Capítulo 9 Capítulo 9

El suelo estaba lleno de colillas de cigarrillos, cuando el estuche estuvo vacío, James Lu respiró hondo y ni bien salió del rincón de las escaleras, vio a Elizabeth Liang sentada en uno de los bancos del pasillo con la frente vendada intentando abrigarse con sus brazos envueltos alrededor de ella. La gente entraba y salía, pero ella seguía estando sentada en silencio como una niña abandonada.

Él se acercó y se paró frente a ella preguntándole: "¿Estás mejor?"

Elizabeth miró hacia arriba y al ver que era él respondió: "Sí".

"¿A dónde vas? ¿Debería llevarte?", cuestionó James.

Ella negó con la cabeza, una vez tuvo a la familia de su tío como suya, pero ahora no tenía a nadie ni siquiera un lugar donde vivir.

Elizabeth no dijo nada en el camino del por qué estaba parada afuera de su casa con su equipaje y James solo asumió que las marcas en su cuerpo habían enojado a su familia. Ella no habló y él no hizo más preguntas ni se preocupó.

"Entonces, señorita Liang, tenga cuidado", dijo James.

"Sr. Lu ...", habló Elizabeth al ver que se dio la vuelta para irse, agarrando una esquina de su traje.

James se detuvo para mirarla y decir: "¿Sí, Señorita Liang?"

"¿Está ... dispuesto a ...", intentó Elizabeth terminar la oración mientras lo miraba a los ojos, así que tragó la saliva con fuerza y preguntó: "¿Casarse conmigo?"

El hermoso rostro de James parecía irritado cuando escuchó esa pregunta y con impaciencia respondió: "Creo que lo dejé muy claro esta mañana. No puedo darte nada más que dinero".

¿Casarse con él? ¿Ella perdió la cabeza?

"Escuché ... su llamada telefónica ...", Elizabeth no sabía lo que había dicho la otra persona, pero definitivamente entendió cada palabra de él. "Estoy muy segura de que necesitas a alguien con quien casarte ahora mismo, tanto para satisfacer a tus padres como para salvar tu orgullo".

Al escuchar sus palabras, los ojos de James se volvieron terriblemente feroces y un torbellino se estaba creando en su interior, pero no había ninguna emoción en su rostro.

Como si las cosas no fueran lo suficientemente malas, Elizabeth tenía que ser testigo de su vergüenza. James ya no pudo ocultar su ira, levantó su gran mano y agarró la delicada barbilla de Elizabeth para decirle: "¿Así que me estás amenazando?"

Sujetó su barbilla con gran fuerza, pero ella no se quejó del dolor y solo frunció el ceño.

"Me casaré contigo y tú me ayudarás a recuperar la compañía y la casa de mi familia. ¿Qué te parece?", comentó Elizabeth analizando la situación en la que se encontraba no podía desaprovechar esta gran oportunidad y lo que más necesitaba era un lugar donde vivir, solo pensaba en recuperar lo que le pertenecía.

Durante todos estos años, confió plenamente en la familia de su tío y nunca preguntó por los asuntos de la empresa, se dedicó a estudiar y no conocía a nadie con un estatus de poder. No conocía a James hasta el día de hoy, pero por su vestimenta, modales y su auto pudo comprobar que su estatus era más que de un mediocre. Si fuera otra la situación ella nunca se casaría con él, pero si no se casaba ahora, ni siquiera tendría un lugar donde vivir. Entonces, ¿cómo podría recuperar la mansión Liang y su compañía?

"¿Por qué crees que estaría de acuerdo con eso?", preguntó James.

No podía hablar bien con la barbilla apretada, así que le dijo: "¿Puedes soltarme primero?"

James miró su cara que se volvía pálida por el dolor y finalmente la soltó. Ella se frotó la barbilla dolorida, se puso de pie y dijo: "Sr. Lu ... para ser honesta, aparte de mí no sé qué más ofrecerte para negociar con usted. Pero si está buscando una prometida lo más rápido posible, creo que soy la más indicada".

Él y ella no eran parientes ni amigos, no tenía ninguna razón para ayudarla aparte de convertirse en su esposa.

La rabia en sus ojos de James se desvaneció un poco, mientras la miraba con una media sonrisa dijo: "¿Entonces?"

Al ver que él no se negaba, ella habló con más audacia: "Anoche ... eh ... sabes que fue mi primera vez ... no hay muchas chicas buenas como yo hoy en día".

"¡Ja!", dijo James en un tono divertido mientras la miraba con atrevimiento y le dijo: "¿Las chicas buenas piden a hombres extraños que se casen con ellas de esta manera?"

La expresión de Elizabeth cambió y apretó los puños para luego responder: "No tengo otra opción."

James miró a la mujer que tenía frente a él, con el rostro ligeramente enrojecido por la vergüenza mientras que sus grandes ojos lo miraron con desesperación y ansiedad.

Recordar la llamada telefónica hizo que el corazón de James se retorciera de dolor. Tantos años de persistencia y paciencia fueron en vano. ¿Qué sentido tenía seguir esperando? Y sus padres esperaban buenas noticias de él. Si no podía casarse con la persona que amaba, ¿cuál sería la diferencia si se casaba con otra?

La mujer frente a él era pura e inexperta, además le había entregado su virginidad, no había nada de malo en casarse con ella.

"Puedo casarme contigo y tú puedes disfrutar de todo lo que conlleva ser la Sra. Lu ...", mencionó él y luego hizo una pausa frunciendo el ceño para decir: "Pero no puedo amarte".

Si Theodore Chao podía terminar una relación de diez años como si nada y olvidarse por completo de ella. ¿Qué ganaría con enamorarse?

"Sr. Lu necesita una persona con quien casarse y yo recuperar lo que es mío. Estaremos bien si tomamos lo que necesitamos", mencionó Elizabeth.