Capítulo 4 El comienzo II

Calipso nota la mirada de aquel joven y comprende que el que mira con asco a la señorita Calipso, -la verdadera dueña de este cuerpo-, es el joven Jame de Brown, un joven muy guapo según lo describe en el diario.

-He visto hombres más guapos - hablo mientras pensaba en aquellos hombres guapos y musculosos que las acompañaron junto con su amiga Natalia en aquel recorrido.

Se alejó y regreso a su dormitorio, se dio cuenta de muchas cosas, está en una época que no es de ella -exactamente dos ciclos atrás a la de ella- y que está en un cuerpo de otra persona que tiene una autoestima muy baja, además de eso le enseñara a ese estúpido joven por rechazar a la verdadera Calipso por ser gordita, lo que se pierde. Pensó.

Al día siguiente ella despertó temprano, un habitó que tenía desde pequeña, pues su abuela siempre le decía: El que madruga Dios lIue ayuda, pero este cuerpo no está de acuerdo con ese refrán ya que le costó mucho tiempo levantarse de la suave cama hecha de plumas.

Se desvistió y se miró en el espejo de cuerpo completo que tiene el dormitorio, esta vez sí se miró mejor el cuerpo, una mueca se le formo en el bello rostro, en serio que es obesa.

Su rostro es hermoso, su piel blanca y suave, ojos almendrados y cabellera larga y de color castaño claro, pero no le gusto ver su cuerpo, en verdad que necesita urgente hacer ejercicio, además de eso leyó en el diario que tengo 15 años y que en un año cumple 16, eso significa que me presentare ante la sociedad en un año.

Un sonido de afuera la saca de sus pensamientos, rápidamente recoge el pijama y se lo coloca con un poco de dificultad antes que la otra persona abra la puerta.

-Ya de has levantado querida -sonríe la mujer.

-Sí, buenos días- saluda.

La empieza analizar discretamente, su cabello es castaño claro como el suyo además de eso tiene los mismos ojos almendrados.

-Vamos querida, no es necesario tanta formalidad, entre la familia- asiente con la cabeza y le sonríe.

-Si.

-Bueno querida de dejo que termines de cambiar, de esperamos para desayunar.

Después la Marquesa salió del dormitorio dejándola incomoda, en una de las páginas del diario de la antigua dueña del cuerpo, relata que la Marquesa de Hamilton es su tía de parte de su madre, un sentimiento de tristeza se instala en su pecho, sabe que su tía es la melliza de su madre ya que son muy parecidas en color de piel y cabello, menos sus preciados ojos.

Ya en el carruaje sale, quiere saber en qué lugar esta y en qué año se encuentra, por una extraña razón siente que ya se ha acostumbrado a esta nueva vida a pesar de que hace pocas horas despertó en este cuerpo, en el mercado de las maravillas; un nombre muy extraño pero a la vez lógico por lo objetos que se puede encontrar en este mercado, ya que se puede encontrar con una variedad de objetos: como perfumes de todo los olores hasta las más finas y hermosas sedas, un lugar increíble para encontrar objetos que uno no ha visto.

-Esto es increíble- murmuró.

Pero al ver la gente moverse de un lado a otro, se dio cuenta que las personas que pasan por su lado la miran con superioridad y hasta con asco. Miro su vestimenta y miro a las damas que pasan por el lugar con una sombrilla para no quemar su delicada piel, pero lo que más observo es la hermosa figura de algunas damas, su cintura pequeña le da una sensación de envidia.

-Es hora de empezar a cambiar- se dijo a sí misma como modo de apoyo.

Empezó a caminar alrededor de los puestos viendo las maravillas que tienen que ofrecer a los compradores, hasta que escucho un ruido y un grito diciendo:

-Ayuda.

Ella por reflejó se alejó del lugar, se asombró al ver un hombre que está a punto de caer, sus manos agarran con fuerza una tela roja que lo sostiene, al ver bien miro que la tela no resistiría el peso del hombre.

La tela se rompió y el hombre grito, sus ojos se agrandaron al sentir un sentimiento de impotencia, pues se siente inútil al no poder aquel hombre, cuando de repente sintió una brisa cálida y después al hombre flotando.

-Es esto magia.

Quedo perpleja al ver esta acción, nunca ha visto magia y tampoco creía en ella, pero al ver esto pensó que su vida ha sido una mentira, o será que está en un universo diferente al de ella.

Se fue del lugar buscando el carruaje y ver a su criada personal trayendo una hermosa tela azul claro, esta al verla sonrió.

-señorita.

-Quiero ir me. - interrumpió para después subir el carruaje, la criada se sorprendió y miro triste el carruaje, pensó que otra vez le sonrieron con burla y la humillaron por ser una chica obesa a pesar de su corta edad, pero la realidad está muy lejos pues, Calipso quiere investigar su hipótesis si de en verdad reencarno en una persona que vive en un universo distinto al de ella.

Al llegar a la mansión Trino, le pidió a la criada que la llevara a la biblioteca, está muy obediente asintió con la cabeza y le enseño el lugar, algo que hizo que frunciera el ceño pues, su señorita se comporta como si es la primera vez que recorre el lugar.

Al llegar le pidió con una sonrisa que se fuera y que en la cena la llamara, quiere estar a solas y concentrarse, la criada se fue más confundida de lo normal, su ama no es de las personas que están en la biblioteca y mucho menos de sonreír a las personas que tienen un título más bajo al de ella.

Otro capitull publicado, me siento feliz por como va la historia

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