Guerra de princesas
img img Guerra de princesas img Capítulo 3 Episodio 2
3
Capítulo 6 Episodio 5 img
Capítulo 7 Episodio 6 img
Capítulo 8 Episodio 7 img
Capítulo 9 Episodio 8 img
Capítulo 10 Episodio 9 img
Capítulo 11 Episodio 10 img
Capítulo 12 Episodio 11 img
Capítulo 13 Episodio 12 img
Capítulo 14 Episodio 13 img
Capítulo 15 Episodio 14 img
Capítulo 16 Episodio 15 img
Capítulo 17 Episodio 16 img
Capítulo 18 Episodio 17 img
Capítulo 19 Episodio 18 img
Capítulo 20 Episodio 19 img
Capítulo 21 Episodio 20 img
Capítulo 22 Episodio 21 img
Capítulo 23 Episodio 22 img
Capítulo 24 Episodio 23 img
Capítulo 25 Episodio 24 img
Capítulo 26 Episodio 25 img
Capítulo 27 Episodio 26 img
Capítulo 28 Episodio 27 img
Capítulo 29 Episodio 28 img
Capítulo 30 Episodio 29 img
Capítulo 31 Episodio 30 img
Capítulo 32 Episodio 31 img
Capítulo 33 Episodio 32 img
Capítulo 34 Episodio 33 img
Capítulo 35 Episodio 34 img
Capítulo 36 Episodio 35 img
Capítulo 37 Episodio 36 img
Capítulo 38 Episodio 37 img
Capítulo 39 Episodio 38 img
Capítulo 40 Episodio 39 img
Capítulo 41 Episodio 40 img
Capítulo 42 Episodio 41 img
Capítulo 43 Episodio 42 img
Capítulo 44 Episodio 43 img
Capítulo 45 Episodio 44 img
Capítulo 46 Episodio 45 img
Capítulo 47 Episodio 46 img
Capítulo 48 Episodio 47 img
Capítulo 49 Episodio 48 img
Capítulo 50 Episodio 49 img
Capítulo 51 Episodio 50 img
Capítulo 52 Episodio 51 img
Capítulo 53 Episodio 52 img
Capítulo 54 Episodio 53 img
Capítulo 55 Episodio 54 img
Capítulo 56 Episodio 55 img
Capítulo 57 Episodio 56 img
Capítulo 58 Episodio 57 img
Capítulo 59 Episodio 58 img
Capítulo 60 Episodio 59 img
Capítulo 61 Episodio 60 img
Capítulo 62 Episodio 61 img
Capítulo 63 Episodio 62 img
Capítulo 64 episodio 63 img
Capítulo 65 Episodio 64 img
Capítulo 66 Episodio 65 img
Capítulo 67 Episodio 66 img
Capítulo 68 Episodio 67 img
Capítulo 69 Episodio 68 img
Capítulo 70 Episodio 69 img
Capítulo 71 Episodio 70 img
Capítulo 72 Episodio 71 img
Capítulo 73 Guerra de reinos 1 img
Capítulo 74 Guerra de reinos 2 img
Capítulo 75 Guerra de reinos 3 img
Capítulo 76 Guerra de reinos 4 img
Capítulo 77 Guerra de reinos 5 img
Capítulo 78 Guerra de reinos 6 img
Capítulo 79 Guerra de reinos 7 img
Capítulo 80 Guerra de reinos 8 img
Capítulo 81 Guerra de reinos 9 img
Capítulo 82 Guerra de reinos 10 img
Capítulo 83 Guerra de reinos 11 img
Capítulo 84 Guerra de reinos 12 img
Capítulo 85 Guerra de reinos 13 img
Capítulo 86 Guerra de reinos 14 img
Capítulo 87 Guerra de reinos 15 img
Capítulo 88 Guerra de reinos 16 img
Capítulo 89 Guerra de reinos 17 img
Capítulo 90 Guerra de reinos 18 img
Capítulo 91 Guerra de reinos 19 img
Capítulo 92 Guerra de reino 20 img
Capítulo 93 Guerra de reinos 21 img
Capítulo 94 Guerra de reinos 22 img
Capítulo 95 Guerra de reinos 23 img
Capítulo 96 Guerra de reinos 24 img
Capítulo 97 Guerra de reino 25 img
Capítulo 98 Guerra de reino 26 img
Capítulo 99 Final img
img
  /  1
img

Capítulo 3 Episodio 2

Después de tres meses de luto, los habitantes de Andaluz adornaron la ciudad de colores, flores, música alegre, bailes y comida deliciosa que era compartida en las plazas. Todos celebraban la proclamación de la próxima reina, ansiosos por saber a quién había elegido el rey antes de su muerte, puesto que nunca hubo una pre coronación ni se había mencionado a ninguna posible candidata, como era costumbre en los otros reinos.

Aquel majestuoso palacio estaba hermoseado con un tono marrón y detalles plateados, adornado de coloridos y amplios jardines. Se podían apreciar a los sirvientes bien vestidos colocados de forma estratégicas listos para asistir; guardias ceñidos a sus uniformes con nitidez; así también, columnas de mármol, cuadros finos y piso pulido. Cabe mencionar que en cada rincón se podían vislumbrar repisas con flores aromáticas, esculturas talladas a la perfección y escaleras amplias que conducían a diferentes salones; aquel lugar tenía una combinación antigua que se acoplaba en armonía con la decoración moderna. Todo allí ere lujo y belleza, olores frescos y abundancia.

Aquel día había conmoción en el palacio. El consejo estaba reunido en el salón principal; asimismo cada princesa se encontraba colocada en su lugar acorde al orden de edad y estatus. Sí, entre ellas había nivel de superioridad y autoridad, de acuerdo a quién era su progenitora.

La primera princesa, Mara Culliver de Ram, junto a su esposo el general Arturo Ram y sus tres hijos; sentados de mayor a menor. La Infanta Kia Ram, el infante Jey Ram y la infanta Dora Ram.

La segunda princesa, Rose Culliver; cuarta princesa, Kenia Culliver; quinta princesa, Leah Culliver; sexta princesa, Luna Culliver y la séptima princesa, Darah Culliver. La tercera princesa, Lorein Culliver no estaba en el salón, su puesto vacío llamaba la atención de Darah, quien miraba cada cierto tiempo el asiento.

-Como les decía -el principal de la ley y mano derecha del rey prosiguió su discurso, después de que hayan analizado la situación por varias horas y no se encontrara una solución-, ya nada podemos hacer si el rey no coronó a una de sus hijas ni tampoco dejó por escrito su decisión de quién heredaría el trono; lo más lógico sería coronar a la mayor, la primera princesa Mara Culliver esposa de Ram, quien estaría representada por su esposo, el general Arturo Culliver Ram.

Murmullos se escuchaban en los alrededores, la séptima princesa Darah se acercó al consejero y le pasó un rollo de hoja Frae, un papel delicado y valorado, donde solo los reyes más poderosos ponían sus letras. El consejero abrió el rollo y leyó:

"El reino debería ser traspasado a una de mis hijas legítimas; hijas de la difunta Reina Camile, mi gran amor".

Las princesas procedentes de la concubina Rina y, por lo tanto, nivel bajo de status entre las princesas, se miraban disgustadas, siendo obvia su oposición a esas palabras.

-Esta fue la voluntad del Rey, mi padre. -Darah exclamó con satisfacción. Miró a su hermana mayor -la princesa Mara- con complicidad-. Puesto que no hay princesa coronada, y sabemos que una princesa legítima debe reinar, entonces, la primera princesa Mara Culliver de Ram debería ser nuestra próxima reina. Todos han sido testigo de su gran sabiduría y generosidad; es una mujer arraigada a su gente y servicial, con gran experiencia en la administración, añadiendo que es la única de nosotras que está casada y ha formado una familia.

Todos aclamaban por la coronación de la primera princesa y la satisfacción en el rostro de Darah hervía la sangre de sus hermanas no legítimas, quienes apretaban los puños del coraje.

La algarabía y murmullos se fueron esfumando, al todos percatarse de la intimidante y exquisita presencia de Lorein Culliver, tercera princesa, hija no legítima del rey. Ella caminaba erguida como de costumbre, con un rollo blanco en las manos y seguida por el consejero Rooster, segundo jefe y hombre de confianza del rey.

Ella entró con una sonrisa que le heló la espina a Darah, quien la observaba a la expectativa. Ella y su hermana no tenían una buena relación y Darah trataba de evitarla y mantenerse alejada, pues sabía que era una arpía peligrosa, capaz de dañar al más poderoso sin mucho esfuerzo.

La pelirroja se paró frente a los presentes con expresión triunfal, seguida por el consejero Rooster, quien se colocó al lado de ella.

Lorein era el tipo de mujer capaz de provocarle la desgracia a cualquier hombre; hermosa y de cuerpo atractivo, sabía qué ropa usar para resaltar sus encantos. Su piel blanca hacía contraste con sus hermosos labios rojos, sus ojos esmeraldas eran hipnotizantes, sus pechos mostrados por un escote sensual que captaba la mirada de los lujuriosos y hasta los más castos. Ella echó su cabello para atrás con su mano de largas y rojas uñas, luego ladeó el rostro mostrándose malvada.

-Lamento arruinar su celebración, pero mi hermana Mara no podrá ser coronada como reina.

En seguida, la sala se llenó de murmullos por lo que ella entornó los ojos.

-La decisión ha sido tomada, no se puede refutar. -El principal de la ley replicó, mas ella sonrió con malicia.

-¿Aunque todo esto se haya hecho contra las leyes de Andaluz? -Lorein sonrió triunfante, por su parte el principal la miró confundido.

-¿A qué se refiere, princesa? -Era obvio el temblor en el hombre, quien la seguía con la mirada mientras ella caminaba por los alrededores, con pasos seguros y coquetos, como si quisiera causar dramatismo en su andar.

Ella miró al consejero Rooster con una sonrisa ladina y este asintió con ojos brillosos, ese hombre parecía su perro faldero. Rooster abrió el sello del pergamino y empezó a leer:

«Según la ley de coronación en Andaluz, una mujer no puede reinar si no está casada con un hombre noble que la represente. Entonces, deberá casarse con un caballero de la realeza que dé la cara por el reino de Andaluz».

Los demás consejeros, administradores, eruditos de la ley y maestros secundaron con Rooster, mostrando el libro de la ley y los reglamentos de coronación y gobierno. Murmullos y discusiones llenaron el lugar. El ambiente se tornó tenso, por lo que Darah se subió en una mesa de un salto y esbozó un silbido que trajo silencio al salón.

-Todavía no entiendo cuál es el impedimento. -Darah se dirigió a su hermana con mirada desafiante, más la pelirroja sonreía con malicia, disfrutando el momento que pronto se pondría a su favor.

-Pues, querida hermanita; el marido de nuestra hermana mayor, Arturo Culliver Ram, no es de la realeza. Él no podrá representar a nuestro reino.

Más murmullos insoportables se escuchaban en el lugar. Darah saltó de la mesa y arrancó el pergamino de la mano de Rooster.

Pasaron horas que parecían eternas e infernales revisando las leyes y la genealogía del general Ram. Después de la ardua revisión, todos regresaron al salón, esperanzados de que los consejeros y eruditos tuvieran una buena noticia.

La cara del principal de la ley era neutra, así que no podían descifrar por su expresión si tenía buenas nuevas. Él se paró en medio de los presentes, abrió un pergamino y lo mostró a la audiencia.

-Después de investigar las leyes y reglamentos, buscar excepciones y revisar la genealogía del general Ram, hemos llegado a la conclusión... -Tragó pesado y la tensión y suspenso llenó el lugar-. La primera princesa, Mara Culliver de Ram, no es elegible para ser coronada. Es nuestro deber ahora, elegir a la mejor candidata entre las otras seis hijas del difunto rey Culliver. -Hizo una pausa y todos gritaron a una: "¡Viva el rey Culliver!". Después de mirar a todos los presentes, el consejero principal continuó-. Pero, dado que una mujer no puede gobernar sin un hombre que la represente, debemos encontrar a un candidato de la realeza digno de reinar y unir fuerzas con Andaluz; un príncipe que pueda gobernar dos reinos y que sea capaz de hacer más poderoso a Andaluz.

El mutismo inundó el lugar. Todos se miraron con asombro y luego empezaron a aplaudir. Darah se acercó al consejero con cara de espanto y volvió a silbar para captar la atención de los presentes.

-¿Qué pasaría si la princesa elegida no quiere casarse?

-No podrá reinar. -El principal respondió entendiendo su cuestionamiento. Darah era el tipo de mujer independiente, fuerte y valiente. Ella había demostrado que una mujer era capaz de hacer lo que se propusiese sin necesidad de ser representada por un hombre. Ella odiaba esas leyes machistas y sexistas.

-¡Eso no tiene sentido! No tenemos príncipes ni familiares de la realeza en Andaluz. ¿Compartiremos nuestro reino por una estúpida ley sin fundamento? -Ella emanaba indignación y rabia. Una risa burlona llenó el lugar y Darah apretó los puños al encontrarse cara a cara con Lorein, quién se reía con sorna.

-¡Qué irónico! -Lorein espetó con diversión-. Ahora no le encuentras sentido a las leyes y reglamentos, pero sí se la encontraste cuando se leyó que solo las princesas legítimas pueden ser coronadas. ¿No es eso ser muy hipócrita? -Apretó su mandíbula y su sonrisa retorcida desapareció poco a poco.

Darah la miraba con enojo e impotencia, había usado aquella excusa de las princesas legítimas para sacarla de la jugada, pues su tercera hermana como reina, sería una desgracia para todos. Y como sus otras hermanas ilegítimas serían manipuladas por ella, era lo mismo si escogían a la segunda princesa.

Darah se mantuvo en silencio, pues no estaba en condiciones de refutar, más bien, invertiría su energía en buscar una solución. Todavía no entendía por qué su padre las dejó con aquel problema: un reino sin gobernante. No se molestó en coronar a una de ellas o por lo menos dejar su decisión por escrito. Lo peor de todo era que tenían tres reinos de enemigos y que estaban atentos a ellos, buscando cualquier brecha o debilidad para destruirlos. Miró a su primera hermana quien le sonrió para animarla; sin embargo, ella estaba consciente de que la desgracia de Andaluz se avecinaba y, que el control que antes tenían, estaba a un hilo de perderse; así también, la paz de Andaluz estaba por terminar.

            
            

COPYRIGHT(©) 2022