿Tienes planeado todo hasta el más mínimo detalle, verdad?
Alexander sonrió con diversión.
-No llegas a ser CEO sin un buen plan.
Emily negó con la cabeza y volvió a mirar su teléfono.
-Voy a necesitar más café para sobrevivir a esto.
-Y yo un whisky. -Alexander se puso de pie y caminó hacia el minibar.
Emily lo observó mientras servía dos tragos en vasos cortos. Le sorprendió lo natural que se movía en cualquier ambiente, como si estuviera en completo control.
Cuando le pasó un vaso, ella lo tomó con una ceja arqueada.
-¿Brindamos por nuestro matrimonio falso?
Alexander alzó su vaso con una expresión divertida.
-Por la farsa mejor planeada del año.
Chocaron los vasos, y Emily tomó un sorbo, sintiendo el calor del licor recorrer su garganta.
Seis meses de esto. ¿Qué podría salir mal?