Capítulo 2 CAPITULO 1

CAPITULO 1

[LA PUERTA AZUL]

La ciudad, un lugar tranquilo y peligroso para quién no la conoce bien - ¡Termine! – Exclamó una niña de cabellos largos y de color café y ojos del mismo color con un toque miel, delgada y de ropas desordenadas. Ella era una inocente niña de solo 8 años, si solo 8 pequeños años. Su familia se acaba de mudar a la cuidad. Cerca de esta ciudad había un pequeño pueblo aun lado del bosque - Hija baja. La comida esta echa- hizo anuncio la madre de la niña, la cual salió corriendo agarrando su conejo, que misteriosamente apareció una semana después de que se mudaran.

Ella era linda nadie lo negada pero era demasiado inocente para ver tras el corazón de una persona. Aún era pequeña - Siéntate pequeña – obedeció a su padre, la pequeña niña de nombre aún desconocido -Esta delicioso - chilló la niña con boca en la comida – He he disfruta pequeña Miriam- dijo su madre sonriendo a su pequeña de nombre Miriam y a su marido dándole un corto beso en su mejilla derecha.

El día continuo normal con esta familia en particular, al igual que en la cuidad que era la misma de siempre caos y orden al mismo tiempo. El pueblo tranquilo y el bosque silencio.

La noche recorrió la ciudad trayendo, a todo tipo de personas, algunas se preparada para dormir, otras para asesinar, para beber y drogarse hasta no poder más. Así sucesivamente. La pequeña Miriam se acostó en su cama y abrazó fuerte a su nuevo amigo (Sr. conejo) fue el nombre que le dio a este ser de algodón; su padres la arroparon y le dieron el beso de las buenas noches lo mas tipo de una familia normal.

La puerta del pequeño ropero cambio de color a un azul celeste, con tonalidad marina de ahí salió un hombre no mayor a los 25-30, con un traje refinado y un pequeño sombrero, cabellos rojo fuego y ojos amarillos con tonos verdes - pequeña, pequeña, chiquita, despierta – le susurró al oído el pelirrojo a la pequeña

- ¿qué pasa Jasón? Ya vamos a jugar – dijo Miriam que despertada de su sueño y tallándose un ojo.

-Si mi pequeña Miriam. Te tengo unos regalos muy especiales en mi taller. También nos acompaña un amigo- ahora hablo el nombrado Jasón así la pequeña que se ponía sus zapatos de araña, regalo de su prima

-Entonces vamos Jason. Quiero jugar contigo – mascullo Miriam saltando de la cama y tomando la mano de Jasón para dirigirse a la puerta azul.

Ellos se adentraron por aquélla puerta azul, hacia un lugar desconocido.

                         

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