La relación con Antoine había tomado un giro que no había anticipado. Aunque no se conocían en persona, había algo en la manera en que él se comunicaba con ella que la hacía sentir diferente. Desde el primer mensaje hasta el último, sus intercambios parecían genuinos, sin presiones ni pretensiones. La manera en que Antoine la hacía sentir, tan escuchada, tan entendida, comenzaba a abrir una puerta dentro de Marina, una puerta que había estado cerrada durante mucho tiempo. En el fondo, sentía que, quizás por primera vez, alguien estaba realmente interesado en ella como persona y no solo como una figura en una pantalla.
Había días en los que Marina se encontraba sonriendo sin razón mientras miraba su teléfono, leyendo sus mensajes. No podía evitarlo. Antoine le había demostrado que no todas las conversaciones en aplicaciones de citas eran superficiales. Había algo más. Algo real. Aunque al principio su escepticismo era palpable, ahora se encontraba a sí misma esperando ansiosamente los mensajes de Antoine, disfrutando de la ligereza y, al mismo tiempo, la profundidad que cada conversación traía.
Aquel día, como todos los demás, el trabajo le había exigido más de lo que esperaba. Había pasado horas frente al ordenador, haciendo malabares entre proyectos y clientes, pero su mente seguía regresando al mismo lugar: Antoine. Era un pensamiento recurrente, uno que la distraía de las tareas que debía completar, pero no le molestaba. Aún no había experimentado una conexión como esa con alguien, ni siquiera con amigos cercanos. Sabía que, por más que intentara negarlo, había algo especial en lo que estaba surgiendo entre ellos.
Decidió, entonces, tomar un pequeño descanso. Con una sonrisa en los labios, abrió la app Épicé. No esperaba mucho, pero algo en su interior le decía que esta vez era diferente. Antoine había escrito:
Mensaje de Antoine:
"Hola Marina, espero que hayas tenido un buen día. Quería preguntarte algo, porque llevo un rato pensándolo. ¿Qué fue lo que te inspiró a ser diseñadora gráfica? A veces creo que cada carrera, cada pasión, tiene una historia oculta detrás. Cuéntame la tuya, si quieres."
Marina frunció el ceño al leer el mensaje. La pregunta le pareció más profunda de lo que había anticipado. No era un simple "¿Qué tal tu día?", sino algo más, algo que tocaba una parte de ella que rara vez compartía con los demás. La mayoría de las veces, la gente solo le preguntaba sobre el aspecto técnico de su trabajo, sobre los proyectos en los que estaba involucrada, pero nunca sobre por qué había elegido ese camino, qué había motivado su pasión por el diseño. Nadie había indagado tan directamente en su historia.
Tomó un momento para reflexionar antes de responder. Había muchas razones por las que había elegido ser diseñadora gráfica. Pero en ese momento, una parte de ella quería compartir algo más personal, algo que ni siquiera sus amigos más cercanos conocían. ¿Era Antoine quien merecía conocer ese rincón de su vida? Algo le decía que sí. Su sinceridad, su paciencia y su curiosidad genuina habían comenzado a ganarse su confianza, aunque aún no se conocieran en persona.
Marina:
"Es curioso que me hagas esa pregunta. La verdad es que cuando era pequeña, siempre me sentí más cómoda expresándome a través de dibujos y colores que con palabras. Mis padres siempre me decían que era como una pequeña artista, aunque no sabía realmente qué significaba eso. En la escuela, mis amigos siempre me pedían que les diseñara carteles o dibujara algo para ellos. No fue hasta mucho después que entendí que, para mí, el diseño era una manera de contar historias. Como un medio para comunicar algo que no siempre podía expresar verbalmente. A veces me siento más 'yo' cuando estoy creando algo visualmente atractivo. Creo que siempre he tenido esa necesidad de hacer que las cosas se vean de una manera que otros puedan sentir. No sé, tal vez es por eso que elegí esta carrera. ¿Te suena raro?"
Marina mordió su labio inferior al enviar el mensaje. Había sido sincera, tal vez más de lo que estaba acostumbrada. Aunque sabía que Antoine no estaba en posición de juzgarla, una parte de ella aún se sentía vulnerable al compartir ese pedazo de sí misma. Pero, al mismo tiempo, algo en su interior la tranquilizaba. Antoine nunca había dado señales de ser el tipo de persona que aprovechara su vulnerabilidad. De hecho, había sido todo lo contrario: él había sido un oyente, un alguien que parecía estar genuinamente interesado en lo que tenía que decir.
Al poco rato, llegó la respuesta de Antoine.
Mensaje de Antoine:
"Me encanta lo que me has contado, Marina. Es increíble cómo las personas pueden comunicarse a través de lo visual, especialmente cuando las palabras no pueden expresar lo que realmente sienten. Y no, no me parece raro en absoluto. A veces, las mejores ideas nacen de los sentimientos que no se pueden describir de manera fácil. Creo que tu carrera tiene algo muy especial, algo que no se encuentra en cualquier lugar. La pasión por lo que haces es evidente en tus palabras, y eso me hace admirar aún más tu trabajo. Y ahora, me pregunto, ¿qué tipo de diseño te hace sentir más orgullosa de lo que haces?"
Marina sonrió al leer las palabras de Antoine. La forma en que él hablaba de su trabajo, la admiración en su tono, la hacía sentir especial, única. No era solo un "Me alegra saber más de ti", era una respuesta que evidenciaba que había escuchado cada palabra y que valoraba lo que ella le había compartido. De alguna manera, Antoine no solo estaba interesado en su trabajo; estaba interesado en lo que realmente lo motivaba, en la persona detrás del diseño. Y eso era algo que no todos hacían.
Se quedó mirando el mensaje durante un momento, reflexionando sobre cómo responder. ¿Qué tipo de diseño le hacía sentirse orgullosa? Había varias piezas de trabajo que le generaban satisfacción, pero había una en particular que siempre la hacía sonreír al recordarla.
Marina:
"Creo que lo que más me hace sentir orgullosa son los proyectos que involucran una historia personal, ya sea mía o de alguien más. Hay algo mágico en poder contar una historia a través de imágenes, algo que resuene con las personas. Uno de mis proyectos favoritos fue una campaña que hice para una ONG que apoyaba a niños en situación de vulnerabilidad. Tuvimos que crear una serie de carteles para una campaña de concienciación, y fue el primer proyecto en el que sentí que estaba haciendo algo realmente significativo. El hecho de que las personas se pudieran conectar con esa causa a través de lo que creamos me hizo sentir que había encontrado mi verdadera vocación. No se trata solo de hacer algo bonito; se trata de conectar, de generar emociones a través del diseño."
Marina dejó el teléfono sobre la mesa y se recostó en el sofá, contemplando la satisfacción que esa respuesta le había provocado. Había sido honesta, más de lo que había imaginado, y la sensación de compartir esa parte de su vida con Antoine la llenaba de una extraña calidez. Por un momento, se sintió como si le hubiera entregado una parte de sí misma que había estado oculta durante mucho tiempo.
Poco después, Antoine respondió.
Mensaje de Antoine:
"Eso es realmente hermoso, Marina. Me imagino lo gratificante que debe haber sido para ti trabajar en un proyecto así, sabiendo que tu diseño podía hacer una diferencia real. Creo que eso es lo que marca la diferencia entre un buen diseñador y un gran diseñador: la capacidad de poner el corazón en lo que haces. No es solo sobre crear algo estéticamente agradable, sino sobre comunicar algo profundo, algo que se quede con las personas. Me encantaría ver más de tu trabajo algún día, si te sientes cómoda compartiéndolo."
Marina miró el mensaje, sintiendo un nudo en el estómago. ¿Compartir su trabajo? Hasta ese momento, había sido cautelosa con lo que mostraba. El diseño era algo profundamente personal para ella, y no era fácil mostrarlo a cualquiera. Pero algo en la manera en que Antoine había respondido, con tanta sinceridad y admiración, la hizo sentir que tal vez valdría la pena hacerlo. Tal vez, por primera vez, alguien valoraba su arte de la misma manera en que ella lo valoraba.