Su esposa no deseada y verdadero amor
img img Su esposa no deseada y verdadero amor img Capítulo 6
6
Capítulo 9 img
Capítulo 10 img
Capítulo 11 img
Capítulo 12 img
Capítulo 13 img
Capítulo 14 img
Capítulo 15 img
Capítulo 16 img
Capítulo 17 img
Capítulo 18 img
Capítulo 19 img
Capítulo 20 img
Capítulo 21 img
Capítulo 22 img
Capítulo 23 img
Capítulo 24 img
img
  /  1
img

Capítulo 6

Antone pasó los siguientes dos días interpretando el papel del novio perfecto. Se sentó junto a la cama de Dallas en el hospital, le dio de comer caldo de sopa con una cuchara y le trajo regalos: un libro nuevo, una bufanda de seda, y otras cosas que pensó que le gustarían.

Dallas aceptó todo con una sonrisa, pero sus cuidados le parecían una actuación de un extraño. Lo observaba distante, como si estuviera viendo una obra de teatro. Cada movimiento suyo era calculado, cada palabra suya era un guion que se había memorizado. El verdadero Antone era el que había escuchado en el pasillo. Este hombre no era más que un fantasma.

Al tercer día, le dieron de alta. Alegando que ella necesitaba aire fresco, Antone insistió en llevarla a un lujoso centro comercial.

Y ahí, en el resplandeciente atrio, se encontraron con ellos.

Desmond y Chelsea.

El rostro de Desmond se volvió severo en cuanto la vio con Antone. Su mandíbula se puso tensa.

"Dallas, ¿ya olvidaste lo que me prometiste?", siseó.

Chelsea estaba incómoda a su lado, mirándolos a los tres nerviosamente.

Como todo un actor, Antone colocó un brazo sobre los hombros de Dallas. "Relájate, hermano", respondió con un tono juguetón que no se reflejaba en su mirada. "Solo estamos tomando aire. No querrás molestar a tu hermosa prometida, ¿verdad?". Le dio un guiño a Chelsea.

Dallas solo bajó la mirada. "Estábamos... eligiendo un regalo de bodas para ustedes", susurró. La mentira le sabía amarga en la boca.

Era una buena excusa, una adecuada explicación de por qué estaban juntos.

Pero la expresión de Desmond no se suavizó. "De acuerdo", respondió con voz cortante. "Pueden comprar con nosotros".

No era una sugerencia, era una orden. Quería vigilarlos y controlar la situación.

Dallas notó una breve sonrisa de triunfo en el rostro de Antone. Había conseguido lo que quería: más tiempo con Chelsea, bajo la apariencia de ser un cuarteto feliz. Y Dallas era su boleto de entrada.

Ella los siguió sin emoción, una cuarta rueda silenciosa en esa retorcida dinámica. Fueron juntos a una joyería, donde Chelsea se probó collares de diamantes. Luego, fueron a una boutique de novias.

Chelsea salió del probador en una nube de seda y encaje blancos. Se veía impresionante.

"¿Qué te parece, Des?", preguntó mientras giraba alegremente.

"Está bien", respondió él. Sus ojos se desviaron distraídamente hacia Dallas.

Pero Antone estaba mirando cautivado a Chelsea. Su máscara se resbaló por un momento. Sus ojos destilaban pura adoración, sin poder ocultarlo. Era la mirada de un devoto ante una diosa.

"Antone, ¿puedes tomarme una foto?", preguntó Chelsea, entregándole su celular.

Al agarrarlo, los dedos de él rozaron los de ella. Luego, anguló el celular y tomó foto tras foto, pero solo fotografiaba a Chelsea. Parado a su lado, Desmond quedaba completamente fuera del encuadre. Dallas lo vio enviar discretamente las fotos a su propio celular antes de devolverle el dispositivo a Chelsea. Estaba coleccionando reliquias de ella.

Dallas estaba observando la escena desde un sofá de terciopelo. Un terrible peso se asentó en su pecho. Era una intrusa en todo esto. Su pasado con Desmond no había sido más que una mentira, su presente con Antone era una mentira mucho más grande, y su futuro... era con un desconocido discapacitado en Seattle. No tenía nada.

Con un profundo suspiro, se levantó y caminó hacia el baño. Necesitaba un momento de tranquilidad.

Al regresar, Desmond ya se había ido, pues lo habían llamado por una emergencia laboral. Ahora Chelsea estaba probándose trajes con Antone.

"Esto es para ti", dijo ella, sosteniendo un elegante traje gris. "Es para agradecerte por toda tu ayuda y por ser tan buen amigo".

El rostro de Antone se iluminó con genuino deleite. Agarró el traje y fue rápido a probárselo.

Se veía impresionante cuando salió. Chelsea esbozó una amplia sonrisa. "¡Ahora solo necesitamos que Dallas se pruebe un vestido para ver cómo se ven juntos!", exclamó con el inocente entusiasmo de una casamentera.

            
            

COPYRIGHT(©) 2022