-Sí, compromiso, bebé, todo el paquete. Eso la mandará a la porra -dijo Jax, tratando de sonar seguro para el beneficio de Chloe, que ahora lo miraba con una ceja arqueada.
Chloe solo sonrió, una curva fría y calculadora en sus labios.
-Es buena publicidad, cariño. El roquero encuentra el amor verdadero. Sienta la cabeza. A las discográficas les encanta eso.
Ben me encontró unas horas más tarde, después de su presentación.
Estaba acurrucada en mi habitación de la residencia, con la cara surcada de lágrimas y temblando, a pesar de la calefacción a tope.
-Sav -empezó, con voz vacilante-. Jax me dijo que estuviste en el bar.
No lo miré.
-Es un imbécil, Sav. Lo que dijo, lo que está planeando... es una mierda.
-No lo detuviste -susurré, con la voz rota.
-Intenté hablar con él antes, cuando mencionó por primera vez esta idea de «asustar a Savvy» con Chloe. Pero no quiso escuchar.
Se pasó una mano por su ya desordenado pelo.
-Está completamente embelesado por Chloe. Ella quiere entrar en la industria, y mucho. Y Jax... Jax piensa que ella es su billete de entrada, y quizá algo más.
Recordé a Jax en el reservado, sus ojos en Chloe, una mirada que nunca le había visto dedicar a nadie.
Una mirada que siempre había soñado que me dedicaría a mí.
-Está de verdad con ella, ¿verdad? -pregunté, necesitando oírlo, hacerlo real.
Ben asintió lentamente.
-Sí, Sav. Lo está. Desde hace un tiempo, y es bastante serio.
Las palabras fueron como otro puñetazo en el estómago.
Intentó decir algo más, algo sobre que Jax era un idiota, sobre cómo yo merecía algo mejor.
Pero entonces Chloe llamó al teléfono de Jax, su voz audible incluso desde el otro lado de la habitación donde Ben lo había dejado.
Jax, que aparentemente había venido con Ben pero se había quedado fuera de mi puerta, contestó al instante.
-Hola, nena. Sí, la presentación fue genial... Sí, solo estoy comprobando una cosa... No, no, ya casi termino.
Su voz, tan diferente de la que usaba conmigo, incluso cuando era amable.
Asomó la cabeza.
-¿Estás bien, Savvy? -Sin mirarme realmente, su atención ya a medio camino de vuelta a Chloe.
Solo lo miré fijamente.
-Vale. Bueno. Ben, Chloe quiere ir a celebrar. ¿Vienes?
Se fue antes de que Ben pudiera siquiera responder.
Ben suspiró.
-¿Ves? Está obsesionado. Intenté decirle que no eras una fan psicópata, que de verdad te importaba. Pero sus colegas, Mark y Lee, solo le dan cuerda. «Solo es una cría, Jax. Chloe es una mujer».
Estaba claro. Yo era un inconveniente. Un cabo suelto.
Al día siguiente, fui a la oficina de estudiantes internacionales.
Mis manos estaban firmes mientras rellenaba la solicitud para el programa de estudios en el extranjero en Florencia.
La beca que me habían ofrecido a principios de año, la que casi había descartado porque significaba estar aún más lejos de Jax.
Ahora, se sentía como una escotilla de escape.
Florencia. Una nueva ciudad, una nueva vida.
Lo más lejos de Austin y de Jax Harding que pudiera llegar.
Pocos días después fue el vigésimo quinto cumpleaños de Ben.
Una fiesta en el lujoso loft de un amigo en el SoHo.
No quería ir. La idea de ver a Jax, de verlos a ellos, me revolvía el estómago.
Pero Ben suplicó.
-Por favor, Sav. Es mi cumpleaños. Solo por un ratito.
Así que fui, intentando poner una cara valiente, mis vaqueros artísticamente rotos y mi camiseta de la banda sintiéndose como un disfraz.
El loft estaba abarrotado, ruidoso, lleno de gente que se esforzaba demasiado.
Y entonces los vi.
Jax, con Chloe Davenport colgada de su brazo.
Era hermosa, de una manera afilada y brillante. Pelo perfecto, ropa perfecta, una sonrisa que no llegaba del todo a sus ojos.
Se dirigieron directamente hacia mí. Se me retorció el estómago.
-¡Savvy! -dijo Jax, con demasiada alegría-. Qué bien que pudiste venir. Hay alguien a quien quiero presentarte.
Señaló a Chloe.
-Esta es Chloe Davenport. Mi prometida.
Prometida. La palabra me golpeó más fuerte de lo que esperaba, aunque sabía que era parte del guion.
Chloe extendió una mano perfectamente cuidada. Su agarre era firme, frío.
-Jax me ha contado todo sobre ti, cielo -dijo, su voz goteando condescendencia.
-Es adorable que tuvieras un pequeño enamoramiento, pero ahora es un hombre hecho y derecho. Incluso estamos pensando en formar una familia pronto.
Se palmeó el vientre plano de forma significativa.
-Ya encontrarás a alguien de tu edad, estoy segura.