Mi Vecino del Frente
img img Mi Vecino del Frente img Capítulo 5 Regaño
5
Capítulo 6 ¿Dónde está el teléfono img
Capítulo 7 Pidiendo ayuda a papá img
Capítulo 8 El Veredicto y una Promesa img
img
  /  1
img

Capítulo 5 Regaño

En el otro lado de la calle, ajena a que era el objeto de la burla de su nuevo vecino, estaba Maya en una situación que, a su entender, era una crónica de una muerte anunciada, ya que lo había visto venir desde que se disfrazó.

Me encuentro mirando a mi madre y ella me devuelve la mirada. Ya llevaba un buen rato observándome desde que llegamos a la casa. Me hizo sentarme en la sala, en el "sillón de regaños", el nombre con el cual lo bauticé, porque cada vez que quería regañarme o sermonearme, aquí era donde sucedía. Aunque sea imposible de creer, yo pasaba muy a menudo por este instrumento de tortura. No sé por qué, ¡si soy un angelito! Creo que soy un alma incomprendida.

De repente, Maya sintió un escalofrío por todo el cuerpo. "Oh, por Dios, creo que mi madre ha estado hablándome por un buen rato y no le puse atención. Yo como que andaba en las nubes otra vez, creo que esto no es bueno, nada bueno."

Al segundo siguiente, el temperamento de mi madre explotó:

-¿Có... cómo te atreves a hacernos el hazmerreír de toda la comunidad**?** ¿Todavía soy tu madre**?** Parece que no, porque no respetas lo que te digo, siempre haces lo que te da la gana.

-Mamá, no exageres, tampoco fue gran cosa y no sé por qué te enojas tanto -le respondo a mi madre. Siento que está haciendo esto más grande de lo que es.

Pienso que debería calmarse; las venas del cuello parecen querer explotarle, de verdad está enojada.

-¿Acaso quieres que muera de ira? Porque si continúas con tus acciones, lo vas a lograr en muy poco tiempo, así como vas.

-Maya, quiero que entiendas algo y que te quede claro, no estoy enojada solo por lo de hoy, y sé que lo sabes. -Sé que tiene razón, aunque no lo quiera admitir, que también está enojada por lo que pasó con la señora "Pototo", aunque ese no es su nombre, solo la bauticé con este apodo, porque su voz es chillona como un comediante de las redes sociales, que es bastante peculiar, así como nuestra vecina.

-¡No fue mi culpa lo que le pasó a la señora Pototo! -De verdad me enoja que siempre mamá le crea a los demás, en lugar de a mí que soy su hija.

-No llames de esta manera a la señora Pot... Portes -rápidamente mamá se corrige y voltea la cara, pero sé que casi la llama por su apodo, es que es una señora muy graciosa, aunque ella no lo quiera aceptar.

-No debiste mojarla con la manguera, y tampoco llamarla por ese sobrenombre -dice mamá mientras me mira-. Y por otro lado, no sé a qué se debió el numerito que montaste hoy, necesito una explicación de tu parte.

-Con respecto a lo de la señora Pototo, solo estaba haciendo lo que me ordenaste -le respondo y le devuelvo la mirada-. ¿Acaso no me dijo usted que regara el agua en el patio?

-¡Cuándo te dije que hicieras eso a la señora Portes! -En este momento, la cara de mamá es todo un poema, compuesto por las diferentes emociones que se reflejan en su rostro-. Si no recuerdo mal, lo único que te pedí que hicieras fue que regaras las plantas del jardín trasero.

-¡Eso fue lo que hice! -le exclamó a mamá, para ver si por fin me escucha-. Nunca pensé que, al abrir la llave del agua, la presión provocada por esta, haría que perdiera el control de la manguera y mucho menos sabría que la señora "Pototo" estaría del otro lado de la cerca. Mamá, no soy adivina.

-¿Me estás tomando por tonta? -Mamá se pasa mucho la mano por el pelo cuando no haya qué decirme, justo como hace en este momento-. ¡Maya, la cerca te da por el cuello! ¿Cómo no vas a darte cuenta de que está ahí**? ¿No** tienes ojos o acaso te volviste ciega**?**

-¡Estaba agachada! Por eso fue que no la vi -me estoy cansando de repetir lo mismo, al pensar esto me froto la sien, siento un indicio de dolor en la cabeza.

-Dejemos el tema de la señora Portes, no vamos a ninguna parte. Ahora explícame lo que pasó hoy en la casa de los vecinos del frente -me dice mi mamá mientras me observa con bastante premura-. Quiero una explicación de tu parte y no quiero que me des tantas vueltas como lo has hecho con lo que te pregunté sobre la señora Portes.

-Mamá, simplemente no quería ir a dar la bienvenida y tú llegaste y me obligaste. Pensé que si me veías vestida de esa manera no me dejarías ir, pero tú insististe en llevarme -le digo mientras siento que me enojo aún más, porque de todo ella quiere hacer un gran lío.

-¿Qué le diré a tu padre sobre tu comportamiento? Ya no sé qué hacer contigo, por más que te hablo, tú no entiendes y sigues haciendo de las tuyas -puedo ver la gran decepción que reflejan los ojos de mamá-. Él se sentiría bastante decepcionado de tu conducta.

-¿Qué le vas a decir a papá? Total, él tampoco me va a castigar. La última vez que te quejaste, ¿qué fue lo que dijo? ¡Ya recuerdo! "Comprende a la niña que está en etapa de desarrollo" -le digo mientras trato de imitar la voz de papá-. Él siempre hace lo mismo y te deja todo el trabajo a ti, no sé para qué le preguntas.

Al escuchar esto, se enojó aún más y señalándome las escaleras, me dijo:

-Estás castigada y no puedes salir por lo que resta del mes. Y además, tienes que ir a disculparte con la señora Portes. -Quiero refutar, pero mi madre me mira fijamente, como diciéndome que me calle, que no habrá excusas que me impidan no ir a disculparme-. No quiero escuchar ni una sola palabra más, por favor, sube a tu habitación.

¡Rayos! ¡Rayos! No quiero ir a disculparme con esa vieja bruja, ya que no soy culpable de lo que se me acusa, pero mi madre no me cree. No sé qué hacer, por lo visto tendré que ir. ¡Me volveré loca!, o ya sé, ¡me enfermaré...!

                         

COPYRIGHT(©) 2022