Una noche con el señor multimillonario
img img Una noche con el señor multimillonario img Capítulo 5 Un rostro familiar
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Capítulo 6 ¡Otra vez tú! img
Capítulo 7 La estranguló img
Capítulo 8 Se avecinan problemas img
Capítulo 9 Ella es astuta img
Capítulo 10 Violada img
Capítulo 11 Él llevaba una máscara img
Capítulo 12 El remordimiento de Chase Hudson img
Capítulo 13 Ethan tenía razón img
Capítulo 14 Un encuentro img
Capítulo 15 Soltera otra vez img
Capítulo 16 Parecía como el hijo de Chase img
Capítulo 17 Fotos img
Capítulo 18 ¿No es el niño su hijo img
Capítulo 19 ¿Me llamaste rata img
Capítulo 20 Ella es la madre de Eli img
Capítulo 21 No soy yo img
Capítulo 22 Esperando a Jace img
Capítulo 23 Pago por sus servicios img
Capítulo 24 Los Dante img
Capítulo 25 Orden de restricción img
Capítulo 26 Intento de suicidio img
Capítulo 27 Salvaron a Arianna img
Capítulo 28 Excepto tú y yo img
Capítulo 29 ¿Es esto un palacio img
Capítulo 30 Tuvo un romance accidental img
Capítulo 31 Por tu culpa img
Capítulo 32 Arreglaré esto img
Capítulo 33 Despierta img
Capítulo 34 Mensaje anónimo img
Capítulo 35 Por favor, vete img
Capítulo 36 Caos img
Capítulo 37 La agitación de Jace img
Capítulo 38 La furia de Richard img
Capítulo 39 Renacer img
Capítulo 40 Un objetivo en común img
Capítulo 41 Como si me importara img
Capítulo 42 Adrián Delmark img
Capítulo 43 Con un propósito img
Capítulo 44 Ella te salvó dos veces img
Capítulo 45 Porque la amaba img
Capítulo 46 Solo muérete, Arianna img
Capítulo 47 Explórate más img
Capítulo 48 El primo de Clara img
Capítulo 49 ¡Tenemos que hacer el amor! img
Capítulo 50 La visita de Susan img
Capítulo 51 La prometida de Jace img
Capítulo 52 Jace es mío img
Capítulo 53 Sana mi corazón herido img
Capítulo 54 No eres mi tipo de hombre img
Capítulo 55 Arráncame la nariz img
Capítulo 56 ¿Estrangularme otra vez img
Capítulo 57 ¿Estás faltándome el respeto img
Capítulo 58 Llegó a su mansión img
Capítulo 59 Confundida img
Capítulo 60 Se unieron img
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Capítulo 5 Un rostro familiar

Arianna llegó junto a Gabriela a su casa y le avisó que se detuviera. La otra sonrió, estacionó, salió del auto y la siguió hasta la entrada.

"Ven a conocer a mi hijo, Gabriela", exclamó Arianna, feliz. Estaba feliz de haber encontrado de nuevo a su amiga. Ella, Gabriela y Daisy habían sido mejores amigas, hasta que Arianna atrapó a Daisy con Ethan justo el día antes de su boda.

Después de eso, decidió no volver a contactar a Gabriela y perdió la fe en la amistad. Pero ahora, al verla, sintió que su vínculo regresaba.

"¿Hijo? ¿Tienes un hijo, Arianna?", le preguntó Gabriela, incrédula. ¿Arianna realmente tenía un hijo con su amante? No quería dar crédito a las palabras de Ethan, pero tener un hijo la hacía dudar.

"Sí, tiene tres años y pico", le respondió la otra, sin prestar atención a la sorpresa en la voz de Gabriela. Estaba feliz de haber encontrado de nuevo a su amiga.

Abrió la puerta y le pidió a Gabriela que se sentara. Iba a buscar a su hijo para presentárselo.

La casa parecía mal amueblada, la decoración de las paredes estaba pasada de moda y los muebles eran baratos y ya no estaban de moda. Arianna debió de haber pasado por mucho para sobrevivir después de haber engañado a Ethan y escapar.

Cuando Arianna regresó, vino con un niño adorable y lindo. Los ojos del pequeño eran de un azul océano y su piel blanca. Parecía tan dulce que Gabriela abrió los brazos y lo estrechó en un abrazo.

No pudo decir una palabra durante unos minutos. Arianna era una mujer muy hermosa, la chica más guapa de su época universitaria, pero este niño era mucho más lindo que ella.

Sus ojos se llenaron de lágrimas. Era un niño tan adorable. Deseaba tener un hijo como él; no le importaba lo que la gente dijera o pensara de ella, este niño había hecho desaparecer su miedo.

Sollozó, aunque Eli no entendía por qué ella lo hacía. El pequeño sintió que sus lágrimas caían sobre sus hombros, se liberó con cuidado de su agarre y la miró a la cara.

"¿Por qué lloras, señorita? Mami dice que la gente valiente no llora", le dijo el niño, colocando sus manitas regordetas en la barbilla de Gabriela.

"No, mi niño. No estoy llorando por debilidad. Es que estoy muy feliz de verte. Eres precioso", le dijo Gabriela, forzando una sonrisa.

Ella tenía razón, el niño era demasiado lindo para vivir en un apartamento tan destartalado como este. Pero, a pesar de eso, su belleza seguía intacta y atractiva.

"No me pongas sentimental, Gabriela", la interrumpió Arianna. No sabía por qué la gente no podía pasar sin echar una segunda y, la mayoría de las veces, una tercera mirada a su hijo.

Algunos incluso se detenían para tomarle la mano y besársela. Decían que era muy lindo y adorable. Pero ella no veía nada tan especial en la cara de Eli ni en las de los demás niños que había conocido.

Por eso, a veces no quería sacarlo. Al ver el largo abrazo de Gabriela, con sus ojos llenos de lágrimas, Arianna se preguntó si ver a Eli era la razón, hasta que ella lo dijo.

"Arianna, nunca dejas de sorprenderme. ¿De verdad este es tu hijo? Quiero decir, ¿lo adoptaste?", preguntó Gabriela.

Este niño la haría multimillonaria con un solo trabajo de modelo infantil. No podía creer que fuera realmente su hijo.

"Claro que es mi hijo. Lo llevé en mi vientre durante nueve meses y lo di a luz yo misma, ni siquiera por cesárea", le respondió Arianna y soltó una carcajada.

"Ay, Arianna, te quiero", le dijo Gabriela y la abrazó de nuevo. "Tengo que ver a alguien ahora. ¿Qué tal si nos vemos mañana por la noche?", le preguntó Gabriela.

"Sí, está bien. Pero antes, déjame ofrecerte algo", le dijo Arianna y se levantó. Gabriela se levantó y le agarró la mano. "No. La próxima vez comeré hasta saciarme. Siempre pasaré a verte a ti y a este lindo chico", dijo y le lanzó unos besos.

Arianna se rio y le dijo: "Su nombre es Eli". Estas dulces palabras para describir a su hijo no le sentaron muy bien, como siempre.

Cuando Gabriela se fue, Arianna recordó que le había comprado algo al niño. Le dijo que cerrara los ojos y el pequeño lo hizo, usando sus pequeñas palmas para hacerlo.

Fue a buscar el juguete y la gorra, y levantando los regalos para que él los viera, dijo: "Ya puedes abrir los ojos, Eli".

"¡Guau, me encantan!", exclamó el pequeño. Abrazó a su madre, rodeando sus muslos con sus bracitos. Arianna estaba feliz de que a Eli le gustara.

Se lo dio y él inmediatamente se puso la gorra. "Voy a usar esta gorra todos los días, mami", le dijo, tocando la gorra en su cabeza.

"Me alegra que te guste", le dijo Arianna. No tenía mucho, pero lo poco que podía permitirse comprarle, él siempre lo apreciaba. Se alegraba de tener un hijo tan bueno.

Se suponía que iba a reunirse con su amigo, el doctor Richard, pero decidió suspender la reunión, ya que al día siguiente estaría con Gabriela, y no podía permitirse salir de nuevo ese día, dejando a su hijo solo. Lo llamó para decirle que había conseguido el trabajo, pero que no podría reunirse con él hasta el día siguiente.

Él dijo que estaba bien, que ajustaría su horario y se aseguraría de llevarla a cenar. Cuando el doctor Richard colgó, suspiró.

Arianna siempre tenía miedo de estar con él. Él había intentado ayudarla varias veces en Zephyr, pero ella no quería tener nada que ver con él. Siempre intentaba evitarlo.

A la mañana siguiente, Arianna llegó a la oficina. Se encontró con el señor Ryan, que ya estaba en la oficina, y lo saludó.

"El jefe está en su despacho. Ve a presentarte ante él antes que nada", le indicó.

Arianna asintió, dejó su bolso y fue a la oficina. Vio que Sara había llegado, le dio los buenos días y le dijo que estaba allí para presentarse ante el CEO.

"Sí, está adentro", le dijo Sara. Arianna se acercó a la puerta y tocó suavemente, tratando de ser lo más cautelosa posible.

"Pase", escuchó una voz profunda y masculina. Abrió la puerta y entró. Él estaba trabajando en su computadora y no levantó la cabeza para ver quién entraba.

"Buenos días, señor. Mi nombre es Arianna...". Estaba presentándose, cuando él le ordenó: "Siéntese". Al oírlo, Arianna inmediatamente se sentó en el sofá.

Miró al CEO y sintió que podría haberlo conocido. Le parecía algo familiar.

Unos minutos después, este cerró su portátil, levantó la cabeza para mirar a su nueva empleada, y sus miradas se encontraron.

                         

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