Huésped
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Capítulo 5 5

- Voy a salir a casa de alguien. - ¿pero y este está loco?

- ¿Tú crees que puedes salir, ¿así? - lo mire de pies a cabeza.

- Puedo solo. - no me digas. Pensé para mi

- ¿Ah si?, ¿ahora puedes solo? - dije algo irritada

- No puedes acompañarme. - ¿Al menos me dirás a donde vas? - el sonríe.

- ¿Debería? - dijo con media sonrisa en su boca

- .... Creo

- Ha casa de mi novia. - okey, no debiste preguntar. Deberías callarte en algunas ocasiones.

- Oh...bien. - dije sin más. El sonríe acercándose a mi... - demasiado -

- No te preocupes por mi. - su aliento resoplaba en mi rostro de lo cerca que estaba.

- No me preocupas. - sonríe de nuevo.

- Ya. - se aleja, toma su chaqueta y las llaves.

- Puedo... - me mira como si le interrumpí.

- , ¿me llevas contigo?

- Últimamente quieres andar mucho conmigo y no te conviene, bonita.

- abre la puerta. - Pues mira que gracias me das después de haberte curado tu paliza. - dije algo enojada.

- Ya te las daré en su momento. Adiós. - se va. Que mal educado, yo solo quería despejarme... mentira, quería ver quien era su novia y que traen entre manos. Me encanta el chisme. Terminé el día haciendo deberes, trabajos y demás; subí a ducharme y ponerme la pijama. En eso suena una llamada de Laura. - ¡Hola muñeca!

- Hola

- ¿Vamos a una fiesta?

- No lo sé... no tengo ánimos

- ¿En que piensas, cariño?

- Justin...

- Con mucha más razón, ponte guapa y coqueta, pasaré por ti en diez. Besos. - antes de que dijera algo la llamada había cerrado. Me senté a pensar y ya que, iré. Busque algo lindo; vestido azul muy oscuro, ajustado por encima de las rodillas, me até el cabello y me maquillé un poco. Sonó el timbre.

- ¡Hey, que hermosa estás, madre mía! - dijo dándome media vuelta. Reímos y nos abrazamos.

- ¿lista?

- Ready. - reímos. En el camino le deje un mensaje a mamá diciéndole que andaba con el asesino, que volvería antes de la doce. Al entrar disfrute al máximo de la fiesta. Bebí muchísimo. Bese a algunos chicos, no sabía que hacía en el momento... creo que está bien...

- ¿Sabías que conozco a un chico muy, muy lindo? - le dije a una chica desconocida con quién bailaba.

- No, dime - dijo riendo, también estaba ebria

- Está lleno de tatuajes, piercings... y me trae algo loca, aunque tiene novia, o eso dice él - dije mientras bailaba con una botella en la mano. Recuerdo la cara de ella... se puso un poco más seria

- ¿Ah si?, ¿como se llama? - tome un poco de mi bebida.

- En realidad no lo sé, pero es muy varonil y tiene una moto, parece de la mafia... - reí ante lo que dije. Pare de bailar cuando ella también lo hizo.

- parece que viste un fantasma - reí.

- Mejor me voy. - y enseguida se fue. Aquí hay gente rara. Bote la bebida, me acerqué a Laura para decirle que me tenía que ir, iban a hacer las una.

- Chao, me llamas en la mañana - deposito un beso en mi mejilla. Afuera trate de llamar al asesino cinco veces, la sexta fue la vencida.

- ¿Al fin no?

- ¿Que deseas? - se nota que no está de buen humor.

- Estoy un poco ebria, ¿puedes pasarme a buscar? - escuche un suspiro de agobio.

- Dame la ubicación - trate de recordar donde estaba, lo hice y le dije. Cerré la llamada y me senté a esperar en la acera. En esos minutos de pensar y pensar me eche a llorar incontrolablemente al recordar a Justin... es que por más que trate de evitarlo no entiendo porque me hizo esto... no merecía esto y menos con mi.... la que era supuestamente mi jodida mejor amiga, diablos, soy patética, muy patética. Seque las lágrimas de mi rostro pero más invadieron mis mejillas, no podía parar. Hundí mi cabeza entre mis piernas mientras me desahogaba en llanto.

- Hey. - esa voz gruesa que me tranquilizó el alma. Levante la mirada y estaba arrodillado frente a mi. Él me mira confundido.

- ¿Por qué lloras? - dijo quitando las lágrimas de mi rostro con sus pulgares fríos.

- Nada, solo vámonos. - me ayudo a levantar y caminamos hasta el auto. Abrió con sus llaves, al parecer mamá no está en casa.

- ¿Y mamá? - dije casi rompiendo en llanto nuevamente.

- Ella... dijo que iba a salir con unas amigas... - sentí en mi cuerpo que no tenía fuerzas ni siquiera para poder respirar, caí al suelo aún llorando sin poder parar.

- Hey... Alli, ¿me dirás que te sucede? - dijo tomándome de los brazos para levantarme, me recostó en el sofá.

- Nada. - suspire.

- ¿Entonces por qué estas así?

- ¿Me quieres ayudar?

- Si...

- Dame un poco de eso que vendes. - él me mira con odio y confundido a la vez.

- No te daré eso.

- Te diré si lo haces.

- No lo haré, Alisson

- Vete - se quedó viéndome por unos segundos

- ¡Que te vayas! - le grite tan fuerte que se levantó de golpe.

- Como quieras. - con rabia tomó sus llaves y se fue. Dormí por dos horas, me levante y aún tenía ese dolor en el corazón que quiero arrancar de una vez por todas, me puse una chaqueta para el frío, mis llaves y salí en busca de una farmacia.

- Buenas noches. - dije a la cajera.

- ¿Que desea señorita? - dijo sonriéndome. No lo pensé dos veces.

- Pastillas para dormir. - ¿Receta? - maldición, tengo que inventar algo

- Eh... no, son para mi madre, me olvidé de la receta en casa... perdón.

- Descuida. - las buscó y me las dio.

- Gracias. - le pague y fui de vuelta a casa. Subí a mi cuarto, me senté en la cama mientras miraba el bote de patillas detenidamente... "No tomar altas dosis de estas pastillas, o podría ocasionar un coma" Suspire y no hice caso al aviso - o más bien ese ese aviso me sirvió para lo que quería. - , saqué unas cinco y las puse en mi boca aún sin tragarlas, tome el vaso de agua, llené mi boca con él y tragué. Creo que es lo que quiero.... sentí que caí en un sueño profundo y no supe más de mi.

"Asesino" narrando.

Después de unas horas dando vueltas por la calles para ver si esta niña se calmaba un poco... como se cree que yo le iba a dar esa mierda, en fin. Volví de camino a casa. No toque ya que esperaba que estuviera durmiendo. Y así es, fui a su cuarto y estaba rendida. Cuando iba a salir mis pies chocaron con un bote de pastillas, las recogí y son pastillas para dormir... mierda. Trate de despertarla pero claramente era imposible, la tome en brazos llevándola hasta el auto, cerré la casa camino al hospital. Una vez allí le expliqué la situación a una enfermera la cual se la llevó sin decirme nada más. Maldicion pero que le pasa por la cabeza a esta chica. En verdad estaba asustado por ella, no se porque, pero lo estaba. Recordé que tenía que avisarle a su madre, le llame y dijo que venía enseguida... Su madre llegó de inmediato, le expliqué y rompió en llanto, trataba de calmarla. Cuatro horas después Cuatro horas esperando sin noticia alguna, un doctor se nos acerca y nos levantamos.

- ¿Como está mi hija?

- Logramos hacerle un lavado de estómago, ella está estable.

- Muchas gracias doctor. ¿Cuando podremos verla?

- Por hoy no, mañana pueden venir a verla. Será mejor que descansen - se va.

- Vámonos, Marina. - le dije.

- No, esperaré aquí hasta mañana.

- Necesitas dormir, vamos. - ella suspira y nos fuimos a casa.

                         

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