El Deseo Maternal de la Transmigrada
img img El Deseo Maternal de la Transmigrada img Capítulo 2 Empieza la Accion
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Capítulo 6 Mi Perla img
Capítulo 7 Vuelta al Palacio Imperial img
Capítulo 8 Embarazo o no img
Capítulo 9 Hijos img
Capítulo 10 Ceremonia de los Pequeños img
Capítulo 11 Proclamando a los Herederos img
Capítulo 12 "Me has quitado su Amor" img
Capítulo 13 8 Años img
Capítulo 14 Es una niña img
Capítulo 15 Fiel Amigo img
Capítulo 16 ¿Henry es Niño img
Capítulo 17 Gritos img
Capítulo 18 Joya Roja img
Capítulo 19 No son lo que crees img
Capítulo 20 Los gemelos en el Pasado img
Capítulo 21 Recuerdos de Ares img
Capítulo 22 Divorcio img
Capítulo 23 El Acuerdo img
Capítulo 24 Una Emperatriz y una Reina img
Capítulo 25 Una Muerte otra vida img
Capítulo 26 Tres Visiones Diferentes img
Capítulo 27 Visión de los Gemelos y Ross img
Capítulo 28 Acusaciones img
Capítulo 29 Reunión Familiar img
Capítulo 30 Sombra img
Capítulo 31 Decidida img
Capítulo 32 Juicio I img
Capítulo 33 Juicio II img
Capítulo 34 Juicio III img
Capítulo 35 Juicio Fase II img
Capítulo 36 Juicio Fase II Prt II img
Capítulo 37 Juicio Fase Final img
Capítulo 38 Juicio del Divorcio I img
Capítulo 39 Juicio del Divorcio II img
Capítulo 40 Luego del Juicio img
Capítulo 41 Plan y Descubrimiento img
Capítulo 42 Fiestas de Té y Cena img
Capítulo 43 La Cena img
Capítulo 44 Paseo img
Capítulo 45 Comienza img
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Capítulo 2 Empieza la Accion

-Entren-Grite a las personas que sabía que estaban esperando en la puerta de la habitación.

En unos momentos ellos estaban dentro, los recuerdos y memorias de Tari venían a mi mente y los nombres de los empleados que eran fieles a ellas.

-Mattiu, Liza, Monter-Dije con un tono autoritario para que observaran y escucharan los demás sirvientes espías de Aisha que Tari Aishane Dixon está viva y mucho más fuerte para defender a sus hijos.

-Desde ahora usare vestidos con menos tela, mi accidente pudo surgir por ello así que dile al sastre que venga en la tarde a y también saca a los sirvientes espías de la concubina de aquí-Dije mientras señalaba a los 4 sirvientes con una pequeña risa burlona.

Los sirvientes quedaron pasmados ante escuchar mis palabras, me sentía una diosa al saber el contenido del libro y los pensamientos de Tari podía salvar a estos pequeños y irme de este maldito lugar para siempre. Si no mal recuerdo esos sirvientes eran de Aisha como regalo del Emperador, así que ella pueda ir a llorarle y el emperador venir a golpearme o regañarme, pero no me importaba no sentía una pizca de amor por él, así que estaba preparada a defenderme ante todo y todos.

-Como ordene Emperatriz-Dijo Mattiu, Liza y Monter.

-Ojalá y se hubiera muerto, Aisha será la dueña de este palacio y todo de usted pertenecerá a ella, téngale miedo a su futuro-Grito una de las espías de Aisha, mientras se la llevaban, así que di la orden de que no se fueran aún.

-Tú crees que las palabras patéticas de una basura que sirve de objeto como tú me dan miedo y que solo porque tu señora tenga a el Emperador como su perro significa que le debería tener miedo, mi bebe es el heredero primogénito, tu señora le puede dar mil hijos, pero todos se pudrirán en el olvido al igual que tú y tu señora-Dije mientras agarraba su cara y la miraba con desprecio para que se diera una idea de lo que podría ser capaz.

-Ve y cuéntaselo a esa, no necesito a un objeto desechable aquí-Dije mientras me daba la vuelta para acostarme en la cama, sé que esta no es la personalidad de Tari pero ella ya no está aquí ni en este cuerpo, soy yo y yo prometí cuidar a sus hijos.

Sentí como los pequeños se movían de nuevo, eran tan energéticos estos pequeños diablillos que no podía aguantarme las risas y el dolor al sentir que me pateaban bastante.

-Como las embarazadas aguantan esto-Dije mientras me acostaba de lado para descansar un poco y empezar con algunas estrategias para sobrevivir, poco tiempo después me quede dormida de tanto pensar, pero ese sueño no fue largo ya que escuche como las puertas de la habitación se abrían de golpe.

-Maldita Emperatriz que le has hecho a Aisha-Grito el Emperador mientras se acercaba a la cama y yo me levantaba despacio de la cama sin ningún temor hacia ese maldito, al verlo a la cara pude notar que era guapo, sus ojos de un color rojo y su cabello negro como la noche lo hacían apuesto, pero de que sirve que el recipiente sea bonito cuando por dentro es una fosa de mierda.

-Saludos al Emperador del Imperio-Dije mientras lo miraba a los ojos, algo que en ese momento él se pasmo. Se sabía que Tari nunca lo miro a los ojos, así que cambiando los gestos tímidos de Tari, empezaría a que la gente la vea como una persona fuerte.

-Contéstame, Aisha fue a el estudio llorando porque trataste mal a su sirvienta-Dijo el Emperador mientras me miraba con una cara de desprecio. Al escuchar eso, quise reírme como alguien puede ser un estúpido corriendo por las faldas de una mujer.

-Bravo, Su Majestad-Dije mientras le aplaudía y por fin soltaba mis carcajadas ante ese gesto.

Toji no sabía cómo reaccionar estaba helado ante mi actitud, nunca nadie se había reído del así que eso le hervía más la sangre, pero a la vez le apenaba.

-Contéstame tu caída te ha dejado loca, no puedo creer que mis hijos tengan una madre loca-Dijo el Emperador gritando muy fuerte.

-Cállate bastardo, tu voz es tan asquerosa que las náuseas matutinas llegan al solo verte parado frente a mí, le pido que se vaya necesito descansar para que sus hijos crezcan grandes y fuertes, para que esta madre loca no los corrompa-Dije mientras me tapaba la boca para simular que iba a vomitar, su expresión me dio mil años de vida observar cómo su cara se tornaba pálida ante las palabras de su mujer que siempre fue sumisa me encantaba tanto.

El Emperador sin decir una palabra se marchó de la habitación con una expresión en blanco al escuchar como le había respondido.

-Majestad, porque le dijo eso a su Majestad el Emperador-Dijo Liza mientras me ayudaba a sentarme en la cama.

-Solo estoy harta Liza, no quiero ser tratada como un trapo viejo-Dije mientras lagrimas caían por mis mejillas, sabía que no era yo la que lloraba era Tari dejando a el amor que le tuvo a su marido.

-Aún por todo lo que te hizo pasar aun lo amabas, eh-Dije mientras susurraba y observaba al suelo las lágrimas que caían al suelo, después de un rato Liza, Mattiu y Monter lloraron junto conmigo, sabía que ellos nunca les gusto como su señora fue tratada, pueda que lloren por alegría o por tristeza, pero llorando nos desahogabas lo que hace tiempo cargábamos en nuestra espalda.

            
            

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