Capítulo 3 PARTE III CAPITULO 1

El avión aterrizo sobre la pista el aeropuerto Internacional McCarran, el calor del desierto no tardo en chocar en sus rostros, de inmediato aluda se retiró la chamarra que traía encima gracias al frio de Nueva York. Gael no tardo en posar sus ojos en la piel blanquecina de la mujer, se le antojaba mucho besarla y dejarle unos cuantos moretones marcando aquel territorio.

Ninguno de los dos dijo absolutamente nada luego de aquea confesión, por supuesto a Gael Morrisons se le endureció el miembro al escuchar que él la podía hacer temblar con tan solo mirarla, solo quería hacerla suya lo antes posible y no morir en el intento.

- Bienvenido señor Morrison. - saluda el chofer del auto. - señorita Rowter. - abre la puerta del lujoso auto dejando el paso abierto.

Ambos suben al auto y se van directo al hotel, por supuesto no tardaron en admirar la hermosa ciudad del pecado, con sus grandes casinos y edificios. Alida solo había visto esta ciudad gracias a las películas en especial ¿Qué paso ayer? Estaba segura de que si tuviera amigos hubiera sucedido algo parecido, ese era un aspecto de su vida que debía cambiar ya que nunca fue muy sociable a raíz de lo sucedido con sus padres.

Pudo observar como el auto se detenía en el lujoso hotel Caesars Palace el cual tiene una temática de roma, admiraba con ilusión todo a su alrededor, todos aquellos detalles que la transportaban a aquella época, tan siquiera un poco.

- Alida. - su jefe llama aclama su atención. - este es el número de tu habitación, nos encontramos en la misma planta ya que no te quiero tener tan lejos de mí, tienes 1 hora para descansar y cambiarte de ropa si quieres. - le tiende la tarjeta de la habitación y la toma.

- Si, necesito una ducha y recostarme un poco.

- Primero las damas. - Ambos entran al elevador en un incómodo silencio.

Morrison no dejaba de pensar en las palabras de Alida, le gustaba que ella se sintiera tímida ante su presencia, pero luego de su confesión se ha retraído un poco, no quería asustarla con todo a lo que él le gusta, no le gustaría infringirle tanto dolor que recuerde a lo que vivió con sus escritos padres, así que lo mejor será permanecer lejos de ella y no meterla en todo este mundo que ha el tanto le fascinaba.

La tan preciada hora de descanso se pasó muy rápido, Alida opto por utilizar un vestido que se pegaba a su cuerpo dejando a la luz sus curvas, se maquillo un poco resaltando sus labios con un color rojo, muy atrevido para ella, pero se encontraba en la ciudad donde todo se odia hacer ya que todo lo que sucedía en las vegas se quedaba en las vegas.

Antes de salir de su habitación tomo todos los papeles que necesitaba para dirigirse a la habitación de su jefe, pero sus pasos fueron interrumpidos cuando lo vio salir vestido de forma impecable, con un traje de tres piezas de color azul oscuro haciendo que el color de sus ojos resaltara aún más, sus piernas comenzaron a temblar, para evitar caerse se recostó contra la pared. Maldijo una y otra vez ante perder todo el control de su cuerpo dejándose llevar por todas las hormonas revoloteando en su sistema.

- Debo confesar que siempre me ha gustado la forma en como la ropa se ciñe a su cuerpo. - habla Gael viendo de arriba abajo a Alida, esta de inmediato se sonrojo bajando su mirada, una parte de su cabello callo al lado de su rostro. Morrison hace a un lado la mata de cabello colocándola detrás de su oreja para luego proceder a levantar el mentón dela chica. - quiero que ahora en adelante me mires a los ojos Alida. - susurra cerca de su rostro. Los labios de Alida se entre abren para luego morderlo ligeramente. - ay mi pequeña Alida no sabes el gran poder que tienes.

Gael se aleja de ella para dirigirse al elevador, debió respirar una y otra vez para calmar el furor que corría por sus venas. Alida no sabía el poder que tenía sobre él y Gael quería que ella lo notara, pero sin llegar a ser acoso.

Al llegar al primer piso se encontraba el mismo chofer que los había recogido en el aeropuerto, ahora iban de camino a Strabus SA. El próximo a ser nuevo socio de Gael Morrison.

- Antes de llegar a Strabus quiero decirle que Miguel es bastante insistente y si en dado caso usted se llega a sentir incomoda me lo notifica de inmediato.

- Está bien.

- Lo digo muy enserio, si te llegas a sentir muy incómoda de inmediato nos iremos.

- Señor Morrison, debe cerrar este trato y lo sabe porque es muy importante para la empresa esta nueva alianza. Si en dado caso este señor se llega a propasar yo misma lo detendré.

- Eso espero Alida, debes enfrentarte a lo que te enseñaron.

Iba a ser bastante complicado enfrentarse a sus verdaderos temores ya que muchas veces lo intento a lo largo de sus 25 años, su padre fue el primero, pero lo que recibió a cambio fue una gran bofetada y una mejilla bicolor, cubrirla fue toda una odisea, pero siempre lograba taparla con su cabello. No comprendía como su madre sigue soportando lo machista y déspota de su padre, pero después de todo ella sigue los mismos caminos de mi abuela.

Strabus SA. Es una empresa muy minimalista, lo simple siempre se verá mucho mejor que lo extravagante, los colores predominantes del lugar eran el Beige y el blanco, mientras que sus trabajadores tenían un uniforme color negro, absolutamente todos lo tenían.

- ¿les gusta? - un hombre aparece en el campo de visión de Gael y Alida, se notaba que tenía unos cuantos años de edad más avanzados que ellos.

- Strabus. - Gael le tiende la mano al hombre y este la toma.

- No me llames así Gael, nos conocemos desde hace años y creo que ya hay la suficiente confianza como para tutearnos. - el hombre coloca su brazo sobre los hombros de Gael. - ¿Quién es esta preciosura?

- Es "MI" asistente.

- Mucho gusto señor Strabus, soy Alida Rowtter. - tiende su mano

- No me digas señor, dime Miguel. - Miguel toma su mano y se inclina para besarla. Alida muy incómoda baja su mirada y Gael de inmediato interviene.

- Mejor Empecemos la reunión.

- Sabes que debemos esperar a Leonel y Mohamed, no te preocupes, no tardan en llegar. Pero cuéntame linda ¿Por qué trabajas con este gruñón?

- Señor Strabus si no me va hablar con cosas respecto al trabajo será mejor que no me dirija la palabra, ya que mi vida personas no le interesa. - Gael sonrió satisfecho cuando Alida respondió.

- Difícil, eso me gusta. - le guiño el ojo.

- Deja de acosar a la señorita Miguel. - Mohamed y Leonel aparecieron. - lamento el comportamiento de mi amigo no todos somos así. - dice Mohamed.

- Ya basta y comencemos con el trabajo. - dice Gael.

Todos se ubican en sus respectivos asientos y Alida junto a su jefe.

Tomo nota de absolutamente todo de lo que sea habla sin dejar ningún cabo suelto, agradeció a todos los santos haberle dado una memoria tan prodigiosa ya que no se le olvidaba lo que cada uno de los hombres decía.

Obviamente el trato se cerró y Miguel no tardo en proponer una celebración, por la noche irán a una discoteca muy aclamada de la ciudad, incluso muchos famoso recurren a aquel lugar para divertirse, Alida no estaba muy convencida de aceptar la salida ya que la música en un alto volumen y el alcohol no van con su estilo de vida.

- Espero verte de nuevo linda. - Miguel cierra la puerta del auto con una gran sonrisa en su rostro.

- Definitivamente no se da por vencido. - Bufa.

- Te dije que Miguel es muy insistente. - responde. - debo decir que me gusto la respuesta que le diste.

- Ya estoy un poco harta de los machitos. - se encoje de hombros muy orgullosa de lo que dijo su jefe.

- Espero que hagas lo mismo en la discoteca.

- Con respecto a eso señor Morrison, no estoy muy convencida de ir.

- ¿Por qué? ¿Qué sucede?

- No soy fanática de las discotecas, bulla y el alcohol.

- Si mal no estoy tomaste vino cuando veníamos en el avión.

- Pero solo fue una copa, y no me emborrache, en cambio las discotecas y estos tipos de establecimiento te llevan a emborracharte.

- ¿hablas tu o tus padres? - Alida no dice absolutamente nada, mientras que se recrimina intentando investigar la respuesta.

- Es solo que... yo... es muy difícil Gael.

- ¿alguna vez has pisado una discoteca?

- No. - igualmente Alida niega con su cabeza.

- ¿entonces?

- No tengo amigos, cuando era adolescente no experimente esa adrenalina de falsificar un documento para poder entrar, las personas a mi alrededor se alejan de mi como si tuviera alguna enfermedad contagiosa, y lo tenía realmente, todos les temían a mis padres por los cascarrabias que eran, pero ya no quiero dar lastima con lo mismo, quiero dejar el tema de mis padres fuera de mi vida para siempre.

- Entonces empieza por esto, vamos a la discoteca, te tomas una o dos cervezas disfrutas del ambiente ¿te parece? Además, yo estaré cuidante.

- Me lo pensare.

- Está bien, ya es tu decisión, pero estaré en el elevador a las 10pm.

La noche callo y las luces de las vegas comenzaron a surgir, desde el hotel Alida podía ver a la imitación de la torre Eiffel lo cual la motivaba mucho a querer salir y recorrer la ciudad. había decidió ir a la dichosa discoteca, por primera vez en su vida iba a pisar uno de esos lugares de los cuales tanto le recriminaron de no ir.

Se vistió acorde a su pensar tratando de no verse como una mojigata se maquillo y luego salió al pasillo justo a las 10pm, como Gael lo había prometido él se encontraba allí, con un pantalón negro junto con una camisa del mismo color, el peinado hacia atrás pero también un poco rebelde.

- Viniste. - dijo Gael al verla de arriba abajo mientras que la veía modelar hacia él.

- Es momento de arriesgarse ¿no?

- Tienes toda la razón señorita Rowtter. - las puertas del elevador se abren y ambos entran.

            
            

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