Llegan sus amigos, mientras hablan, mi amiga Susana que está detrás de mí me hala el cabello.
-¡Oye! Que grosera -le digo.
-Grosera tú.
-¿yo por qué?
-Porque él te preguntó como estabas y respondiste, pero no le preguntaste a él como está.
-No había necesidad de eso, lo veo muy bien.
-Es cierto, se ve muy bien, le luce el traje, pero al menos le hubieras dicho: ¡Oye, te vez bien hoy ¿acaso vas a una fiesta? ¿me llevas? o ¿nos llevas?
-No haría eso. Además, pensaría cosas que no son.
-¡Que aguafiestas!
-Él tiene novia, ¡ojo! Si ella te escucha no sé como te vaya a ir.
-¿Tiene novia? Digo, no es que me interese él, pero no sabía ¿Quién es?
Llegan nuestros profesores a iniciar la clase; cierran la puerta cuando escuchamos unos golpecitos, vuelven a abrir.
-¡Hola! Me enviaron aquí.
Esa voz se me hace conocida.
-¡Claro! Sigue -abren bien la puerta para que pueda entrar.
Me fijo en la chica que habló ahorita, ¿Ana María?, está maquillada, se ve totalmente diferente sin uniforme, pero es ella. Cuando me ve, me sonríe, bate su mano saludándome y busca una silla en la parte de atrás.
...
Al terminar la clase me pongo a hablar con varios amigos, y cuando salimos de la iglesia, la veo saliendo de camino a la tienda, me apresuro para llegar a ella.
-¡Hola Ana!
-Hola, me asustaste.
-Lo lamento. Oye, ¿Es la primera vez que vienes? no recuerdo haberte visto antes.
-¡Así es! Es la primera vez. Vine porque a mis padres les llamó la atención venir ¿quieres un café? está haciendo muchísimo frío -me señala la tienda.
-Bueno gracias, de paso esperamos a que salgan los demás.
Entramos a la cafetería, pedimos dos cafés, entran unos chicos, ella me habla, pero riega el café por estar mirando donde están ellos, volteo a verlos y me doy cuenta de que uno de ellos la mira. Ana María está super nerviosa e intenta limpiar con las servilletas, pero afortunadamente llega alguien que trabaja en el lugar para ayudar.
-Se llama Felipe. Si quieres te lo presento.
-¿Qué? ¿Acaso lo conoces? ¡Espera! Yo no sé de quien hablas.
-Tú lo miras, el te mira. Son bastantes obvios.
La veo ruborizarse.
-Sí, bueno no sé. La verdad no creo que mis papás me dejen salir con alguien como él, no sé si me entiendas: mis papás son muy estrictos conmigo y como soy hija única me sobreprotegen y él ... con su forma de vestir da la impresión de que sale mucho, de seguro no es juicioso, debe traer a más de una haciendo fila.
-No me consta o al menos jamás lo he visto con alguien, bueno, hablando, nada raro, aunque tampoco es que me la pase espiándolo. Así que dime ¿te lo presento?
Duda.
-Ana, no puedes pretender estar en esa burbuja de cristal en la que te tienen, él no es malo. Tendrá sus cosas malas, pero no es trágico. Además, solo te lo voy a presentar, ya lo que suceda en adelante en cuestión de ustedes.
-Ya se fueron.
-¿Enserio? -reviso el lugar y sí. Se han ido.
-Voy a pagar.
La espero afuera mientras lo busco con la mirada, pero no lo veo.
-Listo, vamos -me dice ella.
-¡Ya lo vi! Está justo en frente de la iglesia.
De repente ella empieza a reírse duro -Tú eres muy chistosa, me alegra haberte encontrado aquí -dice en un tono bastante alto y se sigue riendo.
¿? ¿De qué se ríe?. Me percato que ella intenta llamar la atención de él y lo logra, él ahora sabe que estamos cerca, otra vez.
-Terminemos con esto -la tomo del brazo y la llevo donde él.
-¿Qué vas a hacer?
-Odio cuando la gente no aprovecha las oportunidades, además después me lo agradecerás.
Llegamos donde está él con sus amigos.
-Hola -los saludo.
-Hola Lorena -todos saludan.
-Nos vieron en la cafetería y no se acercaron a saludar, ¡que malas son! -habla Carlos.
-¿Disculpa? Si ustedes son mayoría.
-No, que tal. De pronto espantamos a tu amiga -dice Felipe quien no despega su vista de Ana.
Nos reímos.
-Ella es Ana María, es la primera vez que viene.
-¡Hola! -Ella los saluda y viceversa.
-¿Así que es tu primera vez? -le pregunta Felipe.
-En venir ¡Sí!, primera vez.
-Espero que vengas seguido y así pueda conocerte bien.
Siento que sobro, aunque los demás me hacen la plática, así los dejamos a ellos para que hablen.