La luna del Rechazo
img img La luna del Rechazo img Capítulo 5 La Tempestad en la Ciudad de los Pactos
5
Capítulo 6 El Monarca de Hielo y la Jaula img
Capítulo 7 El Trono de Escarcha img
Capítulo 8 La Cena del Esclavo img
Capítulo 9 El Espectro del Mentor img
Capítulo 10 El Heredero en la Jaula img
Capítulo 11 La Audiencia de la Luna Falsa img
Capítulo 12 El Espejo de la Inocencia img
Capítulo 13 El Quiebre del Monarca img
Capítulo 14 La Doctrina del Veneno img
Capítulo 15 El Último Sacrificio img
Capítulo 16 El Vacío de la Victoria img
Capítulo 17 El Estratega Silencioso img
Capítulo 18 La Búsqueda del Beta img
Capítulo 19 La Orden de la Devoción img
Capítulo 20 La Cama y el Mando img
Capítulo 21 El Beso Perfecto img
Capítulo 22 El Afecto de Elías img
Capítulo 23 Celos de Poder img
Capítulo 24 La Misión de Darian img
Capítulo 25 Inestabilidad Mágica img
Capítulo 26 La Investigación de la Verdad img
Capítulo 27 La Mina de Voluntad img
Capítulo 28 El Fuego del Lazo Gemelo img
Capítulo 29 La Purificación del Lazo img
Capítulo 30 La Ciudad de los Pactos: Un Santuario de Ceniza img
Capítulo 31 La Danza del Hielo y Fuego img
Capítulo 32 El Nuevo Amanecer del Lazo Gemelo img
Capítulo 33 El Primer Viaje de los Opuestos img
Capítulo 34 El Plan de la Última Sombra img
Capítulo 35 La Furia de la Tempestad img
Capítulo 36 La Corona Compartida y el Juicio de la Manada img
Capítulo 37 La Corona Compartida y el Desafío de Vorn img
Capítulo 38 La Cacería en el Cañón de la Niebla img
Capítulo 39 El Juicio de Vorn y la Ley del Vínculo img
Capítulo 40 El Veneno de la Rutina img
Capítulo 41 El Silencio de Piedra img
Capítulo 42 El Virus de la Duda img
Capítulo 43 El Regreso al Corazón Negro img
Capítulo 44 El Sello del Destino img
Capítulo 45 El Sello de la Fortuna img
Capítulo 46 El Dilema del Lazo: La Ley de la Espontaneidad img
Capítulo 47 La Travesía del Caos Controlado img
Capítulo 48 El Sello del Olvido img
Capítulo 49 El Retorno de los Sellos y la Ley del Caos img
Capítulo 50 El Primer Decreto del Caos img
Capítulo 51 El Desafío del Alfa Oeste img
Capítulo 52 La Purga del Orgullo img
Capítulo 53 La Purga del Orgullo img
Capítulo 54 La Ofrenda de la Insensatez img
Capítulo 55 El Precio de la Insensatez img
Capítulo 56 El Juicio de la Sombra y la Confesión Eterna img
Capítulo 57 La Resonancia de la Verdad y la Semilla del Largo Invierno img
Capítulo 58 El Precio de la Vulnerabilidad y el Frío del Norte img
Capítulo 59 La Fusión Gélida: Batalla por la Llama del Despertar img
Capítulo 60 La Llama del Vínculo y el Fin del Largo Invierno img
Capítulo 61 El Precio de la Eternidad y el Mensajero del Caos img
Capítulo 62 La Agonía de la Sentencia: La Última Ley del Deber img
Capítulo 63 El Engaño de la Ruptura y la Manifestación del Vacio img
Capítulo 64 El Legado del Silencio Eterno img
Capítulo 65 La Resonancia del Vacío img
Capítulo 66 El Puente del Eco: Cruzando la Frontera del Vacío img
Capítulo 67 El Retorno al Umbral y la Cámara de Estasis img
Capítulo 68 El Alma Fragmentada y la Promesa de la Reconstrucción img
Capítulo 69 El Desierto de Obsidiana y la Prueba de la Lógica img
Capítulo 70 El Espejo de la Agonía: Reconstrucción del Alma Fragmentada img
Capítulo 71 La Ley del Silencio y la Agonía del Perfecto Deber img
Capítulo 72 La Máscara de Obsidiana: El Costo Insoportable de la Ley del Silencio img
Capítulo 73 La Cacería del Mensajero y el Sacrificio de la Máscara img
Capítulo 74 La Simulación de la Frialdad: El Diseño del Ritual de Fusión img
Capítulo 75 La Jaula de la Perfección: El Cisma entre Estrategia y Alma img
Capítulo 76 El Crisol del Corazón: La Batalla Final del Amor y la Lógica img
Capítulo 77 El Desmantelamiento de la Mentira y la Caza del Ancla Oscura img
Capítulo 78 El Sendero Gélido del Engaño: El Abismo de la Resonancia img
Capítulo 79 El Crisol del Engaño y el Último Sello Cósmico img
Capítulo 80 El Amanecer de la Ley Eterna y el Costo de la Fusión Total img
Capítulo 81 El Crisol Cósmico: El Sello Final de la Ley Eterna img
img
  /  1
img

Capítulo 5 La Tempestad en la Ciudad de los Pactos

La Ciudad de los Pactos no se llamaba así por casualidad; era un refugio neutral protegido por magia antigua, donde la ley del más fuerte era reemplazada por la ley del contrato. Los Alfas no podían transformarse ni usar su autoridad de manada sin romper las barreras, un riesgo que nadie se atrevía a correr. Era el escenario perfecto para la venganza de Lyra.

La sala de reuniones era austera: piedra gris pulida, una mesa de obsidiana en el centro y, como único adorno, dos grandes braseros que proyectaban sombras danzantes. Lyra, vestida con una capa de viaje de lana negra que ocultaba su forma y su armadura ligera, ya estaba allí. Fenrir estaba de pie en la sombra de un pilar, su bastón de hueso brillando tenuemente. Su presencia era silenciosa, pero tan densa como el humo.

-Recuerda las reglas, Tempestad -susurró Fenrir.

-No hablaré de precio hasta que el Alfa Supremo haya expresado su necesidad -respondió Lyra, su voz baja, perfectamente controlada, despojada de cualquier emoción. Era la voz de la Tempestad: fría, poderosa, y sin la dulzura de la Lyra omega.

La puerta de madera maciza se abrió con un estruendo sordo.

Kael Blackwood entró primero. Su aura de Alfa Supremo estaba contenida por las barreras mágicas de la ciudad, pero aun así, su porte era el de un monarca furioso. Detrás de él, Darian y tres guardias de sombra tensos completaban la comitiva.

Lyra sintió el golpe familiar e ineludible de la presencia de Kael. Fue como si un rayo la hubiera alcanzado en el pecho, un recordatorio del lazo que estuvo allí. Su cuerpo, instintivamente, quiso temblar, pero Lyra había entrenado años para esto. El dolor y la rabia que Fenrir había forjado se manifestaron como un muro de hielo invisible alrededor de su corazón. El brillo plateado se encendió fugazmente en sus ojos, pero fue tan rápido que solo Fenrir lo notó.

Kael se detuvo a medio camino. Lyra mantuvo su rostro oculto en la sombra de la capucha. Solo ofreció un saludo glacial.

-Alfa Supremo Blackwood. Beta Darian. Gracias por honrar las leyes de la neutralidad.

La voz. Lyra había trabajado en ella hasta la perfección. Más grave, más autoritaria, con un acento deliberadamente neutro que no pertenecía a ninguna manada. Kael frunció el ceño.

-Tú eres la Tempestad -dijo Kael, sus ojos grises, cansados pero aún peligrosos, examinando su figura. No encontró el aroma de lobo, solo la fragancia artificial que Fenrir usaba para enmascarar su linaje.

-Soy la única solución a su plaga -corrigió Lyra, sin molestarse en confirmar el apodo.

Kael odiaba la falta de respeto. Esto se notaba en la tensión de su mandíbula. Estaba acostumbrado a que el mundo se doblegara a su voluntad.

-Tu mensaje era críptico y arrogante -espetó Kael, dando un paso adelante. Sus guardias se tensaron-. El precio de tu insolencia será alto si has malgastado mi tiempo.

-Mi tiempo, Alfa Supremo, vale más que el suyo en este momento -Lyra se puso de pie, un movimiento lento y calculado. Su altura, aunque modesta, se sentía amenazante. Lyra se colocó los brazos sobre el pecho, una postura que comunicaba una total falta de miedo-. Su arrogancia le ha costado la mitad de su ejército. Su Sangre Oscura está cerca de devorarlo por completo. Usted no está aquí para negociar mi insolencia, está aquí para rogar por la supervivencia de su linaje.

La palabra rogar resonó en la sala como un disparo. Los guardias jadearon, y hasta Darian, el Beta estoico, se encogió. El rostro de Kael se contrajo en pura furia.

-¡Basta! ¿Quién te crees que eres para hablarme así? -Kael dio otro paso, pero se detuvo. Sus ojos notaron algo.

No era el rostro, sino la manera en que se movía, el ángulo de su barbilla. Era una familiaridad incómoda, un eco muy, muy lejano de Lyra, la omega que lo miraba con ojos llenos de adoración.

-Mi identidad es irrelevante -continuó Lyra, sin permitirle espacio para el análisis. Ella sabía que su cuerpo recordaba el toque de él, el olor de él, y que ese recuerdo podría ser traicionero. Tenía que ser el hielo puro-. Hablemos de su plaga. La Magia de la Luz es inútil, porque la Sangre Oscura es un castigo, no una enfermedad. Ataca el lazo.

Kael se inmovilizó por completo.

-¿Cómo sabes eso? Nuestros sanadores tardaron meses en llegar a esa conclusión.

-Yo veo la magia de forma diferente. Veo el núcleo. Su manada está muriendo porque la maldición fue lanzada con la energía del Rechazo.

Lyra usó la palabra con precisión quirúrgica, observando el efecto en Kael. Era la primera vez que alguien se atrevía a usar esa palabra en su presencia desde aquel día fatídico. Kael se puso blanco, y la cicatriz en su cuello pareció palpitar.

-¡Mientes! -rugió Kael. Su aura, intentando manifestarse, chocó contra la barrera mágica con un crac audible.

-No. Yo sé cómo el dolor de un lazo roto puede usarse como arma. Su magia Alfa es tan potente que su rechazo creó una onda de choque. El veneno es la manifestación de ese desequilibrio. Solo un poder de Crepúsculo, que bebe de la Luna sin la aprobación de la Diosa, puede contrarrestarlo. ¿Me equivoco, Alfa Supremo?

Kael estaba jadeando, no por la fatiga, sino por la humillación de ser leído como un libro abierto por una extraña. La mujer delante de él no solo conocía la debilidad de su manada, sino la de su alma.

Darian intervino, sintiendo el peligro de la confrontación. -Tempestad. Mi Alfa Supremo está aquí por la cura. Hable de precio.

Lyra se inclinó sobre la mesa de obsidiana, acercando su rostro a la luz. Solo por un momento fugaz, Lyra levantó un poco la capucha, revelando la sombra de un rostro más afilado y ojos del tono inquietante que Kael había visto justo antes de que ella huyera.

-Mi precio no es oro, Beta. Mi precio es orgullo.

Kael no podía respirar. Por un instante, juró ver a Lyra en esa sombra. La visión se desvaneció, dejando solo a la guerrera fría y desconocida. Pero el pánico lo golpeó. ¿Y si ella era...? No. El lazo estaba muerto. Él lo había roto.

-Exige tu precio -gruñó Kael, forzando las palabras a salir, tragándose su humillación.

-Mi cura es una bendición de Crepúsculo. Debe ser administrada directamente por mí, en el Fuerte Lunar, bajo mi protección. Y esto es crucial, Alfa Supremo: su manada estará bajo mi mando mientras yo trabaje.

-¡Imposible! -Kael golpeó la mesa, haciendo que un brasero temblara.

-Aceptará -Lyra se mantuvo firme-. Segundo: Yo necesito un lazo de sangre para estabilizar la cura. El lazo debe ser el de un Alfa Supremo. Durante el proceso, el lazo de su poder quedará anclado en mí. Esto significa que usted se volverá tan vulnerable como un omega. Estará a mi merced.

Kael cerró los ojos, el colmo de la agonía. Ser vulnerable era ser asesinado. Ser un omega, la cosa que más despreciaba, ante una desconocida con magia prohibida.

-Y, por último -dijo Lyra, con un tono tan bajo que Kael tuvo que esforzarse para escucharla-, en el momento en que entre en su territorio, usted debe jurar, ante mí y ante la Diosa Lunar, que obedecerá todas mis órdenes, sin excepción, hasta que la plaga se haya ido.

Kael se quedó sin aliento. Un Alfa Supremo nunca hacía un juramento de obediencia a nadie. Sería la rendición total de su poder.

Lyra esperó, disfrutando de la prolongada humillación. Era la venganza perfecta. No la muerte, sino la esclavitud.

-Acepto -la palabra de Kael era un susurro roto, apenas audible.

-No he terminado, Alfa Supremo. Para sellar el pacto, usted tendrá que arrodillarse ante mí ahora mismo, en este suelo neutral, como prueba de su rendición.

El silencio fue más fuerte que cualquier rugido. Arrodillarse. El Alfa Supremo.

Kael se quedó inmóvil, debatiéndose entre su vida, su manada y su orgullo. El recuerdo del vacío dejado por el rechazo de Lyra, el miedo a la Sangre Oscura, lo empujaron.

Lentamente, milímetro a milímetro, Kael Blackwood se dejó caer sobre una rodilla. Sus ojos grises, fijos en la figura sombría de Lyra, brillaron con una promesa de muerte que solo se haría realidad si él sobrevivía.

Lyra sonrió bajo la sombra de su capucha. Era una sonrisa fría, victoriosa, que nadie podía ver.

-Levántese, Alfa Supremo. El Pacto está sellado. Usted me pertenece.

La Tempestad había reclamado su precio.

                         

COPYRIGHT(©) 2022