- Erase una vez un pequeño y acogedor pueblo, donde la mayoría de sus habitantes se conocían.- siento el fuerte agarre de Fiona en mi brazo. Sigo atenta en la suave voz de Devin.- Menos una familia, la cual había llegado hacía muy poco, pero algo en ellos hacía que sus vecinos no se le acercaran.- trago saliva al escuchar un total silencio en medio del bosque.
- Sigue.- exige Fiona a pesar del miedo.
El rubio ríe y asiente para seguir con la terrorífica leyenda.
- Una fría noche, el chico menor de la familia huyó tras una pelea con su hermano mayor. Éste, llegó a parar a un bosque muy parecido al que nos encontramos ahora.- señala con su dedo índice nuestro alrededor. Su rostro serio produce un tembleque en mi cuerpo.- sólo llevaba con él un mechero que se le fue robado a su hermano. El niño de tan solo nueve años, se sentó en el húmedo barro y con algunas ramas caídas de los árboles intentó formar una hoguera.- miro las llamas que salen de la hoguera frente nosotros. Miedo.- "Sí, sí, vamos", repetía una y otra vez el pequeño de la familia. Y luego de intentarlo varias veces, lo consiguió.
- Vamos Devin, cuenta otra historia, ésta no da miedo.- todos miramos la risueña cara de Gala.
- Paciencia Gala, paciencia.- traga saliva y se dispone a seguir con la historia.- Luego de aproximadamente dos horas, los policías consiguieron encontrar al chico en medio del bosque, rodeado de unas llamas de fuego que formaban un perfecto círculo. "Kilian" "Kilian" lo llamaban una y otra vez. El chico despertó y salió del circulo sin ninguna complicación, a pesar del fuego. Pero los policías se dieron cuenta de algo; sus ojos estaban muy rojos.
- Simple. Se drogó.- de nuevo miramos a Gala con unas sonrisas en nuestras caras.
- Sí Gala, sí.- Devin se da una palmada en su frente por las tontas palabras de la pelirroja.- Llevaron a Kilian a comisaría y mientras llamaban a sus padres para que lo fueran a buscar, el pequeño pueblo se fue llenando de una gran humareda. El pueblo ardía en llamas.
- Fue el maldito niño.
- ¡Callate Gala!- gritamos todos a la vez, a lo que ella da un fuerte salto en su lugar.
- Todo ardía y ardía en llamas. La comisaría fue rodeada del mismo circulo perfecto que rodeó al pequeño.- me giro al escuchar unas ramas crujir. Miedo.- En su interior solo se encontraba él, Kilian, y sus ojos estaban aún más rojos que antes.- solo es una leyenda Ares. Es todo ficción.- las llamas tocaban su delicado cuerpo sin producir nada. Sus pulmones respiraban aire contaminado, y aun así, seguía perfecto.
Me abrazo con fuerza a Fiona por la leve brisa. ¡Joder! Estamos en medio del bosque totalmente incomunicados y contando una historia de miedo.
- A la mañana siguiente, cuando Kilian despertó de su caluroso sueño, solo podía ver cenizas y más cenizas. Las lágrimas no tardaron en aparecer en sus claros ojos. El pequeño había quedado solo, pero a pesar de sus lagrimosos ojos, pudo ver una silueta a lo lejos y no tardó en salir corriendo hacia ella.- Devin mira hacia detrás con el ceño fruncido. Se abraza a sí mismo.- había una mujer mayor. Vestía con ropa muy sucia y rota. Se apoyaba en un rígido bastón, y con una inmensa sonrisa se acercó al asustado Kilian. "Tuuu" lo señaló con su torcido dedo. "Tú fuiste el elegido para el ritual" ella comenzó a reír con fuerza y sin que el chico pudiera reaccionar, lo cogió por el cuello incrustándole algo ardiente en su nuca. Una marca.- todos nos asustamos al escuchar más ruidos.- "Desde ahora, te verás obligado a sacrificar a cada persona que se te acerque." Ella seguía riendo. " Y sin ninguna excepción." le decía totalmente seria.- Devin mira hacia arriba. Luna llena.- Y desde ese entonces, el chico fantasma camina en las noches por los bosques, buscando un alma a la que poder sacrificar para poder llevar a cabo el ritual.
- ¡Corred!- el grito nos asusta a todos.
Lander, el cual había desaparecido en mitad de la historia sin haberme dado cuenta, corre en nuestra dirección con cara de miedo. Sus manos se mueven en el aire invitándonos a asustarnos. Y a pesar del miedo que tengo en estos momentos, me quedo paralizada mientras que los demás corren.
Bien Ares. Acabas de quedarte sola...
Miro a mi alrededor notando todo a la normalidad. El fuego sigue ardiendo, las mantas siguen en el suelo con marcas de los culos de cada uno.
Serán imbéciles. Pensaron contar la historia para luego asustarnos y salir corriendo de aquí.
- Muy bien chicos. ¡Gané!- grito victoriosa.
Me agacho disponiéndome a coger las dos toallas en el suelo y cada una de las mochilas, las cuales fueron olvidadas por el susto.
Una.
Dos.
Tres.
Cuatro.
Y cuando voy a coger la mía, noto la presencia de alguien.
- ¿Te ayudo?- fijo los ojos en una clara mirada. Un chico alto, rubio y muy pálido me mira serio.
Retrocedo sin apartar la mirada. Creo que Lander sí vio algo, o mejor dicho, a alguien. Y normal que tuviera miedo, porque hay algo en él que te hace querer correr.
- N...No.- tartamudeo.
¿Y si es él? ¿Y él es el chico fantasma?
¡No! No puede ser porque es una leyenda. Seguro que Devin se fue inventando la historia conforme la iba contando. Sí, eso tuvo que ser.
Me giro rodeando al chico para salir huyendo del lugar, pero antes de dar un paso más, un circulo de llamas se forma impidiéndome huir.
Igual que en la leyenda.
Me giro aun más asustada por lo que acaba de ocurrir. No sé qué decir o como reaccionar. No se si esto es un sueño o sigue siendo una broma.
Quiero llorar. Quiero llorar al igual que Kilian lo hizo. Y quiero... Quiero cerrar los ojos y despertar en mi cama, sabiendo que esto solo fue un sueño.
- Tú serás la siguiente.- me señala con su dedo índice que al contrario de la vieja, éste está totalmente recto.
¡Si Ares! ¡Un dedo recto!
Intento retroceder, pero paro al dar solo un paso por miedo a quemarme con las llamas, que a pesar de no estar muy altas, mi cuerpo no está como para saltar.
- No, por favor. Déjame ir. Yo... Yo no quiero morir.- le suplico sintiendo lágrimas caer.
Mi cuerpo tiembla por el terrible miedo que siento en estos momentos. Inclusive tengo unas inmensas ganas de vomitar.
- No puedo hacer ninguna excepción.- avanza quedando más cerca mía. Extiendo mis manos negando.
Me llevo las manos al cuello al sentir como me falta el aire. Dejo caer mis rodillas al suelo llorando.
- Po... Por favor.- vuelvo a suplicar.
Comienzo a escuchar unas risas a nuestro alrededor, lo que me hace levantar la cabeza.
Fiona, Devin, Lander, y Gala aparecen detrás del chico sosteniendo sus barrigas por las risas.
¿Qué?
Mi expresión se cambia al notar como Devin se acerca al individuo chocando sus manos, mientras que Gala y Fiona apagan las llamas del fuego las cuales se han extendido un poco.
- ¿Enserio no te diste cuenta?- golpeo el hombro de Lander con fuerza recibiendo un quejido.
- ¡No! ¡No me di cuenta!- lo miro mal para luego de unos segundos reír con él.
Todos se acercan a mí y me presentan al misterioso chico que resultó ser un primo de Devin el cual vive un poco lejos de aquí. Cada uno me fue pidiendo disculpas y fueron recibiendo sus respectivos golpes de mi parte.
Habían planeado todo a la perfección yendo el día antes a colocar un circulo casi perfecto con algún producto que pudiera arder sin salir perjudicado el bosque, y claro esta, que con mi miedo no me di cuenta de nada.
Nunca lo había pasado tan mal. Nunca me hubiera imaginado tener tal miedo. Y mucho menos, me hubiera imaginado que mis queridos amigos me harían esta horrible broma.
Luego de unos minutos, decidimos volver a nuestras respectivas casas.
- ¡Joder! Mi mochila...- me giro y corro de nuevo al lugar en el que nos encontrábamos minutos atrás.
Ninguno de mis respectivos amigos viene hacia mí, por lo que estoy de nuevo sola.
Encuentro la mochila en el mojado suelo. Me agacho para cogerla, y cuando levanto mi cabeza, mis ojos se fijan en algo tras un árbol. Una mano sobre sale por un lateral del tronco del árbol y también la mitad de una cara no pudiendo reconocer la persona.
La linterna de mi teléfono móvil es lo único que alumbra el lugar.
- Chicos, salid. No me volveré a creer esta estúpida broma.- nadie responde, y mucho menos se mueve. Sigue en la misma posición.
Convencida de que son alguno de ellos, comienzo a caminar en su dirección, pero algo me retiene. Pasos.
- ¿A dónde coño vas Ares?- la voz entrecortada de Devin me da a entender que ha corrido. Los demás aparecen detrás de él.
Mi ceño se frunce extrañada. Comienzo a contar, Devin, Fiona, Lander, Gala, y el primo del primero.
¿Y entonces... Entonces quien era la persona tras el árbol?
- Juradme por lo que más queráis en esta vida, que no estáis de nuevo con la mísera broma.- hablo rápido y claro. Las expresiones de sus rostros me lo dicen todo.
Ninguno fue.
- ¿Qué pasa Ares?- Gala pregunta quedando a mi lado.- Te has puesto pálida.
- Vámonos. Ya.- comienzo a caminar, pero ninguno me sigue.- ¡Ya!- grito asustada.
No me agrada la idea de estar con un desconocido en medio del bosque. ¡No! Me niego.
- Te estas volviendo una paranoica princesa.- fulmino con la mirada a Lander y él lo entiende al segundo.
En cuanto llegué a casa, no tardé en darme una corta ducha y meterme en la cama tapándome hasta la cabeza.
Ésta ha sido una de las peores noches de mi vida...
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