-Lo he llamado para que me ayude a vestir algo cómodo por mi embarazo estoy muy incómoda usando muchas capaz de tela, puede por favor darme un papel y un bolígrafo para enseñarle lo que estaba pensando en que usted cree-Dije mientras que lo miraba con una mirada tímida.
-Claro su Majestad, aquí tiene-Dijo el sastre, mientras me otorgaba el papel y el bolígrafo para dibujar.
Ante ello empecé a crear un vestido recto pero largo con unas mangas anchas pero que serían transparentes, la tela seria seda, no se usarían 4 capaz de tela, solo pedía dos capaz pero no ralas, tela gruesa para que no se viera nada, el sastre se quedó fascinado ante el dibujo y los detalles que había escrito en el papel mientras dibujaba lo que quería.
-Quiero algo así, podrá hacerlo-Dije mientras le entregaba el papel junto a mi firma como pedido de que quería 20 vestidos de esa forma, pero de distintos colores y distintas mangas y accesorios no tan cargados solo ligeros, ya que no quería sentirme incomoda.
-Su Majestad cuente conmigo para lo que sea-Dijo el Sastre mientras me marchaba admirando el dibujo, le pedí a Monter que lo acompañara a la salida.
-Su Majestad, El Emperador quiere su presencia en su estudio, venga rápido-Dijo un sirviente del Emperador, observe mi ropa, la cual era un pijama que utilizaban solo para dormir, según las sirvientas tenía que cambiarme, pero no me importo y fui a ver que quería Toji.
Al casi llegar al estudio pude observar como el secretario personal del Emperador salía a buscarme.
-Su Majestad...Emperatriz se ve hermosa hoy-Dijo el secretario muy avergonzado para verme.
No sabía que usar un pijama era algo visto como mal en este tiempo, pero no sé por qué se preocupaban estoy embarazada así que lo más seguro es que no me quede bien.
-Me alegro, que aun estando embarazada me vea linda-Dije mientras me reía un poco al observar cómo sus orejas se coloraban.
-El Emperador...y la señorita Aisha, están dentro, he venido a escoltarla-Dijo mientras hablaba un poco bajo, después de unos momentos se recompuso y postro una mirada seria pero aun con sus mejillas rojas.
-La Emperatriz Tari Aishane Dixon, va entrando-Dijo mientras cogía de su brazo para entrar junto a él.
Al entrar pude observar como Toji y Aisha estaban juntos, observándome entrar y allí mismo estaba el Padre de Aisha, junto a el Padre de Tari, me sorprendió saber que ella tenía a su padre vivo, nunca se le menciona.
-Estoy cambiando poco a poco la historia-Pensé mientras me acercaba a saludar primero a el Padre de Tari, algo que todos quedaron perpetro, como pudo saludar primero a su padre que, a su dueño y el emperador de su país, sentía que eso decían todos, pero no me importaba.
-Tari, querida hija, escuche que estabas enferma-Dijo el Padre...no quiero decir Archiduque Dixon, padre del Emperador del Imperio Y Suegro del Emperador Z.
Al escuchar que estaba enferma me quedo observándolo un momento el suelo, en la novela explican el miedo que tenía el Imperio Z por el Imperio Y, así que Tari se casó con Toji, pero aun así el Imperio tenía miedo porque el Imperio Y era mucho más poderoso. Cuando Tari en la novela murió se dijo que fue por un resfriado cuando su padre y el Emperador que es su hermano llegaron a la capital, ella ya había sido cremada y según sus restos habían sido esparcidos en el mar porque ella así lo quería, el Archiduque y el Emperador guardaron rencor y más cuando no vieron ni a sus nietos y sobrinos hasta la edad de 16 cuando se enteran de la verdad, haciendo pagar a todos.
-Oh no padre, no fue un resfriado, intentaron asesinarme-Dije mientras hacía que las lágrimas brotaran de mis ojos, al escuchar eso pude escuchar como Aisha tragaba saliva y de reojo observe como el Emperador tembló por un momento.
-Quien se atrevió a hacerle eso a la Emperatriz y madre del heredero del Imperio Y-Dijo el Archiduque enojado observando al Emperador.
-Aún no lo sabemos, Gran Archiduque estamos buscando lo, tenía miedo por mi esposa-Dijo Toji mientras se apartaba de Aisha y se acercaba a mi para intentar tocarme.
Ante ese hecho, yo solo pude reaccionar golpeando sus manos para que no se acercara a mí. Algo que a todos los dejo nuevamente perplejos, la Emperatriz que estaba enamoraba con locura a el Emperador no quería que la tocara.
-La Emperatriz se volvió loca-Grito el Duque, padre de Aisha.
-No permito que hable así de mi hija, duque-Dijo el Archiduque observando a el Duque y acercándose.
-Emperador, le dije que se casara con mi hija no con una mujer del Imperio Y-Dijo el Duque sin un poco de miedo ante las palabras que había dicho.
En ese momento todo quedo en silencio, Aisha que tenía una falsa cara que estaba a punto de llorar y el Emperador rígido observando al Duque con una expresión de "Cállate" El Archiduque al escuchar esa palabra estaba más furioso y allí el secretario de su Majestad se acercó para calmarlo.
-Tiene algo de razón al hablar duque-Dije mientras lo observaba y tenía un tono decisivo.
-Pero-Dije mientras una pequeña sonrisa se formaba en mi cara al ver que Aisha había hecho una cara diferente a la que estaba aparentando.
-Lastimosamente su hija solo es una amante que aparecerá en los registros de Amantes, mientras esta mujer del Imperio Y será recordaba por generaciones por lo que he hecho y lo que hare, su hija solo será recordaba como el consuelo de noches del Emperador-Dije mientras levantaba mi cabeza en alto, recordando como Tari levanto su cabeza cuando fue coronada Emperatriz del Imperio Z.
La cara de Aisha se transformaba en una mueca horrible de odio, la expresión del Emperador parecía querer desaparecer en ese momento, la del Duque estaba pasmada y asustada por mis palabras y la del Archiduque una expresión de amor, ternura y sorpresa por las palabras de su hija. Observe al Secretario de Su Majestad y estaba boca abierto por mi respuesta.
-Disculpe querido esposo, no me encuentro bien iré a descansar nuestros hijos me han cansado este día y con que me desperté hace poco, estoy cansada-Dije mientras me acercaba a él y le daba un suave beso en la mejilla.
-Padre, me acompañas, un gusto pasar el tiempo con ustedes, majestad no me llame por un tiempo pasare los últimos meses de mi embarazó en el Palacio Rojo-Dije mientras caminaba a la salida.
El Palacio Rojo el lugar más hermoso del Imperio construido para las Emperatrices, Tari nunca vivió en él ya que quería estar cerca de Toji y también porque Aisha le había prohibido mudarse a él, pero ahora no me importa lo que ella diga.
-Al Palacio Rojo, Tari te dije que es mi Palacio-Exclamo Aisha mientras me agarraba del brazo para que no me fuera.
-El Palacio Rojo no tiene dueño y si lo tuviera es de la Emperadora Aloxa Bix a la que fue regalado por su amado-Dije mientras quitaba sacaba mi mano de la suya.
-Está bien Emperatriz, si eso desea empezare a decir que preparen sus cosas-Exclamo el Emperador mientras se despedía con una reverencia.
Salimos del estudio con dirección a mi habitación y mientras estamos en una distancia ya larga, el archiduque se paró un momento y me observo.
-Tú en verdad, eres igual que tu madre-Dijo el Archiduque mientras me abrazaba con cuidado por el embarazo.
Nunca se habló de la madre de Tari, así que digamos que solo se sostuve a sonreír y regresarle el abrazo.
-Cariño, has pensado en el nombre de tu hija...o...hijo-Dijo el Archiduque mientras seguíamos caminando.
-Me gusta Ares y Hades y si es niña la llamare como mi Madre-Dije mientras le daba una sonrisa.
Al decir eso el camino a mi habitación se mantuvo callado hasta llegar a mi habitación, de allí el Archiduque se marchó dejándome junto a mis sirvientes.
-Preparen las cosas, nos retiramos al Palacio Rojo-Dije mientras me acostaba un rato, todos al escuchar eso se quedaron asombrados por el hecho de ir a el Palacio Rojo claro siguieron las órdenes y empezaron a empacar, Aisha fue a tocar la puerta, pero nadie le abrió ya que todos estaban ocupados y yo me había dormido, todo lo que ha pasado en un solo día es verdaderamente cansado.
-Emperatriz-Dijo Liza mientras intentaba levantarme, gracias a ello me levante un poco cansada, aun no me acostumbraba a estar embarazada, era difícil intentar dormir en una posición que no aplastara a los pequeños.
-Dime liza-Dije mientras me intentaba sentarme, la barriga era demasiado grande.
-Las cosas están listas Su Majestad solo falta que usted se vista y nos vamos-Dijo Liza, mientras me ayudaba a sentarme.
De seguro dormir más de una hora, para que empaquen todo fue en verdad muy rápido.
-Ayúdame a cambiarme y nos vamos-Dije.
Después de cambiarme estaba lista para irme, pero alguien tocaba la puerta pensé que era Aisha, pero no era así, así que al dejarlo pasar pude observar quien era.
-Emperatriz, seré su escolta personal hasta que llegue al Palacio Rojo-Dijo el secretario personal del Emperador.
Al observarlo me sorprendió que el Emperador dejara a su secretario personal, escoltar a la Emperatriz, normalmente era fastidiado con escoltar a su concubina cuando estaba iba a derrochar todo el dinero que le daban.
-Secretario que honor que me escolté hoy-Dije mientras cogía un pequeño trozo de seda para cubrirme el cabello.
-Por favor, Su Majestad llámeme, Castiel-Dijo mientras hacía seña que pusiera mi mano para entrelazarla con su brazo.