La Traición Que Despertó Mi Rabia
img img La Traición Que Despertó Mi Rabia img Capítulo 6 No.6
6
Capítulo 8 No.8 img
Capítulo 9 No.9 img
Capítulo 10 No.10 img
Capítulo 11 No.11 img
Capítulo 12 No.12 img
Capítulo 13 No.13 img
Capítulo 14 No.14 img
Capítulo 15 No.15 img
Capítulo 16 No.16 img
Capítulo 17 No.17 img
Capítulo 18 No.18 img
Capítulo 19 No.19 img
Capítulo 20 No.20 img
Capítulo 21 No.21 img
Capítulo 22 No.22 img
Capítulo 23 No.23 img
Capítulo 24 No.24 img
Capítulo 25 No.25 img
Capítulo 26 No.26 img
Capítulo 27 No.27 img
Capítulo 28 No.28 img
Capítulo 29 No.29 img
Capítulo 30 No.30 img
Capítulo 31 No.31 img
Capítulo 32 No.32 img
Capítulo 33 No.33 img
Capítulo 34 No.34 img
Capítulo 35 No.35 img
Capítulo 36 No.36 img
Capítulo 37 No.37 img
Capítulo 38 No.38 img
Capítulo 39 No.39 img
Capítulo 40 No.40 img
Capítulo 41 No.41 img
Capítulo 42 No.42 img
Capítulo 43 No.43 img
Capítulo 44 No.44 img
Capítulo 45 No.45 img
img
  /  1
img

Capítulo 6 No.6

Las instrucciones de Elizabeth fueron claras: no te enfrentes a él. Todavía no. Déjame reunir más información. Necesitamos una ventaja, Liv.

Pero la visión de ellos, la crueldad casual, la complicidad de nuestros amigos, era demasiado.

Tenía que salir de allí.

Mientras intentaba escabullirme sin ser vista, dirigiéndome esta vez hacia la salida principal, Serena me vio.

Sus ojos, momentos antes suaves y adoradores para Michael, ahora brillaban con malicia.

Se excusó ante Michael, entregó el bebé a una mujer que reconocí vagamente como su amiga y me interceptó cerca del guardarropa.

-Olivia -dijo, su voz goteando falsa simpatía-. Siento muchísimo que tuvieras que enterarte de esta manera.

Su mano, adornada con una delicada pulsera de diamantes que nunca había visto antes, buscó mi brazo.

Me aparté de un respingo. -No me toques.

Su sonrisa no vaciló. -Oh, Olivia. Qué hostil. Michael me advirtió que podrías ponerte así. Las hormonas del embarazo, ya sabes.

-No te atrevas a hablar de mi embarazo -siseé, mi voz baja y temblorosa.

-¿Por qué no? -Serena inclinó la cabeza, su expresión empalagosamente dulce-. Prácticamente somos hermanas en la maternidad ahora. Aunque, por supuesto, mi pequeño Mikey ya está aquí. Un niño tan hermoso. Michael está muy orgulloso.

Cada palabra era una burla deliberada.

-Michael cometió un error -dije, tratando de mantener la voz firme-. Un terrible error.

Serena se rio, un sonido ligero y etéreo que me crispó los nervios.

-¿Un error? Oh, cariño. Esto no fue un error. Fue una elección. Su elección. Me eligió a mí. Eligió a nuestro hijo.

-Está casado conmigo -dije, las palabras sonando huecas incluso mientras las pronunciaba-. Vamos a tener un bebé.

-¿De verdad? -los ojos de Serena se entrecerraron-. Me dijo que estabas teniendo algunas... complicaciones. Que los médicos no estaban seguros.

Un escalofrío me recorrió. ¿Había discutido mi embarazo, mi cuerpo, con esta mujer?

-Me quiere -insistí, más para convencerme a mí misma que a ella.

-¿Te quiere? -Serena se acercó más, su voz bajando a un susurro conspirador-. ¿O quiere la idea de ti? ¿Las conexiones que tu madre proporciona? ¿La vida cómoda? Piénsalo, Olivia. Está conmigo. Tiene un hijo conmigo. ¿Qué te dice eso?

El dolor fue un golpe físico que me robó el aliento.

Mi mano voló a mi estómago, una ola de náuseas y mareos me invadió.

-Deberías irte -logré decir, apoyándome en la pared para sostenerme.

-Oh, no me voy a ninguna parte -dijo Serena, su sonrisa ensanchándose-. Esta es mi fiesta, después de todo. Y pronto, esta será mi vida. Toda ella.

La burla, la crueldad, era insoportable.

Sentí un calambre agudo, un eco aterrador de las advertencias del médico sobre el estrés.

La desesperación amenazó con tragarme por completo.

            
            

COPYRIGHT(©) 2022