Capítulo 1: ❝La luz azul❞
De niño⏤luego de un horrible accidente automovilístico, donde, por desgracia, murió mi madre⏤me aislaba la mayoría del tiempo, y es que los otros niños se burlaban de mí por hablarle a la nada, o cuando decía ver sombras⏤a veces personas con un extraño aura gris⏤a sus alrededores, acompañándolos siempre.
Tal vez sí esté loco. Tal vez sí necesite un loquero. Tal vez sí sea cierto. La realidad es que nunca lo sabrán, no ellos al menos, y tal vez ni siquiera yo. Hasta esa misma noche, donde toda percepción de mí y lo que creía conocer cambió por completo. Mi vida cambió. Yo cambié.
⏤Joven Benedetti ⏤me llamó la maestra, sacándome de mis pensamientos.
Alcé la vista, y pestañeé, confundido. Advertí ver que algunos compañeros me veían, riendo de mí, del chico raro al fondo del salón.
Típico.
⏤¿Sí, señorita Blackwood?
Atrás de ella habían dos estudiantes, frente al pizarrón, resolviendo un problema matemático, y uno de ellos era Natalie, la chica de quien he estado enamorado desde hace 6 años. Era la más inteligente del salón. No, de todo el instituto.
⏤Pase al frente y resuelva el problema.
Tragué saliva al oír eso. Miré a mi alrededor, notando a las sombras, o personas extrañas, pero decidí tomar valor y levantarme. Temblando, cogí la tiza y comencé a hacerlo. Oí los murmullos y sonidos extraños, bestiales. Miré atrás de mí, pero solo vi a las sombras pasear por los alrededores de los estudiantes tranquilamente.
Negué con la cabeza y me concentré.
⏤Se suponía que debías resolver el problema, no hacer runas ⏤me susurró Natalie, divertida.
La miré con extrañeza, y al ver el pizarrón retrocedí con horror, mientras la tiza caía de mis manos.
Había dibujado runas.
⏤Joven Benedetti...⏤dijo la maestra con decepción.
⏤Y-yo...no... ⏤balbuceé, avergonzado, y al oír las burlas de los demás salí corriendo fuera del salón.
Me escondí en el baño, hasta que mi mejor amigo, Karl, tocó la puerta del cubículo en el que estaba.
⏤¿Hay alguien en casa?
Saqué el rostro de mis rodillas y vi los zapatos de mi amigo, para luego hundir mi rostro de nuevo.
⏤No.
⏤¿En serio?
⏤Sí, no estamos en servicio por ahora, o en lo que queda del año.
⏤Lucien...
⏤No. Vete, quiero estar solo.
Lo oí suspirar.
⏤Lucien, sabes que no me iré hasta asegurarme de que estás bien. Esa fue la quinta vez en el segundo día de volver de vacaciones... Necesitas descansar, pasarla bien por una noche al menos, y sé cómo hacerlo, pero debes confiar en mí ⏤ante mi silencio agregó⏤: ¿Confías en mí?
Salí del cubículo, dejándome ver.
⏤Por supuesto que sí confío en ti.
Karl sonrió, esa sonrisa malvada y la que siempre me metía en problemas.
⏤Genial, porque esta noche iremos a una fiesta y tú, mi querido amigo, la pasarás como nunca antes en tu perra vida. Y si te alienta, supe que Natalie asistirá...
Abrí más los ojos.
⏤¿En serio?
⏤Oh sí.
Exhale, resignado.
⏤Bien, pero no debo volver tarde, y por favor no me dejes solo.
⏤Jamás haría eso, y lo sabes.
⏤¿En serio? ⏤pregunté, incrédulo.
⏤¡Sí! Ya olvídate de esa vez...
Karl era mi mejor amigo, desde mucho antes del accidente, pero sabía que tampoco creía en el hecho de que veía sombras o personas extrañas que nadie más podía ver, y estaba bien. Después de todo, ni yo lo creía del todo.
Al llegar a casa, noté que mis cosas estaban en lugares diferentes, como si alguien hubiera estado husmeando.
Hundí las cejas.
⏤¿Qué sucedió, Ambrose? ⏤miré a mi gato, quien estaba sobre la cama⏤. ¿Fuiste tú? ¿Buscabas tu juguete? ⏤me acerqué a mi escritorio y saqué un ratoncito para luego lanzarlo a la cama. Enseguida Ambrose saltó encima de él.
En casa solo éramos mi padre y yo, y no tenía sentido que él estuviese revisando mis cosas.
Miré hacia el armario, extrañado. Me acerqué a él para abrirlo y al hacerlo no encontré nada más que ropa.
⏤Basta, Lucien, solo alucinas ⏤me dije a mí mismo, y decidí buscar la ropa para usar en la fiesta.
Al final, saqué la colonia que desde hacía años no usaba. Froté mis muñecas y cogí mi móvil para luego bajar las escaleras. Mi padre veía la televisión⏤con solo la tele iluminando la sala, ya que apaga las demás luces para ahorrar luz y así no pagar tanto por ella⏤, pero sintió el olor y volteó a verme mientras yo caminaba hacia la cocina.
⏤¿Estás usando colonia? ⏤preguntó, incrédulo.
⏤Ajá ⏤respondí sin prestarle atención, y saqué una lata de coca-cola del refrigerador. Limpié la boquilla y la abrí para luego darle un sorbo.
Mi padre sabía que después del accidente comencé a decir rarezas pero creía que había olvidado eso, y que jamás lo había vuelto a hacer. Ay, padre, si supieras...
⏤¿A qué se debe la ocasión? ¿es por una chica?
⏤Tal vez...
Mi padre se levantó del pequeño sofá. Lo noté nervioso.
⏤¿Quieres hablar de eso?
⏤¿Sobre qué? ⏤pregunté, totalmente inocente.
⏤Pues de lo que sucede en las citas, ya sabes...
⏤Por el amor de dios no ⏤dije con espanto⏤. No quiero tener esta charla contigo. Mejor me voy o se me hará tarde. No me esperes.
⏤De acuerdo, chico grande ⏤puso una mano sobre mi hombro, mientras que la otra estaba dentro de su bolsillo delantero⏤. No vuelvas tan tarde.
⏤Bien. Adiós papá ⏤me despedí antes de salir.
⏤Ah, ¡y suerte con la chica! ⏤me gritó antes de que cerrara la puerta.
Al salir Karl me esperaba frente a mi casa. Sonrió al verme salir, y abrió la puerta del copiloto, como si fuera mi chófer.
⏤Me da gusto verlo de nuevo, señor Grey ⏤usó un tono formal⏤. ¿Adónde lo llevó? ¿Con Anastasia?
⏤Ya ⏤me quejé al subir, y cuando entró lo miré con las cejas hundidas⏤. ¿Grey es por Cincuenta sombras de Grey?
⏤Oops, creí que no lo sabrías... ⏤encendió el motor, ahora avergonzado.
Me reí por eso.
⏤Calma, no te juzgo. Yo también tengo gustos culposos, como cualquiera.
Me miró mientras conducía, interesado.
⏤¿Cómo cuáles? ⏤me preguntó, divertido.
⏤Me gustan las películas de Crepúsculo, las de Barbie, mi favorita es Barbie y el cascanueces, y el huevo con ketchup.
⏤¿El qué con qué? ⏤me miró con horror, y asco.
⏤¿Qué? sabe bien...
⏤Amigo, eso es enfermo...
Nos reímos después de eso.
Al llegar, me sentí sumamente extraño, como si fuese de otro planeta, y ellos lo sentían también...
Karl, sacándome de mis pensamientos, e inquietudes, puso una mano sobre mi hombro, mientras veía a las personas bailar al ritmo de la música.
⏤Esto será grandioso ⏤expresó mi extravagante amigo, sonriendo de oreja a oreja⏤. Ya verás. Vamos, quiero presentarte a las chicas.
Hundí las cejas, y me llevó al fondo.
⏤¿A las chicas?
Resultaron ser sus queridas compañeras de cama, sí...
Opté por quedarme en el patio trasero, solo, mientras veía las estrellas. Me encontraba acostado sobre el pasto, con un brazo detrás de la cabeza y con la otra sobre mi estómago, cuando de pronto una voz femenina me habló:
⏤La fiesta es adentro.
Miré hacia arriba y me encontré con el hermoso rostro de Natalie Cowen, y ella sonrió.
⏤Natalie... ⏤susurré con asombro.
⏤¿Hola...?
⏤Lucien.
⏤Sí, lo siento, no tengo muy buena memoria
⏤decía mientras se sentaba a mi lado, y yo me volví loco.
⏤Está bien, tiene sentido que no recuerdes mi nombre. Después de todo nunca hemos tenido una conversación profunda ⏤logré hablar con facilidad, sorprendentemente.
Tal vez sería por las cervezas que había bebido.
⏤Y, ¿qué haces aquí? Nunca te he visto en ninguna fiesta.
Me encogí de hombros.
⏤Quería intentar algo nuevo, arriesgarme de vez en cuando.
⏤Ooh, calma, no te vayas a fracturar ⏤se burló y me dio un codazo. Yo reí por eso.
⏤¿Y tú? La fiesta se ve divertida ⏤mentí, me daba pavor.
⏤¿En serio? ⏤preguntó, incrédula.
⏤No, apesta.
Asintió de acuerdo conmigo, para mi sorpresa.
⏤Concuerdo. Esta generación se fue a la mierda.
Hundí las cejas, divertido.
⏤Pero somos de su generación.
⏤Ya sé...⏤me susurró, divertida.
De pronto, la música dejó de oírse y en cambio las personas comenzaron a correr, a salir de la casa e irse lejos. Natalie y yo nos miramos, extrañados, hasta que ella abrió más los ojos y me tomó de la mano.
⏤La policía viene. Vamos.
⏤¿Q-qué? pero, ¿y Karl? ⏤balbuceé mientras me sacaba de la casa.
⏤Seguramente ya se marchó.
Terminamos escondiendonos en una iglesia abandonada, y casi destruida, que estaba a una cuadra de la casa donde había sido la fiesta, y que enfrente de éste estaba un cementerio.
Vaya imagen...
Mientras esperábamos a que la policía dejara de rondar por ahí, la lluvia nos envolvió, como una mala broma. Nos sentamos en el frío y sucio suelo. Natalie se encontraba sentada sobre un pedazo de pared que había caído quién sabía cuándo, frente a mí.
⏤Maldición ⏤murmuré, molesto, aún en el suelo⏤. ¿Oyes eso? ⏤le pregunté en un susurro después de un momento.
⏤No, ¿qué oyes?
⏤Es como un murmullo ⏤miré a mi alrededor, pero solo vi piedras y oscuridad.
⏤Tal vez sea el agua cayendo sobre algún metal o algo así.
⏤No, no es eso, definitivamente no es eso... ⏤dije cuando el murmullo comenzó a ser casi gritos, lamentos. Lo oí, atento y horrorizado⏤. ¿Segura de qué no los escuchas?
Natalie exhalo, cansada.
⏤Lucien, ¿puedo preguntarte algo?
Asentí.
⏤¿Tienes esquizofrenia o algo así? ⏤inquirió con suavidad para no ofenderme.
Ah, vaya, esa pregunta otra vez...
⏤¿Qué? no, estoy bien.
⏤Bueno... ⏤no me creyó, y eso me entristeció y molestó, pero no por ella, sino por mí, así que decidí levantarme e ir hacia los gritos.
⏤Iré a investigar. Quédate aquí.
⏤¿Qué? ¿por qué?
La miré sobre mi hombro, y le respondí:
⏤Para saber de una vez por todas si lo que escucho y veo es real, y será mejor que te quedes aquí.
⏤No, voy contigo ⏤se levantó, para mi entera sorpresa.
⏤¿Por qué?
⏤Necesitarás un testigo.
⏤Pero, ¿y si sí estoy loco?
Dio unos pasos hacia mí, y me enrojecio.
⏤Entonces te ayudo a ser tú de nuevo.
Tragué saliva al oír eso, y no me quedó más que asentir y dejarla ir conmigo. Caminamos hasta lo que parecía ser el sótano, el cual estaba totalmente oscuro. Al principio dudé, pero bajé y ella me siguió, no sin antes sacar su celular y alumbrar el camino.
⏤Los gritos son más intensos aquí ⏤le susurré mientras bajabamos las escaleras⏤. Siento que en cualquier momento mis oídos sangrarán.
⏤No escucho nada, Lucien.
Al bajar me encontré con demasiadas personas extrañas, con auras color gris, y retrocedí, perplejo.
⏤¿Lucien, qué sucede? ⏤mi espalda chocó con el pecho/cara de Natalie, y ella puso sus manos en ella.
⏤¿No los ves? ⏤pregunté en un hilo de voz, ahora temblando.
⏤No, Lucien. No los veo...⏤contestó en un tono suave.
Los seres extraños me miraron, curiosos, y eso me desconcertó. Me armé de valor y los enfrenté.
⏤¿Qué cosa son y por qué solo yo puedo verlos? ⏤hice el intento de sonar tranquilo, pero falló.
⏤¿Lucien...? ⏤quiso decir Natalie antes de que eso pasara.
Uno de ellos quiso atacarme, pero cuando coloqué mis manos en forma de una equis sobre mi rostro una extraña luz azul salió y esa cosa desapareció, quedando solo humo gris. Los demás retrocedieron, estupefactos, al igual que yo. a Natalie se le cayó el celular del asombro.
Jamás en mi vida había hecho algo así.
⏤¿Qué fue eso? ⏤preguntó la castaña.
La miré, aún asombrado.
⏤¿Lo viste? sí lo viste...
Asintió, y me abrazó.
⏤Jamás había hecho eso ⏤murmuré, aún en sus brazos, sintiendo que las lágrimas amenazaban con salir.
⏤Pero al menos sabes que es real, yo sé que es real...
Al día siguiente desperté con ellos a mi alrededor, rodeando mi cama. Grite, pero uno me calló. Me preguntaron mi nombre y qué era, a lo cual no supe qué responder, para luego pedir mi ayuda.
⏤¿Qué quieren de mí? ⏤les pregunté, ahora sentado sobre la cama.
⏤Algunos no podemos cruzar, y necesitamos tu ayuda ⏤respondió uno.
⏤Pero entenderemos si no quieres hacerlo, después de todo, ninguno quiere hacerlo...⏤dice otro con pesar.
Alcé las cejas, y me removi en mi cama, esperanzado.
⏤¿Hay más personas como yo?
⏤Sí.
⏤¿Por qué no quieren ayudarlos?
Se encogieron de hombros.
⏤Supongo que algunos nos tienen miedo, o a romper alguna regla cósmica.
⏤¿Las hay?
⏤Tal vez, no lo sé.
⏤Pero lo que sí sabemos es que no podemos seguir en el mundo terrenal, junto con los vivos.
⏤¿Saben qué cosa soy?
⏤No sabemos el nombre, o si algún día lo tuvieron, pero sabemos que puedes ver y hablar con los muertos, y que esa luz que salió de ti nunca la habíamos visto antes.
Aclaré la garganta antes de hablar.
⏤De acuerdo, los ayudaré, pero con una condición: ustedes me ayudarán a averiguar qué o quién soy y el por qué lo soy, ¿trato hecho? ⏤extendí una mano para que la estrecharan.
⏤Niño, no podemos tocar a los vivos, estamos muertos.
⏤Ah... ⏤Mi mano volvió a la cama al oír aquello.
Después de eso todo fue diferente. Todo lo que veía era real, no estaba loco. Era...emocionante y aterrador.
Ayudaba a resolver los asuntos pendientes de los fantasmas⏤a veces acompañado de Natalie, lo cual era algo misericordioso, quien pasaba más tiempo conmigo y eso nos unía⏤y luego ellos cruzaban, incluso algunos fueron famosos cuando tenían vida, y asesinos...
Karl sospechaba de mí y Natalie, ya que a veces nos encontraba hablando de «cosas extrañas e inquietantes», y luego nosotros dos fingiamos no hacer nada raro. No podía ser capaz de decirle. Alguno de nosotros dos debía tener en su vida algo de normalidad, y ese alguien, claramente, no era yo.
Como era costumbre, ese día había ido, junto con nada menos que Hitler...sí, él, a una tienda donde vendían cosas antiguas. Resultó que los fantasmas se emocionaron tanto de que alguien quisiera ayudarlos, que llamaron a todos los no vivos para llevarlos hasta mí. Me sentía como un dios antiguo, que le concedía deseos a cualquiera que lo invocará. Ya dentro de dicha tienda, caminamos por todo el local, en busca de una de sus pinturas. La encontró luego de unos minutos, y me llamó. Se encontraba en la esquina de la tienda, nos cubría un largo estante atrás de nosotros pero la ventanilla del local nos dejaba expuestos ante cualquiera que pasara por ahí.
Me puse de clunquillas y la observé con curiosidad. Miré el precio, y resople.
⏤No puedo creer que una simple pintura, sin olvidar que es de un asesino, cueste tanto.
⏤Ésta pintura es... ⏤se interrumpe a sí mismo.
Lo miré con una ceja alzada desde abajo.
⏤¿Es qué? ⏤le animé.
⏤Tiene un significado especial para mí ⏤confesó al final
⏤¿Algo es especial para ti? Vaya, eso no se escucha todos los días de un genocida.
⏤Burlarte todo lo que quieras.
Suspire.
⏤¿Por qué es especial?
Se cruzó de brazos.
⏤No te incumbe. Comprala y vámonos.
⏤Me lo debes, ya que gastare todos mis ahorros en algo que ni siquiera tendré en mi habitación con orgullo.
Escuché la campana de la puerta resonar, dando la señal de un nuevo cliente. Éste saludó con alegría a los empleados, seguramente sería su compañero.
⏤Prefiero no decirle a un desconocido.
Abrí la boca hasta hacer una perfecta "O", ofendido y disgustado.
Que ingrato...
⏤¿Necesita ayuda? ⏤me preguntó alguien detrás de mí, y di un respingo. Era la misma voz que había saludado a los otros.
Me puse de pie y lo miré, y éste abrió los ojos de par en par al ver al desgraciado, pero volvió a la normalidad tan rápido como lo miro.
⏤Ah...⏤hundí las cejas, y decidí arriesgarme⏤. Eres igual que yo, ¿cierto?
⏤¿Qué? ⏤fingió no entender.
⏤Vi la expresión en tu rostro al verlo.
⏤No sé de qué está hablando ⏤hizo el amago de retirarse, pero sostuve su brazo para evitarlo.
⏤Oye, está bien...⏤quise tranquilizarlo.
Se apartó con brusquedad, ahora serio.
⏤No, no lo está, y deberías saberlo ⏤se fue después de decir eso, y me dejó confundido.
⏤Que extraño chico ⏤comentó Hitler detrás de mí⏤. Bueno, comprala.
Exhale, y lo hice.
Adiós auto...
⏤Bueno, ¿ahora qué? ⏤le pregunté al volver a casa, después de darle la pintura absurdamente cara.
⏤Me voy. Gracias...
Alcé las cejas, no me esperaba eso.
⏤¿Qué?
⏤No lo repetiré.
Asentí y su cuerpo comenzó a ponerse transparente, para luego desaparecer por completo. La pintura siguió en la tierra, y la cogí antes de que cayera al suelo.
⏤Qué día más intenso ⏤susurré y me pasé una mano por el pelo rubio.
__________
Como me odio y sé que no puedo con varias historias a la vez pero no me gusta dejar mis perfiles sin actualizar, ¡aquí otra novela mía! :D