Capítulo 4 Tu hermana te está buscando

¿Shane?

Sin pensárselo dos veces, Cheryl entró rápidamente en la habitación, cerró la puerta de un portazo y echó el seguro.

Shane estaba allí, tranquilo, con la mirada fija en ella, sin prisa.

La habitación estaba oscura, iluminada solo por una lámpara, lo que hacía que el ambiente se sintiera pesado y tenso.

La joven tragó saliva con dificultad. "Señor Warren..".

"¿Señor Warren?", repitió él con voz tranquila pero con un matiz agudo. Arrastró las palabras, lo justo para incomodarla.

Justo cuando ella abrió la boca para explicarse, él la interrumpió: "Ese no es el nombre con el que me llamabas en la cama".

La aludida cerró la boca de golpe.

Se acercó más, su voz bajando a algo más suave, más peligroso. "¿Por qué estás vestida así? ¿Intentas seducirme?", susurró.

La brusquedad en su voz la dejó desconcertada.

Cheryl se movió incómoda. Esto había sido una pésima idea.

"Rodger me dijo que me lo pusiera", murmuró.

El hombre extendió la mano y jugueteó despreocupadamente con el delicado tirante del hombro. Su roce fue ligero, pero su tono se mantuvo frío. "¿Rodger también te dijo que te metieras en mi cama?".

Cheryl entró en pánico y asintió, pero cuando su agarre se tensó de repente, negó rápidamente con la cabeza. "No, fui yo. Lo hice por mi cuenta".

Afuera, en el pasillo, Rodger había alcanzado a Zoey. Su fuerte discusión se oía a través de la puerta.

"Por favor, Rodger", espetó Zoey. "¿Crees que lanzando a Cheryl a Shane voy a elegirte? ¡Noticia de última hora! A Shane no le interesa, ¡y nunca lo hará!".

Su voz se quebró de rabia. "Nuestro compromiso ya está arreglado. Será mejor que tú y esa ayudantita tuya lo entiendan".

El tono de Rodger era firme, como si hubiera ensayado esto. "No sé quién te dijo eso, Zoey. Yo no empujé a Cheryl hacia Shane. Esta fiesta era para él y Cheryl estaba libre esta noche. Necesitaba compañía, así que la invité. Eso es todo".

Luego añadió: "En cuanto a lo que Cheryl esté pensando, sinceramente, no lo sé".

Dentro de la habitación, a pesar del momento cargado anterior, Cheryl se sintió completamente desanimada.

Estaba asqueada por la facilidad con la que Rodger la había dejado de lado, como si no significara nada.

Mientras tanto, afuera, Zoey dejó de lado su habitual actitud educada y empezó a gritar insultos, lanzando uno tras otro.

El rostro de Cheryl se enfriaba con cada palabra que oía.

De repente, sintió un fuerte agarre en su cintura. Sus manos estaban calientes, y su piel, aún desnuda en la espalda, se estremeció ante el contacto.

La empujó contra la puerta, suave pero firmemente. Lentamente, unas marcas rojizas aparecían en su piel, justo donde sus dedos apretaban con fuerza.

El calor de su contacto recorrió su cuerpo en una oleada, aguda e intensa, directa a su núcleo.

"¡Ah!", jadeó Cheryl en voz baja. Su espalda se arqueó sin querer.

"¿Quién anda ahí?", gritó la voz de Zoey desde el otro lado de la puerta, llena de sospecha. Luego, se oyó un fuerte golpe en la puerta. "Cheryl, ¿eres tú?".

Shane se inclinó hacia ella, sus labios rozando su oreja mientras le susurraba: "Tu hermana te busca".

Su tono era suave, casi amable, pero le provocó un escalofrío aún más profundo.

Los golpes se hicieron más fuertes, enviando pequeñas vibraciones a través de la puerta y hacia la piel de Cheryl.

Shane no se apartó. Sus labios se deslizaron lentamente desde la oreja hasta su hombro desnudo, besándola suavemente.

Cheryl se estremeció. Sus ojos empezaron a picar, y el pequeño lunar rojo junto a su ojo destacaba aún más.

Afuera, Zoey perdió por completo los estribos.

"¡Cheryl! ¡Shane es mío! ¿Cómo puedes ser tan descarada? ¡Eres igual que tu madre! ¡Abre esta puerta!".

La mirada de Cheryl se volvió fría. De repente, se giró, agarró la camisa de Shane y se alzó para besarlo.

Sus besos no eran ni suaves ni practicados. Eran bruscos, desordenados y llenos de energía nerviosa. Mordía y pellizcaba sin ritmo.

Shane finalmente perdió la paciencia. La agarró por la barbilla y tomó el control, profundizando el beso en un rápido movimiento.

Se besaron durante un largo rato. Cheryl apenas podía respirar cuando él finalmente se apartó.

Antes de que pudiera recuperar el aliento, Shane la levantó con facilidad con un brazo y la llevó a un rincón más oscuro de la habitación. Luego, caminó hacia la puerta y la abrió.

Zoey estaba justo allí, gritando. Pero en cuanto vio de cerca los afilados rasgos de Shane, se quedó helada.

"¿Shane?", balbuceó.

"¿Necesitas algo?", preguntó él con calma, como si nada extraño ocurriera.

Zoey hizo una pausa por un segundo, intentando mirar más allá de él, pero Shane no se movió. Se plantó firmemente en el umbral, asegurándose de que no pudiera ver nada.

Verlo hizo que su corazón se acelerara, pero la posibilidad de que Cheryl estuviera en la misma habitación le revolvió el estómago. "¿Por qué no me dijiste que habías vuelto?", preguntó con una sonrisa forzada.

"Lo siento", respondió Shane con suavidad. "He estado ocupado con el trabajo".

Zoey apretó la mandíbula, pero mantuvo la voz ligera. "Estoy buscando a Cheryl. ¿La has visto?".

"No", dijo él sin pestañear.

Zoey no le creyó. "Han pasado dos años desde que pasamos tiempo juntos. ¿Puedo entrar un rato?".

Dentro, Cheryl estaba de pie en silencio contra la pared, tratando de calmar su corazón acelerado.

Cada nervio de su cuerpo aún hormigueaba por lo que acababa de suceder.

Una parte de ella deseaba que él abriera la puerta y dejara entrar a Zoey, solo para ver la expresión en su rostro.

No pudo evitar imaginar cómo explotaría si viera a Shane enredado con la chica que más odiaba.