Capítulo 2 Capitulo

1492 se dio paso al descubrimiento de América, en donde los españoles tomaron las riquezas de esta tierra maravillosa y bendecida. Luego de apoderarse de las tierra formaron ciudades donde comenzaron a vivir.

Años mas adelante una agrupación de indígenas que se encontraba en las profundidades de la selva fue asaltada por soldados españoles. Valiéndose de una corona y de la iglesia católica, se adueñaron del territorio. Estos mismos soldados, aprovechándose de una orden, violaron, mataron y secuestraron a mujeres indígenas.

Una tribu de indios que se encontraba protegida por la misma selva, que se localizaba en las profundidades de esta, más allá de una cascada llamada "El Salto Ángel", un nombre que se le dio años más tarde, que ayudaba a la inaccesibilidad del pueblo.

Se dice que en esa época un soldado español violó a una india de esa tribu, y aunque el cacique quiso matar al hombre, los monjes de un monasterio hicieron un trato con él y la tribu. Que al nacer la criatura, sería entregada a las autoridades de la iglesia. La india Yuri y su padre el cacique tuvieron una conversación los dos sobre aquel trato.

-No voy a entregar a mi bebe cuando nazca. Nunca lo haré -dijo Yuri a su padre.

-Pero, hija, es lo mejor para nuestra tribu. Si no, seremos asesinados todo -explicó él con cierta tristeza oculta. Yuri se echó a llorar.

- Padre, sé que este bebé es producto de una violación -trató de razonar entre lágrimas-, pero es mi sangre. ¡Es tu sangre!

- Por favor hija se que es mi sangre, pero son más fuerte los españoles que nosotros.

- Si, porque para ellos no somos nada más animales.

- Ellos no entienden nuestra cultura, ellos son de otra cultura hija.

- Ya dije que no voy a entregar a mi bebe.

- Piensa en nuestra tribu Yuri, en todos nuestros conocidos en nuestra familia, en tus hermanos. -Yuri pensó en ellos como podía abandonalos de esa manera entonces reflexiono.

- Voy a morir a entregar a mi bebe padre, sera un dolor tan grande en el corazón.

- Lo se mi pequeña y para mi también lo sera. Su padre la abrazo en ese momento.

La criatura terminó naciendo, y aunque todos sabían que era una mestiza entre un blanco y una india, lograron hacer una alianza con los monjes del templo para que se quedase con ellos mientras ella crecía y cumplía la edad para irse de la tribu.

La niña había nacido con un egtima de ser parte indígena y parte española, pero sería una esclava de nacimiento hasta el día de su muerte. Incluso siendo así, la pequeña formó parte del estatus del linaje directo siendo hija de una princesa, y la nieta del cacique de la tribu Nomaknatut. El nombre que se le dio fue Selva, que significaba "la diosa del bosque", para que nunca olvidase sus raíces.

Al pasar los años, aquella niña crecía y crecía, y al mismo tiempo aprendía más sobre sus raíces, pero no podía explicar el por qué ella era tan hermosa pero tan diferente a las demás de su tribu. Su color de piel, de ojos, de cabello... No era como el resto de indias.

- ¿Por qué soy tan diferente que las demás chica de la tribu? -preguntaba curiosa a su madre.

- Ya, mi pequeña, no le hagas caso -respondía ella entonces-. Tú eres única. Eres mi sol y luna, Selva.

- Oh¡ Madre cuanto amor así mi, soy tu única hija.

- Eres mi hija mi bebe hermoso, mi dolor de verte partir algun lo llevare por siempre.

- No te preocupes madre, así me vaya lejos siempre te llevare aquí en mi corazón. -Selva le señalaba con el dedo indice el corazón de su madre y el de ella.

- Por siempre mi hija bella, mi diosa del bosque.

Mientras crecía, sus rasgos físicos iban cambiando. Un mestizaje hermoso de piel canela; de ojos verdes, como la esmeralda; de cabellos lacios, pero ondulados en las puntas, de color azabache como la noche misma. Su personalidad extrovertida, alegre, divertida... Como la selva indomita.

Pero, por ser hija de un soldado español, su destino estaba lleno de esclavitud e incierto. Su vida ya no sería la misma al salir de la selva y viajar a otro lugar, en dónde sería vendida como esclava. Sus últimos días en la selva los pasó recorriendo cada lugar donde vivía. Sabía que si escapaba su familia y tribu correría las consecuencias de su imprudencia.

- Recordaré estos momentos hermosos de este lugar. De mi tierra, de mis orígenes.

- Selva, ¿en qué piensas? Es hora de regresar. Estamos lejos de la tribu.

- Espera un momento, Yurubi, quiero llevarme este recuerdo y no olvidarlo nunca. -Le decía a su amiga.

            
            

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