El mafioso y sus mellizos VENGANZA DELIBERADA
img img El mafioso y sus mellizos VENGANZA DELIBERADA img Capítulo 3 3
3
Capítulo 6 6 img
Capítulo 7 7 img
Capítulo 8 8 img
Capítulo 9 9 img
Capítulo 10 10 img
Capítulo 11 11 img
Capítulo 12 12 img
Capítulo 13 13 img
Capítulo 14 14 img
Capítulo 15 15 img
Capítulo 16 16 img
Capítulo 17 17 img
Capítulo 18 18 img
Capítulo 19 19 img
Capítulo 20 20 img
Capítulo 21 21 img
Capítulo 22 22 img
Capítulo 23 23 img
Capítulo 24 24 img
Capítulo 25 25 img
Capítulo 26 26 img
Capítulo 27 27 img
Capítulo 28 28 img
Capítulo 29 29 img
Capítulo 30 30 img
Capítulo 31 31 img
Capítulo 32 32 img
Capítulo 33 33 img
Capítulo 34 34 img
Capítulo 35 35 img
Capítulo 36 36 img
Capítulo 37 37 img
Capítulo 38 38 img
Capítulo 39 39 img
Capítulo 40 40 img
Capítulo 41 41 img
Capítulo 42 42 img
Capítulo 43 43 img
Capítulo 44 44 img
Capítulo 45 45 img
Capítulo 46 46 img
Capítulo 47 47 img
Capítulo 48 48 img
Capítulo 49 49 img
Capítulo 50 50 img
Capítulo 51 51 img
Capítulo 52 52 img
Capítulo 53 53 img
Capítulo 54 54 img
Capítulo 55 55 img
Capítulo 56 56 img
Capítulo 57 57 img
Capítulo 58 58 img
Capítulo 59 59 img
Capítulo 60 60 img
Capítulo 61 61 img
Capítulo 62 62 img
Capítulo 63 63 img
Capítulo 64 64 img
Capítulo 65 65 img
Capítulo 66 66 img
img
  /  1
img

Capítulo 3 3

-¿Nombre?- Pregunta una mujer, llamando mi atención en totalidad. Al verla, trago grueso. Es hermosa y elegante, su mirada me recorre de pies a cabeza, examinándome por completo, de hecho, poniéndome más nerviosa. Tiene esa misma mirada de aquel hombre que estoy segura que aún me mira. Lo puedo sentir. Me siento pequeña en este lugar.

-¡Te hice una pregunta!- Agrega, sacándome las palabras por mis traicioneros nervios.

-So-sofía... Mangano- Respondo, fijando mi mirada al suelo de madera. Siento que me falta el aire y deseo salir de este lugar.

-¡Estás contratada!- Dice la mujer con firmeza, causando escalofríos en todo mi cuerpo. -Inicias ya mismo, no hay tiempo que perder-. Se acerca a mí y extiende su mano para presentarse. -Soy Minerva Di Napoli-. No quería ser descortés, así que estrecho mi mano con ella y deseo ver mucho a ese hombre, por eso alzo mi mirada para verlo, pero no está, y eso me causa curiosidad.

La señora suelta mi mano y se para frente a mí, haciendo que la mire. -Mis nietos son mellizos, que te los voy a presentar dentro de poco. No te preocupes por mi hijo. Supongo que ya sabes quién es.

-No- Respondo con total sinceridad, aunque percibo que lo había visto antes.

-Leonardo Di Napoli, el multimillonario, el más poderoso y fuerte querido.

-¿Di Napoli?- Preguntó asombrada porque había oído hablar de él. Incluso, muchos dicen que está relacionado con la mafia.

-Solo te digo una cosa, Sofía. Si a mis nietos les llega a pasar algo bajo tu responsabilidad, serás mujer muerta. Este no es un trabajo cualquiera.

-Lo comprendo... Pero no sabía que trabajaría para un hombre como su hijo- Respondo con firmeza, volviendo a mirar donde estaba aquel hombre. No entiendo por qué mi necesidad de verlo y más ahora que sé quién es.

La risa de la mujer resuena en la habitación, llamando mi atención. La veo girarse y caminar hacia una mesa, donde hay una carpeta color marrón, y la toma para luego voltear a mirarme. -no mires a donde nada se te ha perdido. Esto no es un juego, si te equivocas, pierdes. ¿acaso te has arrepentido de venir?- Sofia mira a Minerva con preocupación. -no hay retroceso, si te vas morirás, y no solo tu, tu amiguita también

-¿me estás obligando?- mira a Minerva con extrañeza -no puedes decirme algo tan cruel

-¿Quieres que mande a tu amiga tres metros bajo tierra?

-¡Está bien! ¡No le hagan daño a mi amiga, por favor!- espeto con enojo al sentirse contra la espada y la pared

-Perfecto-. Sonríe. -Lucifero, trae a mis nietos, por favor.

-Como ordene, señora-. Se marcha rápidamente.

-Sofía, este trabajo será algo corto, hasta que mis nietos sean adolescentes. No me mires así, querida. Más bien, piensa que la vida te está sonriendo. Tendrás muchos beneficios, serás millonaria y nada te va a hacer falta. ¿Hay algo que pueda hacer por ti? ¿Algún problema por resolver...? - Saca los documentos de la carpeta y luego el bolígrafo. -Acércate-. Le ordena, y Sofía asiente.

-Yo...-. Ella recuerda la deuda que tiene.

-¿Tú...? Dime y firma rápido. Todo lo que quieras, te lo voy a conceder. Vendré a visitar las veces que sean necesarias.

-Las personas con dinero hacen lo que les place. Esto que usted está haciendo se llama manipulación. Me arrepiento de haber venido.

-Me agrada tu honestidad y fortaleza para decirme lo que piensas. Ahora, firma y deja tus datos bancarios para que de inmediato recibas tu primera paga.

Minerva coloca el documento y el bolígrafo sobre la mesa, y Sofía se acerca con enojo. Desea saber muchas cosas. Necesita saber la verdad del por que la amenazó para aceptar este trabajo y por qué la señora fue la que habló y no el padre de los mellizos.

-Firma-. Minerva está impaciente, y Sofía no tuvo opción más que firmar aquel documento que ni siquiera tuvo tiempo de leer. Si a su amiga le pasa algo, jamás se lo perdonaría.

-Perfecto-. Dice al ver que Sofía firmó y suelta el bolígrafo para luego retomar su compostura. -Otra cosa más, linda. Cambia tu forma de vestir. Aquí, la señora soy yo, y estoy más a la moda que tú-. Esboza una sonrisa maliciosa. -Cuidado con ver a mi hijo con otros ojos. Estás aquí solo para ser la niñera de mis nietos. Y otra cosita. Llama a tu amiga y dile que se vaya. Mis nietos necesitan mucha atención. En cuanto te pregunten por su verdadera madre, solo dile que esta salvando a los animales de África.

-¿Qué? ¿Por qué mentir tanto?-. Sofía siente dolor de cabeza con tanta información que debe procesar.

-Al pasar el tiempo, lo sabrás. Y porque me caíste bien, te advierto, no te fijes en mi hijo Leonardo. Él es inalcanzable y solo lastima a las mujeres...-. Iba a decirle algo más, pero fue interrumpida por una dulce voz.

-¡Abuelita!-. La niña se detiene al verla cerca de una mujer totalmente desconocida. -¿Mi mami ha llegado?-. Pregunta jugando con sus manitas y su pequeño corazón latiendo a velocidad de la emoción.

-Mi pequeña Chiara-. Le habla, siendo literalmente otra persona. Ya no tiene ese fuerte carácter malévolo. Ahora es gentil y cariñosa.

-¿Y dónde está?-. Michelle es el otro mellizo y pregunta con arrogancia.

Sofía mira a Minerva y no se siente capaz de mentir de esa forma, no a unos niños inocentes que necesitan a su verdadera madre.

-No puedo, señora-. Susurra, y Minerva se preocupa.

-ya firmaste, solo se una buena chica ¿Quieres escucharlos llorar?-. Pregunta, y Sofía negó con la cabeza.

-¿Eres tú nuestra mamita?-. Pregunta la niña, provocando un vuelco en el corazón de Sofía, quien se vuelve lentamente con los nervios de punta y mira a aquellos dos pequeños que la observan con intriga sin parpadear

            
            

COPYRIGHT(©) 2022