Mi archienemigo de repente está obsesionado conmigo
img img Mi archienemigo de repente está obsesionado conmigo img Capítulo 6 Que se cancele la boda
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Capítulo 8 : La señorita Stewart lo recibirá ahora img
Capítulo 9 Sabes cómo encontrarme img
Capítulo 10 Joshua sigue dormido img
Capítulo 11 Cuentas pendientes img
Capítulo 12 No estoy para otra pelea img
Capítulo 13 ¡No caigas en sus trampas! img
Capítulo 14 : Solo te quiero a ti img
Capítulo 15 Saldar las cuentas img
Capítulo 16 : Nunca te decepcionaría img
Capítulo 17 Tan devota de él img
Capítulo 18 : Una función inolvidable img
Capítulo 19 ¿Por qué elegirme img
Capítulo 20 ¡Todo fue tu culpa! img
Capítulo 21 : El Maserati púrpura img
Capítulo 22 : Una bofetada, un contrato img
Capítulo 23 : Sí, tiene cierta influencia img
Capítulo 24 Aléjate de él img
Capítulo 25 Desesperada por casarse img
Capítulo 26 : Aiden está aquí como nuestro invitado especial img
Capítulo 27 : Un hombre de temer img
Capítulo 28 Eres increíble, Aiden img
Capítulo 29 : No me haga esperar su respuesta img
Capítulo 30 : ¿Por qué me das las gracias img
Capítulo 31 : No me alejes img
Capítulo 32 : Hueles muy bien img
Capítulo 33 : ¿Algún problema con este lugar img
Capítulo 34 : El precio de una disculpa img
Capítulo 35 : Una entrada inolvidable img
Capítulo 36 : Estamos contigo en esto img
Capítulo 37 No sabes cuánto te lo agradezco img
Capítulo 38 : No aspiro a ser la segunda img
Capítulo 39 Juego de apariencias img
Capítulo 40 La apuesta img
Capítulo 41 Llamas en la noche img
Capítulo 42 Bajo sus reglas img
Capítulo 43 Solo temo que te enamores de ella img
Capítulo 44 : Daniela no se atreverá a armar un escándalo img
Capítulo 45 : Una boda de escándalo img
Capítulo 46 Cenizas de una boda img
Capítulo 47 : El precio de pertenecer img
Capítulo 48 El centro de la diana img
Capítulo 49 : Jamás le oí decir tu nombre img
Capítulo 50 : ¿De verdad Aiden es tan importante para ti img
Capítulo 51 : ¿Es tu novia o algo así img
Capítulo 52 : No permitiré que se salga con la suya img
Capítulo 53 Ajuste de cuentas img
Capítulo 54 : Hazme un favor img
Capítulo 55 : El espejo de la infelicidad img
Capítulo 56 : Juegos de poder img
Capítulo 57 ¡Aiden la tiene viviendo como una reina! img
Capítulo 58 : Tengo algo especial para ti img
Capítulo 59 : Tendrás que devolverlo img
Capítulo 60 : ¿Crees que no puedo con la cocina img
Capítulo 61 : ¿Perdidamente enamorada de mí img
Capítulo 62 : ¿Ahora me estás siguiendo img
Capítulo 63 : Quiero liberarlo img
Capítulo 64 ¿Ni siquiera sabes quién soy img
Capítulo 65 : El susurro de su nombre img
Capítulo 66 : Un beso robado img
Capítulo 67 : ¿Por qué está esa mujer aquí img
Capítulo 68 : Un encuentro inevitable img
Capítulo 69 : Borracho, no muerto img
Capítulo 70 : ¿Por qué tanto drama img
Capítulo 71 : Tú lo pediste img
Capítulo 72 : No quisiera abusar de su hospitalidad img
Capítulo 73 : Algo imperdonable img
Capítulo 74 : Apenas nos estamos conociendo img
Capítulo 75 : ¿Crees que te ha tratado bien img
Capítulo 76 El veneno silencioso img
Capítulo 77 : Yo brindaré por ella img
Capítulo 78 He lidiado con mi parte de brindis antes img
Capítulo 79 ¿Qué pasa con Joshua ahora img
Capítulo 80 : ¿Por qué no vendemos esa tiara img
Capítulo 81 : Una propuesta y una amenaza img
Capítulo 82 : Tu suerte no es para siempre img
Capítulo 83 : Pagarás por esto img
Capítulo 84 : Sé perfectamente lo que hago img
Capítulo 85 : Entonces, ¿la villana soy yo img
Capítulo 86 : La gran farsa img
Capítulo 87 : Tres meses de vida img
Capítulo 88 : ¿No te alegras por mí y por Aiden img
Capítulo 89 : No sabes nada de mí img
Capítulo 90 : Nunca cambias, Joshua img
Capítulo 91 Interrumpes mi almuerzo img
Capítulo 92 : ¿No te envié un vestido img
Capítulo 93 : Es todo lo que una madre podría desear img
Capítulo 94 Di algo img
Capítulo 95 La misma pieza img
Capítulo 96 : Esperaré sus buenas noticias img
Capítulo 97 : Él no es esa clase de hombre img
Capítulo 98 : Una sola condición img
Capítulo 99 : Fui yo img
Capítulo 100 ¡Por tu felicidad, Daniela! img
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Capítulo 6 Que se cancele la boda

El restaurante bullía de actividad: todas las mesas estaban ocupadas y el personal iba y venía sin dar abasto. Su marca de prestigio y un menú selecto atraían a una clientela de élite: gente adinerada, de estatus elevado, o ambas cosas.

En cuanto Daniela entró, Daisy se abalanzó sobre ella y le arrojó al pecho un delantal y un uniforme que, a todas luces, no era de su talla. "¡Ya era hora de que llegaras!", exclamó. "¿No ves que estamos hasta el cuello? ¡Ve a lavar esos malditos platos ahora mismo!".

Daisy apenas había terminado la universidad y, tras fracasar en cada intento por conseguir trabajo, ocupaba el puesto de gerente solo porque los padres de Joshua se lo habían dado.

Cada vez que Daniela tenía un día libre, la obligaban a venir para asignarle las peores tareas: siempre el trabajo más sucio e ingrato.

Con serenidad, Daniela dejó que el delantal y el uniforme se deslizaran de sus manos hasta caer sobre un mostrador. "Si están tan desbordados de trabajo, contraten más personal", dijo. "No me digas que este lugar gana tanto dinero y no puede permitirse un lavaplatos".

Daisy enmudeció, desconcertada por el tono sereno y afilado de Daniela.

Algo en los ojos de Daniela, una autoridad pura y gélida, hizo que Daisy titubeara y tropezara con sus propias palabras.

"¡Yo... yo te estoy haciendo un favor! Esta es tu oportunidad de demostrar tu valor ante mis padres. Si mi hermano te deja, ¡ya veremos quién va a estar desesperada!".

Una risa amarga casi se le escapó a Daniela.

¿Acaso interpretaban todos esos años de ayuda, de sacrificar su tiempo sin una sola queja, como si estuviera mendigando sus sobras?

Sostuvo la mirada de Daisy con una propia, fría y cortante como una navaja. Daisy se encogió al instante, hundiendo los hombros.

La voz de Daniela sonó gélida, atravesando el bullicio del restaurante. "Este lugar funciona gracias a mi dinero y a mi marketing. Si la gratitud más básica es mucho pedir, lo mínimo que podrían hacer es dejar de tratarme como si fuera su maldita sirvienta. No confundas generosidad con debilidad, Daisy".

Se deslizó hasta la mesa principal junto a la ventana, se acomodó y abrió el menú con un chasquido seco.

Daisy permaneció clavada en su sitio, mientras su expresión se ensombrecía.

Sin siquiera mirarla, Daniela habló con una voz que partió la tensión. "¿Qué pasa? ¿Te vas a quedar ahí parada o piensas atender a tu cliente hoy?".

Daisy se acercó furiosa, con la mandíbula apretada, y sus palabras destilaron sarcasmo. "¿Acaso sabes lo más básico sobre cocina gourmet? Estos platillos son exclusivos, creaciones de nuestro chef, el tipo de comida que jamás verías en tu triste y patética existencia. ¿Alguna vez has probado el foie gras? ¿O el caviar?".

Daniela no se molestó en discutir. Ignoró los aperitivos sobrevalorados, eligió un puñado de platos insignia y dio su orden con una naturalidad impecable.

Daisy soltó un bufido incrédulo. "Como si pudieras pagarlo. Si no fuera porque estás a punto de casarte con mi hermano, ¡jamás en tu vida tendrías la oportunidad de probar algo así!".

Sin inmutarse, Daniela levantó con calma su vaso y le arrojó el agua directamente a la cara.

Un chillido agudo brotó de Daisy, atrayendo de inmediato las miradas sorprendidas de cada mesa del restaurante.

Daniela se reclinó en su silla, con la voz mesurada, casi aburrida. "Considerando cómo te comportas, Daisy, un vaso de agua fue lo mínimo que te merecías. Cualquier otra persona habría ido mucho más lejos".

Le ofreció una sonrisa educada y escalofriante. "Por si lo has olvidado, yo fui quien invirtió en este lugar. Soy socia fundadora; técnicamente, soy tu jefa. Si no puedes comportarte como parte del personal, tal vez no deberías estar aquí".

Daisy, hirviendo de rabia, sacó su teléfono y marcó el número de Joshua con dedos temblorosos. Le habló con una voz que rayaba en la histeria en cuanto él contestó.

Minutos después, Joshua irrumpió en el restaurante, con el cabello revuelto, la camisa a medio abotonar y una tormenta gestándose en sus ojos. Apenas lucía presentable, con los botones mal alineados y el cuello torcido.

Daisy se lanzó hacia él y se aferró a su brazo como si fuera un salvavidas, con las lágrimas corriéndole por las mejillas. "¡Josh, me tiró agua encima y me humilló frente a todos! ¡Tienes que poner a esa perra en su lugar, ahora mismo!".

La mirada fulminante de Joshua se clavó en Daniela mientras gritaba: "¡Daniela!".

Daniela no se inmutó. Le dirigió una mirada indiferente, notando fugazmente las ligeras marcas rojas que comenzaban a aparecer en el cuello de él, pero su expresión no cambió.

Guardó silencio. Con una calma mesurada, se puso de pie y le dio a Daisy una bofetada sonora y contundente en la mejilla.

Joshua se quedó boquiabierto, completamente atónito. -¿Qué demonios crees que estás haciendo? -gritó él.

Sus gritos hicieron que sus padres salieran de la cocina y se apresuraran hacia la escena.

Amari Clark, la madre de Joshua, adoptó de inmediato su papel favorito: el de una mujer de preocupación suave y afectada. "Daniela, ¿cómo pudiste golpear así a Daisy? Ella todavía es joven. ¿No puedes perdonárselo por esta vez?".

Kevin Clark, el padre de Joshua, intervino con una voz rígida y acusadora. "Siempre pensamos que eras fácil de tratar. Parece que nos equivocamos. Si actúas así ahora, ¿qué harás después de la boda? ¿Destruir la casa entera?".

La mandíbula de Joshua se tensó y su expresión se ensombreció mientras se giraba para regañar a Daniela.

Ella se acomodó tranquilamente en su silla, con una sonrisa confiada y radiante curvando sus labios. "Si ese es el caso, que se cancele la boda. No es gran cosa".

El restaurante quedó en un silencio absoluto.

Joshua se quedó rígido, con un destello de sorpresa en los ojos, y su familia parecía paralizada.

Sosteniéndole la mirada sin pestañear, Daniela habló con una claridad cortante. "¿No oíste a tu hermana? Acaba de llamarme perra. Si tu familia no me muestra el respeto que merezco, ¿por qué debería yo ser amable con ellos?".

La expresión de Joshua se endureció aún más, con la mirada ensombrecida.

Como aún no habían firmado el trato con el Hospital Serene, no podía arriesgarse a presionarla más.

Apretó la mandíbula y finalmente soltó: "Tienes razón. Daisy se pasó de la raya".

Sin decir más, agarró a Daisy por la muñeca y le lanzó una mirada de advertencia. "Discúlpate. Ahora".

Por un momento, Daisy intentó mantenerse firme. Pero bajo el peso de la mirada de su hermano, su valentía se derrumbó. Con los hombros caídos, murmuró: "Lo siento".

Incluso Kevin y Amari se quedaron sin palabras.

Siempre habían pisoteado a Daniela sin consecuencias, pero esta vez fue diferente.

Hoy, ella no cedió. Los enfrentó con una tranquila rebeldía, como si hubiera mudado su antigua piel para convertirse en alguien completamente nuevo.

            
            

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