Capítulo 4 Capitulo Cuatro.

ACTUALIDAD.

Ciara Coleman.

Tengo seis meses de embarazo, mis hormonas andan revueltas, tengo mucho trabajo y lo único que quiero hacer es esconderme entre las sábanas sosteniendo un enorme cuenco de helado de chocolate mientras veo una tonta comedia de romance, y sí, así de lamentable es mi crisis emocional ahora.

"Es mucho trabajo para usted señorita Coleman, debería ir a comer, nosotras podríamos ocuparnos"

Después de mi caótico romance, decidí mudarme de ciudad, lejos de Hannah, lejos de Damián, y lejos de todo lo que me vinculara con mi antigua vida. Ahora, vivo en Londres, éste momento de mi vida está lleno de confusión, porque, seré madre, y después que me enteré que Damián hizo pública su relación con una modelo escocesa, decidí no convertirme en la ex malvada que finge un embarazo para atrapar al CEO, no, preferí alejarme de todos, y rehacer mi vida, y la de mi hija, porque, resulta que ahora no solo se trata de mí. Sino también, de una pequeña que viene en camino.

"¿Saben qué?" Respondí mientras me levantaba de la silla giratoria de mi oficina. "Me tomaré la tarde libre, es viernes, sé que cuento con ustedes, pero, éste proyecto es importante para mí, tengan un feliz fin de semana, las veo el lunes, sin falta"

Les sonreí y tomé mis cosas, ser la jefa de mi propia agencia publicitaria se siente una locura, Londres es todo lo que soñé, y al fin tengo la vida que me merezco, bueno, no por completo...mi corazón aún sigue latiendo, por un apuesto hombre de ojos avellana, uno que no es cualquier hombre, es el padre de mi hija.

Mi estómago empezó a rugir, Dios, ¿es en serio? ¡Comí hace dos horas! Subí a mi auto y me dirigí a una cafetería que estaba a dos cuadras, al bajar, ingresé y pedí lo que usualmente suelo pedir, malteada de chocolate.

Mientras revisaba mi teléfono y esperaba mi orden sentada en una de las mesas del fondo, solté varios suspiros. Joder, hoy Bianca ha estado bastante entusiasta, no para de darme patadas, sonreí al sentirla, todo esto de ser madre, es sumamente nuevo y excitante para mí.

Cuando supe que estaba embarazada, experimenté un cúmulo de emociones, me sentía como si todo lo que me estaba pasando era irreal, como si fuese un mal sueño, pero, ahora que puedo sentirla, se siente...hermoso.

Pensé en escribirle muchas veces, llamé y escuché su voz más de una ocasión, pero, cuando vi el rostro de Damián en muchas noticias de Instagram, sosteniendo la mano de una preciosa muchacha esbelta y de cabello lacio, todas mis esperanzas se derrumbaron, y no era como si añoraba volver con él, pero, esa voz dentro de mí quería gritarle que tengo una parte de él creciendo justo en mi vientre, y ahora, no sé si haya tomado la decisión correcta en mantenerlo en secreto.

"Aquí tiene su orden, señorita"

Le sonreí y a la chica y tomé mi malteada, comencé a tomarla, y una ráfaga de nostalgia pareció navegar por todo mi cuerpo, las malteadas con chocolate siempre me recuerdan a él, y ahora que estoy embarazada, todo parece recordarme a él, maldita sea.

"¿Ciara?"

Abrí mis ojos al máximo, esa voz, ¿es su voz? ¡Mierda! Giro mi cuello y lo veo al rostro, ¿no estoy alucinando? ¿No es una broma?

"¿Damián? ¿qué haces aquí?"

Sus ojos se van directamente a mi vientre, uno que, notoriamente no pude esconder, pero, ¿qué mierda hace aquí? ¡El destino me ha jugado una pésima partida!

"¿Estás embarazada?"

Me he quedado muda, todo está pasando demasiado rápido, encontrarme a Damián en una cafetería en Londres, es lo menos que esperaba, pero, al parecer, al destino le encanta hacerme perder la cabeza, han pasado seis meses desde que nuestras vidas tomaron rumbos diferentes, mi panza es enorme, ¿qué se supone que haga? ¿Mentirle?

"Oh, sí, estoy embarazada"

Lo dije tan bajo que sonó como un murmuro, sus ojos buscaron los míos, y desde luego, que le mantuve la mirada, pero, todo dentro de mí temblaba.

"¿Te importa si te pido que vengas y charlemos en privado?" Su pregunta salió tosca, pero, su mirada hacia mí es suave, como siempre solía serlo.

Tragué saliva en seco, asentí, después de todo, él se merece una explicación. Es solo una charla, no es como si fuese un reencuentro.

"Está bien".

            
            

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