- Santi ¿No sientes ni un poquito de nervios? - cuestiona.
- No Alexa, duerme - respondo con voz sosa.
- Oliver - ella se da la vuelta y pone sus brazos al rededor de mi cuello.
- mmm
- Tengo miedo - espeta con voz quebrada, mientras hunde su cabeza en mi pecho, yo la abrazo con fuerza y luego sujeto sus mejillas en mis manos y la miro directamente a los ojos.
- Mi niña, todo va a estar bien... no temas, por eso quiero que te quedes y cuando todo termine volveré por ti.
-No, ya sabes mi decisión... Yo voy contigo.
- Alessandra - hablo alzando la voz y con seguridad.
- cállate gruñón - grita ella y besa mis labios, correspondo a su beso y cuando el ambiente se comienza a poner más intenso la intento alejar pero ella se negó, con todas sus fuerzas lucha contra mi y logra ponerse sobre mi cuerpo, mi masculinidad reacciona al roce de su cuerpo y ella me provoca más.
- Alexa - jadeo - no tengo nada que ofrecerte por favor no me hagas esto.
- yo quiero ser la princesa que te rescata de tu tormento y si no puedo hacer eso entonces enfrentaré la tormenta contigo... - Jadea y luego me mira a los ojos, su respiración era inestable y de sus mejillas comenzaron a rodar sus lágrimas - no te estoy pidiendo nada, ni siquiera un compromiso solo quiero ser tuya, quiero sentirte mío... Llevo años deseándolo, por favor - súplica y su llanto rompe mi corazón, con un sentimiento de tristeza e impotencia me levanto y me siento sobre la cama, me sentía enfadó conmigo mismo tal vez debería quedarme con ella y dejar de ser tan rencoroso y testarudo, apreté mis puños sobre mis rodillas tratando de pensar con claridad, Alexa se acerca hasta mi y se aferra con mucha fuerza a mi espalda.
- ¿Por qué no entiendes que quiero ser un maldito con todos? - Alzó la voz y todo mi cuerpo se tensa, luego respiro profundo y dejó salir el aire con los ojos cerrados - Menos contigo - suavizo mi voz como si estuviera hablando con el ser más tierno sobre la tierra y es que ella es ese ser - a ti te quiero protejer con mi vida, no puedo ser yo quien te daña, no quiero lastimarte en el futuro - después de decir eso la aparte con todas mis fuerzas y fui a darme una ducha de agua fría, tenía bien claro mis objetivos y no podía debilitarme por mi amor hacia Alexa, además si le hago el amor le daré esperanzas y alimentaré su amor y mi peor temor es no lograr mi objetivo y morir en el intento, si eso pasara le romperé el corazón, pero si todo sale bien la haré mi esposa y convertiré ese amor de hermana en amor a mujer.
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A las 5 de la mañana salimos hacia el aeropuerto, nadie dijo nada y seguimos sin hablarnos, cuando llegamos a Estados Unidos, me adelante y ella venía enfadada por sus maletas, era gracioso su cara de fastidio, subimos al taxi y aún no me quería hablar, vamos a vivir en un mismo edificio pero en diferentes departamentos, estar de nuevo en la ciudad me hacía sentir nostalgia, todo era diferente a lo poco que recuerdo y lo poco que conocí, cuando llegamos a nuestro edificio Alexa subió al ascensor y se dió la vuelta para no verme, sonreí con su reacción tan infantil, la envolví en mis brazos y comencé a darle cosquillas en las costillas, se que a ella no le gustan, Alexia gritaba para que me detuviera pero no la deje, la hice sonreír. La deje en la puerta de su departamento y le di un beso en la frente.
- un día todo esto terminará y solo entonces tendré algo que ofrecerte, me haría muy feliz que fueras mi mujer pero si en el camino te topaz con alguien más no dudes en aprovechar la oportunidad - decir eso me llenaba de celos, no la veía sonriendo ni besando a otro hombre - no dejes de vivir por culpa mía.
Alexa mi pequeña niña traviesa es toda una mujer, hermosa, sexy, con caderas tentadoras y labios que enloquecerian a cualquiera, sin duda tendrá más de una propuesta de matrimonio.
Fingía fortaleza y valentía frente a Alexa pero en realidad si estaba nervioso, algo de ese niño temeroso se quedó en mi, quería detenerme pero esa maldita debe pagar por toda su maldad y no voy a permitir que se quede con todo lo que era de mis padres.
Por la mañana me levanté muy temprano, me duche, me afeite y me puse uno de mis mejores trajes, un traje completo color negro marca Armani, ajustado a mi cuerpo dejando resaltar mi torneada figura, zapatos Alden color café, reloj F.P. Journe con diamantes incrustados, por último peine mi cabello hacia arriba y sonreí al ver mi figura frente al espejo, tomé mi cartera y las llaves de mi auto Aston Martin Valkyrie todo patrocinado por el abuelo de Alexa, sin duda tengo mucho que pagar.
Pase por Alexa quién lucía un vestido rojo ajustado y haciendo justicia a sus perfectas curvas, sus labios también de un color rojo haciéndolas ver totalmente apetitosas, zapatillas negras y de una altura que solo ella podía controlar - perfecta - susurré mordiendo mi labio inferior.
- Ni se diga de ti, siempre he dicho que eres un príncipe - puso su mano en mi brazo y nos dirigimos a la cita con el abogado, con ella a mi lado me sentía fuerte y valiente, está hermosa mujer se merece el mundo a sus pies.
La junta con el abogado Angel Ferrer tardo al rededor de dos horas, el idiota de ojos marrones lucía nervioso al lado de Alexia y más cuando hacía contacto visual con ella, y Alexa se sonrojaba con la mirada de ese estúpido, me sentía molesto por su reacción, pero trate de lucir bien, no quiero que se pierda de esos detalles de la vida solo por estar esperándome, celoso y todo pero al final todo se soluciono, nos dió el triunfo, de nuevo sujete la mano de Alexa y nos dirigimos a la empresa Cooper, el imbécil del abogado parecía confundido, debe pensar que es mi novia, tiene que entender que no es competencia para mí.
Al llegar trague saliva para pasar ese nudo que había aparecido en mi garganta, al recordar el esfuerzo que hicieron mis padres para construir todo esto.
A mi lado derecha iba Alexa y a mi lado izquierda el abogado iluso, causamos impresión cuando nos vieron, era como de película nuestra entrada triunfal, caminaba con la espalda erguida y la frente en alto, todos mis pasos eran firmes y seguros, me asegure de que la seriedad en mi rostro fuera intimidante, daba el aura de un hombre imponente y autoritario, todos voltearon a vernos y solo hubo una secretaria la que se acerca a preguntar en qué podía ayudar, Alexa le dijo que quería hablar con el representante legal de la empresa, en cuestión de un par de minutos frente a mis ojos tenía a la mismísima bruja, por mi cuerpo recorrió un escalofrío, un odio acompañado de náuseas aparecieron en mi estómago, mi corazón aumentaba sus latidos mientras que mi mente trataba de mantener mi sangre fría, sería un error si salto a su cuello y la asfixia con mis propias manos, su sufrimiento sería demaciado fácil.
Victoria lucia diferente a como la recuerdo, apuesto a que por las múltiples cirugías que se ha hecho para no verse vieja, la mire con discreción, lucía un vestido negro ajustado a su cuerpo delgado y bien proporcionado, zapatillas rojas tan altas cómo las Alexa, tiene cómo 40 años y aún esta todo en su lugar, parece de 30. Lucía elegante tanto que parece educada, sus ojos azules se posaron en los míos y elevó suavemente la comisura de sus labios, sus cabellos amarillos aún lucian iguales, ahora entiendo porque su belleza cautivó a mi padre, es una maldita bruja que sabe muy bien como camuflajearse... -Tu suerte cambio- le sonreí de medio lado miemtras recorrí con mi mirada su cuerpo, en milésima de segundos sus mejillas se sonrojaron, podía ver cómo sus voluminosos pechos subían y bajaban con rapidez, apuesto a que con una sola mirada se mojo más de lo que debía.