Primero me senté, tenía todo el cabello en mi cara, mis ojos no se habrían era muy costoso, el trauma de haberme despertado seguía ahí conmigo dándome palmadas en la espalda, animándome a que volviera a mi cama a dormir.
Había terminado mi época de colegio, me costó mucho despedirme de mis años dorados, no los había disfrutado nada, sentía ese vacío que se cuela en ti cuando sabes que pudiste hacer algo más. Ese mismo día haría mis papeles para terminar de ingresar a la universidad, solo faltaban algunas copias y terminaría.
-Buenos días- tenia puesta el pijama de color rosa de siempre, no me la quitaba para nada- Mamá está hoy más linda que ayer- Sofía Carson la segunda esposa de mi padre, que en paz descanse, quedo en estado vegetal, después de sufrir un accidente con mi padre, hace unos pocos meses.
-La enfermera llegara en poco tiempo- tenía esa mirada perdida que me hacía sentir culpable, mi hermanastra Coraline tenía 3 años más que yo, también perdió a su padre a consecuencia de un accidente automovilístico, era demasiado callada, lloraba en las noches a escondidas y en las mañanas me sonreía a mí y a su madre como si estuviera todo bien
-Hoy terminare el papeleo- teníamos la rara costumbre de desayunar afuera en el patio, aunque el clima fuera horrible- y comenzare a estudiar
-Bien- le estaba limpiando la cara a su madre, sostenía en su mano una toalla húmeda de color blanco- ha pasado tanto tiempo, ya no eres una adolescente, eres una adulta
Lamentablemente si, como ella lo dijo ya no era una adolescente, ya no podría llenar de pesares a mi hermana mayor, porque ahora tenía que hacerme responsable.
-Sí, es bueno ahora puedo hacer cosas que antes no pude- mostré falso entusiasmo
-Si- sonrió levemente- harás cosas que antes no podías- volvió a sonreír
-Alessia, me da mucho gusto que vivas esta nueva etapa es genial verte crecer- dejo la toalla en la mesa- gracias por dejarme ser tu hermana- parecía decirlo de corazón, sabía que ella me quería mucho, pero esa tristeza en sus ojos me dolía mucho.
-Gracias a ti, por todo hermana- me acerque a ella y la abrace con fuerza, ambas necesitábamos ese abrazo.
11 am, tenía puesto un suéter rojo grande y que me encantada, me sentía tan cómoda en ese suéter. Sali de casa, despidiéndome de mi madrastra y mi loro, estaba asustada y emocionada a la vez, estudiar era mi mayor sueño y lo estaba cumpliendo.
Entre en ese gran almacén, un almacén que ofrecía de todo, y también tenían servicio a domicilio, había ido miles de veces antes, conocía al dueño, aunque el dueño no me conocía para nada, siempre pasaba desapercibida a sus ojos, lo entendía ese hombre veía miles de caras al día, no se detendría a memorizar cada una.
-Buenos días en que le puedo ayudar- observe la papelería en la parte de atrás de la mesa que nos separaba, era un chico al que no había visto antes, no llamo mi atención solo me sorprendió ver a alguien nuevo.
-Vengo a dejar unos papeles para que los pases a digital, los recogeré en una hora- saque la carpeta y se la entregue eran hojas hechas a mano por mí hermana
-Ok, en una hora se los entrego entonces- me sonrío
-Gracias-me giré y salí
Esos papeles eran para mi hermana, yo ya tenía los míos. Coraline estudiaba arquitectura y siempre tomaba apuntes físicos a pesar de que te los tenía que presentar en digital, normalmente cada dos semanas venía a dejar sus apuntes en este almacén para que los transcribieran, evitando que mi hermana los tuviera que pasar ella mismo a digital.
Ese día, el clima era agradable, fue un día en el que mi rutina cambio por completo, salí, camine y disfrute cada segundo de la libertad que me otorgo el hacer papeles sola por primera vez.