La joven heredera y el impostor
img img La joven heredera y el impostor img Capítulo 3 La chica del jardín
3
Capítulo 6 El olor del aceite viejo img
Capítulo 7 El almuerzo en la sombra img
Capítulo 8 Conversaciones en la escalera img
Capítulo 9 Álvaro entra en escena img
Capítulo 10 El pasillo de los retratos img
Capítulo 11 La visita de Julián img
Capítulo 12 El encuentro en el taller img
Capítulo 13 Un primer acercamiento img
Capítulo 14 La cena de Estela img
Capítulo 15 Las reglas no dichas img
Capítulo 16 El brillo de las mentiras img
Capítulo 17 Almas en guerra img
Capítulo 18 Recuerdos img
Capítulo 19 A fuego lento img
Capítulo 20 La verdad oculta img
Capítulo 21 La verdad a medias img
Capítulo 22 El regreso del pasado img
Capítulo 23 El secreto de Renato img
Capítulo 24 Almas divididas img
Capítulo 25 La traición oculta img
Capítulo 26 La sombra del pasado img
Capítulo 27 El precio del poder img
Capítulo 28 Los enemigos dentro img
Capítulo 29 La grieta img
Capítulo 30 De nuevo en el río img
Capítulo 31 El heredero oculto img
Capítulo 32 Confesiones img
Capítulo 33 La caída de Estela img
Capítulo 34 La guerra interna img
Capítulo 35 El juicio del poder img
Capítulo 36 Bajo fuego img
Capítulo 37 Los pecados del padre img
Capítulo 38 Victoria img
Capítulo 39 El nuevo legado img
Capítulo 40 Fuego y raíz img
Capítulo 41 Al borde del abismo img
Capítulo 42 El juego de sombras img
Capítulo 43 La confesión img
Capítulo 44 Los lazos rotos img
Capítulo 45 Cuentos oscuros img
Capítulo 46 La decisión de Victoria img
Capítulo 47 La mentira del corazón img
Capítulo 48 El fin de los días tranquilos img
Capítulo 49 El precio de la verdad img
Capítulo 50 La última confrontación img
Capítulo 51 La ruina de la familia img
Capítulo 52 La traición final img
Capítulo 53 El precio de la redención img
Capítulo 54 Sombras del pasado img
Capítulo 55 La caída de los ídolos img
Capítulo 56 La redención de Victoria img
Capítulo 57 La verdad revelada img
Capítulo 58 El sacrificio final img
Capítulo 59 La caída definitiva img
Capítulo 60 La reconstrucción img
img
  /  1
img

Capítulo 3 La chica del jardín

Elías no sabía si el jardín era realmente grande, o si todo en esa casa tenía la capacidad de parecerlo. Caminaba lento, con las manos en los bolsillos, evitando mirar hacia las ventanas. Aún se sentía un intruso, como si la ropa limpia no bastara para borrar el barro de la noche anterior.

No había nadie a esa hora. La empleada de uniforme gris le había indicado que podía caminar si quería, "mientras no moleste a nadie".

No molestaría a nadie. Él era experto en desaparecer sin moverse.

Se detuvo cerca del muro lateral. Desde allí podía ver parte de la casa: columnas blancas, ventanales altos, un balcón cerrado por enredaderas. Todo demasiado limpio. Todo demasiado lejos.

Giró la cabeza.

Ella estaba ahí.

A pocos metros. Sentada sobre el borde de una fuente apagada. Sola. Como si el jardín entero le perteneciera, pero ella no quisiera reclamarlo.

Vestía de negro, el cabello suelto, sin maquillaje. Tenía una novela abierta sobre las rodillas, pero no leía. Miraba un punto fijo entre los arbustos.

No lo había visto. O lo había visto, pero fingía no hacerlo.

Elías se quedó quieto. Por reflejo. Por instinto. Como si entrar en su campo visual fuera un error. Como si fuera peligroso... o sagrado.

La chica cerró el libro con calma. Alzó la vista.

Los ojos se encontraron.

Un segundo.

Dos.

Ella no dijo nada.

Él tampoco.

Después, como si fuera lo más natural del mundo, se levantó y caminó hacia él.

-¿Tú eres el nuevo?

Elías dudó.

-Supongo.

-¿Qué haces aquí?

-Me dijeron que podía salir.

Ella entrecerró los ojos, sin perder la calma.

-Eso no fue una queja.

El silencio se alargó.

-¿Tienes nombre? -preguntó.

-Elías.

-¿Y apellido?

-No uso apellido.

La respuesta la sorprendió. No por insolente, sino por desnuda.

-Curioso -murmuró, dando un paso más cerca-. Mi padre suele ser reservado, pero no con desconocidos.

Elías no respondió. Bajó la vista, sin inclinar la cabeza.

-Te vi anoche -dijo ella-. Desde arriba. No dormiste.

-¿Y tú sí?

La pregunta salió antes de que pudiera frenarla. Victoria alzó una ceja. No sonrió. Pero tampoco se fue.

-¿Sabes lo que haces aquí?

-No del todo.

-Entonces tenemos algo en común.

Elías parpadeó, desconcertado.

-¿Tú tampoco sabes qué haces aquí?

Victoria le sostuvo la mirada.

-No siempre se escoge el lugar que se habita. A veces uno solo aprende a aguantarlo sin gritar.

Elías no supo qué decir. Esa frase... la había escuchado, o pensado, o sentido antes. Pero en otra lengua. En otro encierro.

Victoria se volvió. Se alejó sin mirar atrás.

Él la observó hasta que desapareció entre los senderos. Como si la sombra que dejaba al irse fuera más real que ella misma.

Fragmento de memoria – No cronológico

Luz de tubo. Silla metálica.

Una niña. Cabello trenzado. Silencio obligado.

Un cuaderno viejo. Una palabra escrita con lápiz.

"Elías".

Alguien la borra con la palma.

-Nadie debe saber tu nombre.

Oficina de Renato – Más tarde

-¿Cómo te has sentido hoy? -pregunta Renato, sin levantar la vista de los papeles.

-Bien -dice Elías.

-¿Ya conociste a alguien de la familia?

-Una chica. No sé si es de la familia.

Renato asiente con un gesto apenas perceptible.

-Victoria. Mi hija. Es difícil no verla.

-No parece querer que la vean.

Renato guarda silencio. Cierra una carpeta con más fuerza de la necesaria.

-Ella es así. No esperes que te hable dos veces.

-No la buscaré.

-Mejor.

Pero el tono de Renato no sonaba a advertencia. Sonaba a advertencia para sí mismo.

Victoria vuelve a su habitación, se encierra. Tira el libro sobre el escritorio, sin cuidado. Se detiene frente al espejo.

-No usa apellido -dice en voz baja, como repitiendo algo que no encaja.

Abre el cajón de su escritorio. Saca una fotografía en blanco y negro. Dos hombres en una fábrica antigua. Uno lleva un overol. El otro, un niño al lado. El rostro del niño está marcado con una cruz hecha a lápiz.

Victoria lo observa, pero no con miedo. Con duda.

Como si algo empezara a descongelarse.

            
            

COPYRIGHT(©) 2022