Capítulo 4 4

Aparté la mirada de Ian y vi cómo la chica del bikini blanco salía de la piscina, tomando una bata negra y cubriéndose con ella.

Luego se acercó a Ian, le besó la mejilla y le susurró algo al oído; él asintió con indiferencia, demostrando que no le daba importancia y que la veía como una más de sus acompañantes de una sola noche.

La chica salió del área de la piscina y se dirigió al interior de la casa.

Me quedé impactada por la manera en que ellas se comportaban.

¿Cómo podían acostarse tan fácilmente con Ian? ¿Por qué lo hacían?

Sabían perfectamente que nunca las reconocería como su pareja, entonces, ¿por qué llegar tan lejos con él?

Todas provenían de familias prominentes.

De hecho, sus padres estaban al tanto de esto, pero no hacían nada para detenerlas; lo único que querían era que sus hijas terminaran emparejadas con el único hijo del Alfa. ¿Y si Ian realmente elegía a una de ellas para convertirla en su futura Luna?

Dejé de lado todas esas ideas y me levanté del sofá.

Opté por no pensar demasiado en eso; sabía que lo más conveniente era mantenerme alejada de ese hombre.

"¿A dónde vas?", me preguntó Luke.

Al ver los dos vasos en sus manos, supuse que había venido para pasar el rato conmigo.

Tal como lo deduje, me ofreció uno de los vasos.

"Necesito usar el baño", le dije.

"Oh, entiendo. Entonces déjame mostrarte dónde está", dijo mientras extendía una mano hacia adelante.

"Luke, ¿a dónde vas?", le preguntó uno de sus amigos.

Miré a sus amigos y luego a Luke. "Dime por dónde está el baño. Puedo ir sola".

"No, no confío en los demás".

"No te preocupes, estaré bien", insistí.

No me consideraba la clase de chica vulnerable que necesitaba un guardián que la mantuviera a salvo todo el tiempo.

Después de que Luke me diera las instrucciones, salí de la piscina y me dirigí hacia la sala de estar. Seguí las indicaciones de mi amigo.

Mis ojos se posaron en las escaleras mientras me abría paso entre la multitud.

Luke sugirió que usara el baño de arriba, pero decidí no hacerlo cuando vi a una pareja besándose en las escaleras.

Le pregunté a una chica si sabía dónde estaba el otro baño y, tras mirarme, me indicó que estaba a la vuelta del pasillo de la derecha.

Mientras me dirigía allí, un chico alto chocó contra mí y un líquido se derramó sobre mi cabello; no tardé en darme cuenta de que era cerveza.

Tenía cerveza por todo el cabello y estaba completamente empapada.

"Deberías tener más cuidado", me dijo el chico.

Lo ignoré y continué avanzando; me sobresalté cuando noté que esa sección de la casa estaba totalmente a oscuras.

"¿Me dio la dirección equivocada esa chica?", murmuré mientras me dirigía hacia una puerta.

Cuando la abrí, sentí un gran alivio al ver que era un baño.

Me miré al espejo y lo primero que noté fue mi cabello empapado de cerveza; lo lavé rápidamente en un lavabo antes de usar el baño.

Al final, me quité las gafas y las guardé en mi bolso; me lavé la cara porque olía muy mal por las gotas de cerveza que habían rodado por ella.

Salí del baño, pasándome los dedos por el cabello, y cuando cerré la puerta, todo quedó nuevamente envuelto en oscuridad.

Avancé lentamente por la misma dirección por la que había llegado; pude ver humo de colores a lo lejos.

Seguí caminando, pero jadeé sorprendida cuando alguien tomó mi mano en la oscuridad; sentí un tirón y luego me presionaron contra una pared.

No pude distinguir su identidad, pero, a juzgar por su silueta, supe que se trataba de un chico.

"¿Por qué tardaste tanto en salir? ¿Estabas tocándote a ti misma ahí dentro?".

Al escuchar esa voz profunda, mis ojos se abrieron.

¡Era Ian!

Se acercó a mí y comenzó a olfatearme. "¿Por qué tu olor es tan diferente? ¿Qué tipo de fragancia usaste? Me gusta", dijo mientras acercaba su rostro a mi cuello.

Me quedé tan sorprendida que no pude pronunciar ni una sola palabra.

La punta de su nariz entró en contacto con mi cuello y la frotó lentamente contra mi piel; en ese instante algo dentro de mi pecho se apretó y mi respiración se entrecortó.

"¡Mierda! Hueles demasiado bien".

Podía sentir su cuerpo presionándose contra el mío y sus manos rodeando mi cintura; también sentí su cálido aliento cayendo sobre mi mejilla.

No tenía ni idea de lo que estaba pasando. ¿Por qué se me acercó y me agarró de esa manera?

Sin embargo, antes de poder decir algo, mis ojos se abrieron en la oscuridad al sentir un par de labios cálidos rozando los míos.

Sin tiempo para asimilar lo que estaba sucediendo, sus labios se estrellaron contra los míos.