Huésped
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Capítulo 4 4

En toda la compra no pasamos palabra lo cual no me sorprendió tanto después de esa llamada. Puso las compras en el auto mientras yo esperaba dentro.

- ¿Llevan mucho juntos? - al menos quiero saber algo más de él

- Dos años. - woow... al menos él sabe mantener una relación... o eso creo.

- Genial... - encendió el auto

- Cuéntame de tú novio - se me revolvió el estómago al escuchar esa palabra

- Me engaño... - dije casi en sin susurro

- ¿Como es eso? - dijo prestando atención al camino.

- Con mi mejor amiga - tragué saliva. Me miró por un segundo volviendo a ver el camino.

- Lo siento. - tiene sentimientos este asesino. Gracias a este pensamiento solté una pequeña risa.

- ¿De que te ríes? - Nada... solo pensé algo gracioso - vi una pequeña sonrisa en sus labios.

- Yo también quiero reírme, dime el chiste

- No es nada.

- Insisto. - ya tendría que decirlo.

- Pensé... "tiene sentimientos este asesino". - así lo dije tal cual. Vi su rostro, no tenía ninguna expresión

- ¿Asesino? - ¿se ofendió? No pues no vas por ahí llamando asesino al que te caiga mal

- Pues si, casi me matas... y pues por otra parte no sé tu nombre. - sonreí - soltó unas risitas y se quedó en silencio.

- ¿No piensas decírmelo? - pregunté indignada.

- No me interesa decírtelo ahora mismo. Estás mejor sin saber nada de mi. guarde silencio para no seguir preguntando pendejadas a lo estúpida. Este chico es misterioso... me dan ganas de averiguar que es lo que se trae. Porque será que no puedo saber nada de él. Es un puto nombre, en qué líos me meterá saber un nombre. Después de unos minutos se detiene

- ¿Que pasó? - pregunté - Tengo que ir a otro lado. - estaba algo pálido.

- ¿Sucede algo? - Será rápido... - me mira, su mirada era rara

- Está bien. - le dije porque parecía preocupado por algo. Nos dirigimos a un lugar muy alejado, no había casas... una especia de callejón sin salida. Nos parqueamos, vi un gran portón que daba como a la parte de atrás de un almacén.. esto me huele raro.

- Quédate aquí, no salgas por favor. - asentí. Pero obviamente saldría a ver de qué se trataba - ojalá le hubiera hecho caso - Después de que él saliera, le seguí el paso, por un pequeño orificio pude ver a través del gran portón. Adentro habían muchos sacos, tanques y cosas raras. Enfoque al asesino caminando hacía un grupo de chicos fuertes y que dan mucho miedo, eran seis, lo rodearon. Casi no podía escuchar nada pero gracias al eco podía llegar a oír balbuceos que pude interpretar bien.

- Todavía no tengo el dinero.

- No es nuestro problema. Te lo advertimos.

- Una semana más...

- Ni un día más. - ese escuchan muy enfadados con él

- Se los suplico - se escucha asustado

- Nuestra mercancía no es barata niño bonito. - dijo uno de ellos. ¿Mercancía?... ¿están hablando de drogas y esas cosas?

- Eso lo sé Liam... pero les juro que estará lista para la próxima semana. - vi como entre todos apretaron los puños y le cayeron a golpes... Dios, que personas tan agresivas. Estuvieron ahí unos dos minutos dándole puñetazos y patadas; sentí unas manos taparme la boca, trate de gritar pero era en vano, es demasiado fuerte para mi. Empecé a forcejear, pero nada. El chico salió de ese lugar todo ensangrentado y casi cojeando... me ve.

- Suéltala. - dijo acercándose con rabia.

- ¿Anda contigo? - este tipo empezó a reír.

- Podrías pagarnos con ella - eso me me asusto, él podría hacerlo. No nos conocíamos de nada, simplemente hubiera dicho que si.

- Que la sueltes estúpido, ¿no escuchas? - este hombre me suelta, me puse a su lado con la respiración agitada.

- La próxima no sales. - me susurró este tipo y se fue. El asesino me mira como para querer matarme.

- Te dije que no salieras del auto. - se quejó de dolor. Pase su mano por encima de mi cuello para llevarlo al auto, lo puse en el asiento del copiloto y yo conduje. Lo llevé a casa, suerte que mi madre no estaba.

- Iré por el botiquín. - le dije mientras él se sentaba en el sofá. Volví enseguida, me arrodillé para poder llegar a todas sus heridas. Estaba demasiado golpeado.

- ¿No quieres ir a un hospital? - dije preparando lo que iba a usar.

- No hace falta - trago forzadamente saliva.

- Tienes que... quitarte la camiseta... - dije algo nerviosa, se la estaba quitando, vi que se le dificultaba así que lo ayude a sacarla. Los golpes no opacaban lo bien formado que tenía su abdomen. Después de una hora desinfectando cada herida terminé. Le saque los zapatos y le acomode los pies para que durmiera un poco... puse la camiseta con sangre a lavar. Volví al sofá, me senté en frente de él mirándolo detenidamente... su cara tan... ¿Perfecta? - ya ni sé qué digo - como es que se metió en todo esto. ¿Que hay detrás de él?. ¿Quién es?.preguntas invadían mi mente, ¿y si nos metemos en líos por él?

- ¿Puedo preguntar qué pasó allí? - abre los ojos.

- Nada - dijo tratando de acomodarse

- Puedo prestarte dinero si lo necesitas - en verdad quería ayudarlo.

- ¿Por que lo harías? - ¿hola, chico?, será que quieres morir

- Me caes bien... no lo sé

- Claro. No, gracias, puedo solo.

- Como digas. - guarde silencio- me miró intrigado, a lo que solo me dio una sonrisa forzada por el dolor.

- ¿Consumes esas cosas? - volví a preguntar.

- No.

- ¿Para quién las compras entonces? - mostró su dedo índice poniéndolo encima de sus labios dándome a decir que dejará de preguntar. Cerré la boca y subí a mi cuarto. Tres horas después de mi pequeña siesta me despierta esa voz tan varonil que tiene el asesino

- ¡Allison! - grita.

- ¡Voy! - grite medio con sueño, estrujé mis ojos y baje. Estaba sentado en el sofá.

- ¿Me puedes ayudar a llegar a la ducha?

- Si - lo sostuve otra vez, lo ayude a subir hasta su cuarto. Lo deje en la cama e iba a salir.

- Necesito más ayuda. - suspire estresada, di la vuelta para verlo

- ¿Que más necesitas? - dije sin ganas

- Sácame algo de ropa - lo fulmine con la mirada.

- Por favor - dice. Satisfecha fui a buscar lo que se pondría, le elegí una camiseta grande gris y unos chorts de jean.

- Listo.

- Gracias - sonríe. Me dirigí a la cocina ya que tenía hambre. Y claro, tenía que sacar la compra del auto. Me encargué de todo eso mientras comía algo. Luego pase a ducharme. Me vestí y deje mi cabello secar al aire libre.

- ¡Allison! - repite de nuevo mi nombre, creo que me cambiare el nombre, gracias a él lo empiezo a odiar. Fui hasta su cuarto.

- Quiero ir abajo. - Vamos, ni que te hubieran cortado las piernas.

- Me duele todo. - dijo quejándose. Suspire y lo ayude a bajar. Lo deje en el sofá viendo la televisión, mientras hacía la tarea de mañana.

            
            

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