Me levanto con los pies bien izquierdos y mi cabello pegado a la cara por la baba. ¿Es que acaso no me puedo levantar normal? Mi pijama de peppa está hecho un asco. Ah, recuerdo que anoche me quede bebiendo con los chicos en la esquina y llegue a las 4am cargada en brazos de mi papá y creo que uff, vomité.
Olí mi pijama, si, era vómito.
Que asqueroso, prometo ya no más beber así. O mejor beber solo un Gin-tonic por día. Aun así, prometido. Ubiqué la puerta de la habitación, aun siento mi cabeza como un martillo, la temperatura aquí es una maravilla, siento la brisa fría recorrer mi cara. Pero me siento con nauseas, demasiado.
-¡Papá! ¿Hay cereal? -Dije al ir para la cocina. Ubico varios alimentos y hey, encontré un pudin. Que suerte.
-Se dice buenos días y apestas monstruito -Río a carcajadas -Eso te pasa por beberte 6 botellas de cerveza. Ah era cerveza, pensé que era gin-tonic.
-Cállate y dame una aspirina -Bufé, él es mi papá-padrastro Marcus Mulligan, de ascendencia Holandesa. Yo no sé quién es mi padre y bueno, Tampoco no sé dónde se encuentra la señora que me dio a luz y ni me interesa. Hice lo mejor al irme con Marcus.
Me paso la aspirina y me la tome de golpe con el agua fría. Comí un poco más de ese pudin delicioso, aunque a mi estomago no le agrado.
-Bien, allí tienes cereal, tus hojas de marihuana medicinales y tu mochila lista, me iré a trabajar cielo, ¿qué más quieres? -Dijo agarrando su maleta de trabajo. Lo malo de estar con él es que básicamente no está mucho en casa, por eso ni yo tampoco estoy mucho aquí.
-Que vuelvas bien y te amo -Dije abrazándolo.
-Yo también te amo, pero hueles terrible, vete a la escuela se te hace tarde -Se río a carcajadas. De verdad amo mucho a Marcus, es el padre que siempre quise. Salió de la casa hacia su trabajo como abogado en una de las cortes de la ciudad. Enciendo mi Spotify dejando que la música del bombo-delicioso de mi Ed Sheeran inunde mis oídos.
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Camino entre todos los estudiantes zombis a la primera hora de la mañana, que estúpidos todos se ven. La típica bienvenida, la típica presentación. ¿Porque todo tiene que ser lo mismo? ¿No puede ser algo más variado? Bah, sin embargo, nada cambiará. El reloj marca las 11am en media hora van a despachar. Pero, sin embargo, estoy viendo las cagadas presentaciones. Por favor meteorito, ¡porque no mejor dejaste a los dinosaurios vivos! ¡Tenías que matarnos a nosotros! Cuando todo no parece ser más aburrido de la cuenta, entra a clases una persona nueva. Se nota porque conozco a cada persona aquí y bueno, este espécimen llego tarde, no tiene pinta de nerd. Un chico escuálido, moreno, bien flaco y con cabello rizado entro al salón. Parece un palillo de dientes. El profesor le pide que se quede ahí y como soy la última de la fila me pide que me presente.
Ahora es mi turno, me toca decir quién soy, otra vez. Bien, aquí voy.
-¡Hola! Soy Karrie Marie Mulligan, tratadme bien y soy su mansa paloma, tratadme mal y conocerán lo hermosa que soy, váyanse a la mierda todos. -Dije sarcástica. Más todos me miraban raro. -¿Que miran, bichos raros? -Les reclame, más ellos se quedaron quietos. El profesor solo me miro, ya está acostumbrado a mis hermosas presentaciones. Le toca el turno a palillo de dientes. Ahora ya no soy la última, sino el. Gracias destino.
-Buenos días, soy Seth, espero que este año escolar entre con buenas bendiciones, Dios nos ama tal cual somos, igual a ti Karrie, él te ama mucho -Sonrió.
¿Que?
¡Está loco o que le pasa! ¡no me mencionen a ese señor!